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LOS MONARCAS HAN FORJADO EL FUTURO DEL CONDADO DE ORANGE DESDE LA ÉPOCA DE TRUMAN

LA PRESENCIA DE MATER DEI EN EL SUR DE CALIFORNIA TIENE UNA LARGA TRAYECTORIA

By MEG WATERS     10/13/2017

A mitad del Siglo XX, el condado de Orange se encontraba en el umbral de un crecimiento explosivo. Millones de soldados viajaron desde el condado hacia varias bases de la Segunda Guerra Mundial, y muchos regresaron a esta tierra de cítricos, playas y sol. Disneyland era solo un sueño para Walt; Irvine era un rancho y la Universidad Chapman estaba en Los Ángeles. La población total del condado era significativamente menor que la población de la Ciudad de Santa Ana hoy en día, y pasarían casi 30 años antes que la Diócesis de Orange se separara de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

En esa época de notable crecimiento y cambio, se fundó Mater Dei en Santa Ana en 1950 como la primera preparatoria católica mixta del condado de Orange. La escuela abrió con 111 estudiantes, quienes eligieron el nombre de “Monarcas” para su equipo, y el león como su mascota. La primera promoción se graduó en 1953 e inició el legado de más de 27,000 Monarcas quienes han desempeñado un papel integral en la construcción de la comunidad del condado de Orange y la nación.

Hoy en día, el estudiantado de Mater Dei es de 2,182. Los estudiantes reflejan la diversidad cultural del condado y casi la mitad reciben ayuda financiera basada en necesidad. Noventa y ocho por ciento de los graduados ingresan a la universidad, muchos a las universidades más importantes del país. El año pasado, la promoción recibió más de $ 55 millones en becas universitarias. El programa riguroso de preparación universitaria ofrece 24 cursos de educación avanzada, y en el 2016 ofreció 1,400 exámenes de asignación avanzada (AP Exam). La escuela ofrece más de 30 cursos electivos para proporcionar a los estudiantes la oportunidad de explorar sus intereses académicos y artísticos.

Los equipos académicos compiten en una variedad de disciplinas, incluyendo la robótica, juicio simulado, tribunales simulados, modelos de las Naciones Unidas (MUN), oratoria, debate y decatlón académico.

De acuerdo con el vice director, Geri Campeau (promoción 1987), “a diferencia de muchas escuelas privadas, Mater Dei ofrece programas especializados para los estudiantes que requieran respaldo académico. Damos la bienvenida a los estudiantes con diferencias de aprendizaje documentadas. Más de 100 estudiantes reciben respaldo de cuatro empleados de tiempo completo para fomentar su éxito académico y ambiciones universitarias”.

Constantemente, los monarcas se encuentran entre el círculo de ganadores, y han ganado el Decatlón Académico de escuelas privadas del sur de California cuatro veces en los últimos 11 años. La tecnología, la ciencia y las matemáticas ofrecen programas rigurosos, pero a los estudiantes con una inclinación a las artes se les anima a que participen en los programas de artes cinematográficos y de los medios, que incluye fotografía y animación.

Y sí, cuentan con fútbol americano. Mater Dei es conocida en todo el país como una potencia de fútbol americano a nivel preparatoria, con dos trofeos Heisman y numerosos jugadores profesionales en su haber. Pero el fútbol americano es solo el inicio del programa deportivo excepcional de la escuela para hombres y mujeres. Desde 1992, los Monarcas han producido siete atletas olímpicos, cinco hombres y dos mujeres que compiten en voleibol, waterpolo, softbol, baloncesto y béisbol. Y en cuanto a los campeonatos CIF, las mujeres monarcas cuentan con el mayor número de honores con 22 campeonatos de voleibol, fútbol, lacrosse y baloncesto desde 1995; por su lado, los equipos masculinos han ganado 8 campeonatos CFI en el mismo período. El prestigioso premio Gatorade para el “Jugador del estado del año” ha sido reclamado por los Monarcas 14 veces, ocho veces a mujeres atletas y seis a los hombres. Muchos graduados han continuado a carreras exitosas en los deportes profesionales, incluyendo a Jeanne Bonk, clase de 1979 y director ejecutivo del equipo de fútbol americano ‘Chargers’ de Los Ángeles.

El legado de Mater Dei se hace más evidente en la calidad de sus graduados y las contribuciones significativas que aportan en sus campos profesionales. Muchos líderes católicos han egresado de Mater Dei, incluyendo al obispo Jaime Soto (clase de 1974), prelado de la Diócesis de Sacramento. El liderazgo diocesano actual incluye al padre Steve Sallot (clase de 1972), vicario general de la Diócesis; la alcaldesa de Orange y directora ejecutiva de Caridades Católicas, Tita Smith (clase de 1965); y, los sacerdotes Christopher Smith (clase de 1970) en la Catedral de Cristo, el padre Ed Poettgen (clase de 1972) en San Bonifacio, el padre Brendan Manson (clase de 1989) en San Eduardo el Confesor, para nombrar algunos.

No todos los graduados de Mater Dei son jugadores de fútbol o pastores de la fe. Juan Zarate (clase de 1989) sirvió como asesor adjunto de seguridad nacional en el gobierno de George W. Bush y Michael Gallagher (clase de 2002) es ahora un congresista que representa al estado de Wisconsin. Innumerables líderes empresariales y filántropos son exalumnos de Mater Dei, incluyendo a Rick Muth (clase de 1967) dueño de Ortho Block. Muchos de los graduados han encontrado el éxito en las artes como actores, directores y escritores. Steve Oedekerk (clase de 1978) es conocido por su trabajo en las películas de Ace Ventura; el actor y ganador del Tony, Rob Gunton (clase de 1963), quien protagonizó al guardián en “Shawshank Redemption”, el artista Timothy Clark (clase de 1969), y el barítono estrella de la Opera Metropolitana, Christopher Job (clase de 1996), son de los muchos Monarcas que han fomentado una trayectoria sólida en las artes.

Más allá del importante desafío de educar a la persona integral en lo mental, físico y espíritu, desde sus inicios Mater Dei se ha aferrado a la tradición del “Honor, la Gloria y el Amor”: Honrar a María, Mater Dei [Madre Nuestra], por medio de la fe católica y la rica tradición de excelencia de la preparatoria Mater Dei; para dar gloria a Dios a través de la vida espiritual de la escuela en oración y los sacramentos; y amar a cada persona con el servicio de compasión y respeto para convertirse en un solo cuerpo en Cristo.