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NUEVOS MIEMBROS SE UNEN A LA ORDEN MILITAR Y HOSPITALARIA DE SAN LÁZARO DE JERUSALÉN

La Orden tiene una rica tradición de servir a aquellos que sufren de lepra, o dolencia física y a quienes la sociedad considera “indeseables”

By JORGE LUIS MACÍAS     11/22/2017

Un total de 16 postulantes fueron admitidos por el Gran Priorato de América, Jurisdicción de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén bajo el gobierno del Gran Maestro Su Excelencia Don Carlos Gereda de Borbón, Marqués de Almazán, 49º Gran Maestro.

Dedicados a los ideales caballerescos de la fe, el honor y la caridad promoviendo la unidad cristiana y el alivio del sufrimiento humano, los miembros de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén sirven para promover el ecumenismo y los principios de la caballería cristiana. Buscan ayudar a los pobres, a los enfermos y a los moribundos al mismo tiempo que dan testimonio cristiano en la sociedad secular. Al hacerlo, la Orden preserva y defiende la fe cristiana.

“Esta Orden es muy importante para la Iglesia por la oración, el servicio y el compromiso que nos une”, dijo el Rev. Timothy Fryer, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Orange y miembro de la Orden, quien presidió la investidura de los postulantes.

Annie LeBlanc, Padre Lane Akiona, Peter Bender, Padre Paul Broussard, C. St. Víctor de Pinho, Chad Johnson, Padre Taj Glodd, Padre Michael Huskey, diácono Joshua LeBlanc, J. St. Víctor de Pinho, Hermana Alicia Damien Lau, Warren Lee, Shirley Tamoria, Ryan Yamane y Chris Apodaca recibieron la investidura., el sábado 23 de septiembre.

Fundada por los Caballeros Hospitalarios en Tierra Santa, en el año 1098, la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén es una orden de caballerías cristianas compuesta por hombres y mujeres, laicos y clérigos, de Norteamérica, México y Sudamérica, Europa, Asia, África, Australia y Nueva Zelanda, fue la única orden caballeresca organizada para atender las necesidades de los “leprosos”, víctimas de la temida enfermedad que plagó a la civilización durante siglos.

“Me gustaría pensar que me recomendaron ser miembro de la Orden debido a mi compromiso de toda la vida para ayudar a otros y la misión cristiana de servir a los más desvalidos entre nosotros”, dijo Christopher Apodaca, quien es actualmente el presidente de la Junta Escolar del Distrito Unificado ABC de Cerritos. “La Orden tiene una rica tradición de servir a aquellos que sufren de lepra, o dolencia física, así como aquellos a quienes nuestra sociedad considera «indeseables»”.

Apodaca declaró que el momento más importante que vivió durante su experiencia al ser investido fue cuando todos los miembros de la Orden participaron en la procesión mariana de la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles a través del centro de Los Ángeles.

“En mi crecimiento siempre recurrí a la Madre María por su intercesión y protección”, dijo. “Esta fue una de esas ocasiones en las que le pedí sabiduría para servir fielmente en la Orden. La afirmación recibida desde entonces ha sido fuerte”.

 

un deseo de servir
a los demás

Hoy en día, en su décimo siglo, la Orden de San Lázaro sigue comprometida activamente en el servicio a la humanidad en todo el mundo, manteniendo la fe en las tradiciones que se remontan a las Cruzadas.

Si bien continúan la lucha contra la lepra (enfermedad de Hansen) en muchos países, incluidos los Estados Unidos, los miembros apoyan una variedad de causas que van desde proporcionar alivio después de desastres naturales a la promoción de la conciencia y el registro de donaciones de órganos y tejidos.

Espiritualmente, la Orden es ecuménica. Los miembros provienen de denominaciones cristianas que se suscriben al Credo Niceno y se comprometen a la realización de la unidad cristiana.

Los miembros representan varias profesiones y antecedentes, pero todos comparten el deseo de servir. El servicio viene en la forma de apoyar financieramente los esfuerzos locales, nacionales e internacionales de la Orden, así como también ser voluntario para brindar servicio a quienes lo necesitan. Los ocho puntos de la cruz maltesa verde recuerdan a los miembros de las Bienaventuranzas y la importancia de servir a los demás.

Apodaca indicó que su mayor compromiso con la Orden sería mantener un equilibrio entre las diversas responsabilidades que tiene en la vida cotidiana. Como un funcionario electo, estudiante de doctorado y profesional, hay exigencias constantes en su tiempo. Baste con decir que guarda un horario completo, pero hace su mejor esfuerzo para mantener sus prioridades enfocadas.

Siguiendo las iniciativas del Grand Prior, dos esfuerzos de la Orden a los que se dedica particularmente son: Fomentar el conocimiento de la donación de órganos y el papel crítico que desempeña en nuestra sociedad, y, apoyar el trabajo humanitario de la Orden en todo el mundo.

La Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén no es un club o un grupo al que una persona simplemente puede unirse.