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LÍDERES RELIGIOSOS ORAN POR VÍCTIMAS DE TERREMOTO EN COSTA DE MÉXICO

David Agren

By Catholic News Service     9/12/2017

CARTAGENA, Colombia (CNS) — Líderes religiosos oraron por los mexicanos y guatemaltecos afectados por el terremoto de magnitud 8.1 que azotó la costa del Pacífico.

Al final de la misa en Villavicencio, Colombia, el 8 de septiembre, el papa Francisco oró por “todos los que sufren las consecuencias del terremoto que ha azotado a México”.

La Conferencia del Episcopado Mexicano oró en un tuit temprano ese día: “Dios nos fortalezca como hermanos en la fe, para que estemos disponibles para quienes han sufrido a causa de este fuerte sismo”.

Más tarde los obispos se pronunciaron: “Queremos expresar nuestra solidaridad al pueblo de México ante el sufrimiento causado por el sismo. Extendemos nuestra oración y hermandad con las víctimas, especialmente con las familias y poblaciones afectadas, principalmente en los estados de Chiapas, Oaxaca y Tabasco”.

También elogiaron “muchas medidas de prevención y seguridad realizadas en las edificaciones, así como la acción inmediata de las autoridades por medio de programas de protección civil, sin embargo nos damos cuenta de cuánto nos falta a todos en el cuidado de la creación”.

El terremoto del 7 de septiembre ocurrió poco antes de la medianoche. En menos de 24 horas el servicio de sismología de México reportó más de 260 réplicas, la más fuerte de ellas registró una magnitud de 6.1.

En los primeros reportes del 8 de septiembre, las autoridades mexicanas estimaban 35 muertos, 25 de ellos en Oaxaca. Dos niños murieron en el estado de Tabasco, uno de ellos al ser aplastado por una pared. Para el domingo 10 de septiembre, el total de muertos se calculaba en por lo menos 90, mientras las escuelas continúan cerradas en 10 estados y Ciudad de México para que funcionarios puedan evaluar los daños estructurales.  

El padre Alejandro Solalinde, sacerdote que trabaja con migrantes en la región del Istmo de Tehuantepec, zona impactada particularmente fuerte en Oaxaca, tuiteó: “Mi solidaridad y oraciones con los afectados por el terremoto en México. Descanso eterno a los fallecidos. Amén”.

Varias iglesias en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas tuvieron daños, según informes noticiosos. Un portavoz diocesano no pudo comentar sobre la extensión de los daños. 
Al otro lado de la frontera, en Guatemala, la catedral católica de Huehuetenango reportó daños moderados. El hospital en San Marcos fue afectado y los rescatistas reportaron daños estructurales moderados.

Poco después del terremoto, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto y el presidente guatemalteco Jimmy Morales se manifestaron en Twitter para calmar a los ciudadanos. Peña Nieto llamó el terremoto “el más fuerte en casi un siglo”.

Morales instó a los guatemaltecos: “… por favor mantengan la calma y estén pendientes, pronto ampliaremos la información”.

Parece que el terremoto causó pocos daños graves en Ciudad de México, la cual fue devastada por un fuerte terremoto similar en 1985. Ese terremoto dejó miles de muertos y a muchos sin hogar. El gobierno federal, responsable de Ciudad de México en aquel tiempo, ofreció una respuesta inepta, obligando a la población a arreglárselas por sí mismos.

Entonces, muchos mexicanos enfrentaron el reto formando brigadas para rescatar a las víctimas de los escombros, incluyendo a bebés de un colapsado hospital de niños.

Desde ese desastre, las leyes de construcción en la capital nacional han mejorado y los residentes de apartamentos y los trabajadores en oficinas practican comúnmente simulacros de terremoto.