Dirigentes del Capítulo de California de los Patronos de las Artes en los Museos Vaticanos presentaron la historia de la Guardia Suiza del Vaticano hasta el 15 de enero de 2017 en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles.
“Los Guardias Suizos tienen una mística especial que tiene un amplio atractivo en toda la tierra. Durante 500 años estos hombres han servido al Papa, protegiéndolo con sus propias vidas”, dijo Michael Scott Feeley, caballero del Capítulo de California de los Patronos de las Artes en los Museos Vaticanos. “Son parte del ministerio Petrino, apoyando al Santo Padre en su servicio a la Iglesia y al mundo”.
Los Patronos de las Artes en los Museos Vaticanos de California compartieron este tesoro único de la Iglesia localmente con los californianos que pueden no tener la oportunidad de visitar Roma.
Durante el tiempo de El Renacimiento europeo, Suiza era un país pobre y sus jóvenes recurrían a menudo a buscar trabajo en el extranjero como mercenarios. Desde hace más de cinco siglos son los encargados de la seguridad de los Papas.
La pequeña fuerza de 130 hombres suizos católicos se encarga además de la seguridad del Palacio Apostólico y actúan como las fuerzas armadas de la Ciudad del Vaticano, el estado soberano más pequeño del mundo.
Coloridos trajes, fotografías, un casco, medallas y hebillas de los cinturones han estado en exhibición en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles. La exhibición concluiría el 15 de enero de 2017.
“Cada guardia suizo debe estar bautizado y confirmado en la fe Católica Romana, y ser ciudadano suizo”, dijo Michael Scott Feeley, caballero del Capítulo de California de los Patronos de las Artes en los Museos Vaticanos. “Se espera que cada guardia mantenga la dignidad y el honor de la guardia”.
Mediante la exhibición se pudo conocer que los guardias suizos asisten a la misa dominical, a las reflexiones espirituales cuaresmales y tienen muchas oportunidades para mejorar el aspecto religioso de sus vidas, pero no hay requisitos adicionales para que vivan una vida santa. Curiosamente, la Guardia Suiza ofrece más vocaciones a la Iglesia suiza que cualquier otra fuente.
“Para nosotros ha sido importante y significativo compartir el mensaje de fe, sacrificio y devoción de los Guardias Suizos”, dijo la curadora de la exhibición, doctora Romina Cometti.
en defensa del sucesor de san pedro
La misión principal de los guardias es estar listos y, en caso de ser necesario, dar sus vidas en defensa del Papa y deben tener un impecable carácter moral y religioso.
Cada día son vistos haciendo guardia fuera del Vaticano, vistiendo sus uniformes con rayas azules, rojas y doradas y llevando alabardas como sus armas tradicionales. Eran los uniformes militares comunes en Europa durante el Renacimiento.
También están equipados con armas de fuego modernas, las mismas pistolas y ametralladoras que son utilizadas por el ejército suizo.
El compromiso militar más significativo de la Guardia Suiza fue en 1527, cuando 190 guardias murieron luchando contra las tropas del Sacro Imperio Romano durante el saqueo de Roma, permitiendo a Clemente VII huir a salvo desde el Vaticano a través de un pasadizo de piedra. El papel de la Guardia Suiza como la fuerza armada del Papa se complementa con el Cuerpo de Gendarmes del Vaticano, establecido en 1816 por el Papa Pío VII y cuyos reclutas son italianos.
Feeley explicó que, dado que los hombres provienen de diversas experiencias familiares y parroquiales, no existe una espiritualidad específica de los guardias.
Sin embargo, cada recluta recibe una catequesis intensiva de un mes de duración sobre el ministerio petrino y la historia de la Iglesia.
El enfoque en la obra del Santo Padre y la constante exposición a su predicación y enseñanza inculca un profundo aprecio por la dirección espiritual del Papa.
Por todo lo anterior, la relación de la Guardia con el Papa -un voto de dar su vida por él- es una fuerza unificadora y una base para el viaje espiritual de toda la guardia para toda la vida.
Puesto que los Patronos de California financiaron la creación de la exposición original en Roma, fueron los primeros en tener el privilegio de acogerla fuera del Vaticano. Una vez terminada la Exposición el 15 de enero, está programado llevarla a Boston, Washington D.C., Chicago, la Universidad de Notre Dame, Detroit y Londres.