Local

AL CUIDADO DE TODOS

LA DIÓCESIS DE ORANGE CONTINÚA AYUDANDO A LOS MENOS AFORTUNADOS – INCLUYENDO A LOS ENCARCELADOS

By LARRY URISH     10/12/2017

A primera vista, esta pregunta pareciera una obviedad: de las 57 parroquias de la Diócesis de Orange y de los cinco Centros Católicos, ¿cuál es la localidad que atiende al mayor número de los 1.3 millones de católicos del condado? Tendría que ser la Catedral de Cristo, ¿verdad?

Incorrecto. Fred LaPuzza, director de la Oficina de Justicia Restaurativa/Ministerio de Detención (RJ/DM, por sus siglas en inglés), dice que “la población católica colectiva más grande en el condado de Orange se encuentra en nuestro sistema local de cárceles para adultos y en instalaciones juveniles”. Por increíble que parezca, hay más católicos encerrados en el condado de Orange que el número de los que oran y sirven en cualquier otro lugar de la Diócesis.

Obviamente, algo está mal con estas cifras. El cuidado de todos los necesitados –incluso los que están encarcelados– es uno de los valores fundamentales de la Iglesia. La enseñanza social católica enfatiza que cualquier persona que está en problemas debe ser restaurada a una vida mejor –de ahí el término “justicia restaurativa”.

“La justicia restaurativa es una respuesta al crimen y la violencia que cambia el enfoque del castigo a la responsabilidad, la rehabilitación y la restauración”, según la Conferencia Católica de los Obispos de California. “Pide a los delincuentes hacerse responsables, incluso cuando abre caminos a la curación, especialmente con las víctimas. Y aborda las necesidades de todos los afectados por el delito: las víctimas, los delincuentes, las familias, las comunidades y los que trabajan en el sistema de justicia penal”.

LaPuzza cita una serie de referencias a la justicia restaurativa en las Escrituras: “Jesús dice: ‘Porque cuando yo estuve en la cárcel, me visitaste’” (Mateo 25 36). Y en Hebreos 13 3, dice: “Debemos recordar a los encarcelados como si estuviéramos presos con ellos”. El Tema 1 de la Enseñanza Social Católica nos enseña que la vida humana es sagrada y debemos cuidar de todos. Esto incluye a los que están dentro o fuera de la cárcel. Y el Tema 6, Solidaridad, nos recuerda que “nosotros somos los guardianes de nuestros hermanos y hermanas, donde quiera que se encuentren”. Incluso en lugares como la cárcel.

La Justicia Restaurativa/Ministerio de Detención (RJ/DM) existen para este propósito.

“Nuestra oficina participa en una multitud de cosas”, explica LaPuzza, “desde proveer servicios religiosos dentro de las instalaciones, hasta reformar el sistema correccional de nuestro estado a través de acciones legislativas, a proveer recursos para las familias de los encarcelados y referencias para los servicios de reingreso a la comunidad”.

La oficina de RJ/DM ofrece 140 servicios religiosos programados cada semana en tres idiomas, junto con otras actividades de cuidado pastoral tales como visitas personales y confesiones. El ministerio también ayuda a crear conciencia sobre su trabajo en las parroquias locales y en la comunidad en su conjunto, y aboga por leyes que estén en línea con la Enseñanza Social Católica y el Evangelio.

Además de los reclusos adultos y jóvenes, los empleados y los voluntarios prestan servicios a los menores alojados bajo custodia protectora. Esto incluye todas las cárceles de adultos del condado y los centros de detención juveniles, la cárcel de la ciudad de Santa Ana, el hogar para niños Orangewood y las comunidades parroquiales. Los reclusos pueden participar en estudios bíblicos, servicios de comunión, confesiones, servicios pastorales individuales y más. A través de RJ/DM, las parroquias locales proveen grupos de apoyo sobre la violencia doméstica, alcance pastoral a jóvenes en riesgo o relacionados con las pandillas, clases para padres, presentaciones ministeriales y toda clase de servicios de apoyo para las familias.

Dado que este problema no existe en una “burbuja católica”, la oficina de RJ/DM trabaja con agencias policiales y de servicios sociales, universidades locales y varias organizaciones sin fines de lucro, incluyendo el programa ‘Lights On’ de ls Sociedad de San Vicente de Paúl, que ayuda a los reclusos liberados por las noches; el Proyecto ‘Kinship’, que ofrece clases de certificación de reingreso para adultos; y muchos más.

Otra organización sin fines de lucro que colabora con RJ/DM es Padres Unidos, que ofrece clases para padres y las familias que enfrentan desafíos para criar a sus hijos encarcelados, en libertad condicional o afiliados a pandillas.

Padres Unidos involucra a los padres en la vida de sus hijos en los tres niveles más importantes: la educación, la vida familiar y la vida de oración, explica la fundadora Patricia Huerta. “Siempre se trata de estar presente en la vida de los niños”, añade.

Huerta, una madre soltera con cinco hijos, regresó a la escuela para obtener un título en maestría en Trabajo Social, y no es ajena a los problemas familiares. “Viví con violencia doméstica y abuso”, dice. “Estábamos sin hogar después que mi marido abandonó a la familia, y finalmente iniciamos Padres Unidos en la Misión del Sagrado Corazón en Anaheim”.

La organización sin fines de lucro ha sido tan exitosa que el director de las cárceles juveniles del condado de Orange solicitó a la Junta de Supervisores del condado que otorgara a la organización $750,000 en un contrato de tres a cinco años.

La oficina de RJ/DM y organizaciones como Padres Unidos comparten el mismo propósito: ayudar a todos los involucrados –los reclusos y las víctimas por igual, junto con sus familias. Y sin la ayuda tan necesaria, muchos ex reclusos regresarían a la cárcel.

LaPuzza señala que los recién liberados a menudo necesitan ayudar para encontrar un trabajo y un hogar. Muchos requieren atención de salud mental y abuso de sustancias, y educación para la recuperación. “Agrupar nuestros recursos en servicios de reingreso reduce la victimización, ahorra dinero de los contribuyentes y, lo más importante, mejora la seguridad pública en general”, dice.

Los que trabajan con la Oficina de Justicia Restaurativa/Ministerio de Detención nunca sabrán a cuántas personas han ayudado.

“Algunos reclusos han compartido conmigo que sus vidas se han transformado debido a su encuentro con nuestros voluntarios”, dice LaPuzza. “La presencia de nuestros voluntarios es una expresión profunda del amor de Dios por ellos. La experiencia restaura su dignidad y hace que se sientan valorados y humanos nuevamente, lo cual es parte de una curación profunda”.