La Fundación Católica de Orange (OCF) ha sido bendecida para ofrecer servicios a la Diócesis de Orange, sus parroquias y escuelas, y administrar actualmente 67 fuentes de fondos por un total de más de 44 millones. Pero esta monumental tarea conlleva una gran responsabilidad.
“En OCF entendemos que los valores arraigados profundamente en nuestra fe católica van de la mano con nuestras estrategias de inversión”, dijo Cindy Bobruk, presidenta y directora ejecutiva de la OCF. “Los inversionistas católicos lo esperan y nuestra misión lo refleja: elevamos, administramos, aumentamos y otorgamos fondos que apoyan los valores católicos y la intención de cada donante”.
Desde los fondos de donación de las parroquias y las escuelas, a las donaciones de campaña de la Catedral de Cristo, OCF gestiona y ofrece fondos con la ayuda de Christian Brothers Investment Services (CBIS), una empresa católica, socialmente responsable y fundada en 1981 por los Hermanos Cristianos de la Salle. La CBIS administra $7 mil millones en activos a nivel mundial, con clientes que incluyen las diócesis católicas, universidades y colegios, institutos religiosos y sistemas de atención médica.
La CBIS emplea estrategias de inversión que clasifican a las empresas en tres categorías principales: la dignidad humana (es decir, el aborto, la trata de personas, la pornografía, la explotación infantil); justicia económica (como los derechos de los trabajadores, banca responsable, acceso al cuidado de salud); y la administración ambiental.
“Si usted cree en las enseñanzas de la Iglesia, quiere asegurarse de que sus inversiones se alineen con las empresas adecuadas”, dijo Ric Brutocao, un parroquiano de la Iglesia Católica San Timothy en Laguna Hills y miembro del grupo de trabajo de campañas de la Catedral de Cristo. “La mayor ventaja como inversor católico es permitir que nuestra voz sea escuchada en asuntos que nos preocupan como la pobreza, la cual el papa Francisco destacó durante el Año de la Misericordia”.
Julie Tanner, directora de Inversión católica responsable para CBIS, supervisa la implementación del programa de preselección que asegura que ninguna inversión de OCF se haga en empresas que violen las enseñanzas católicas. Junto con la preselección, CBIS busca la participación de empresas para que hagan cambios en las políticas corporativas y en las industrias a través del compromiso con la administración corporativa, las resoluciones de los accionistas o la delegación de votos.
Por ejemplo, en CBIS, junto con otras coaliciones basadas en la fe, podrían acercase a una gran corporación que no es consciente de que sus proveedores se dedican a la explotación infantil o a la servidumbre por contrato. Con la información presentada por CBIS y los miembros de la coalición, estos inversionistas activos podrían crear grandes cambios al pedir a la gran corporación que exija acción por parte de los proveedores.
“He sido testigo de una cantidad de cambios increíbles debido a nuestra intervención y nuestro trabajo con las empresas, y las instituciones católicas han sido los líderes en este trabajo”, dijo Tanner “Los inversionistas católicos son más conscientes del poder de la propiedad activa que podría cambiar la política corporativa o incluso una industria. Y creo que las empresas tienen una mayor conciencia de su papel y lo que deben hacer para proteger a los accionistas de los riesgos y para proteger los derechos y la dignidad humana de las personas”.
Los inversionistas católicos también esperan una rentabilidad de la inversión altamente competitiva, algo que OCF cree que los inversionistas católicos no necesitan comprometer cuando descartan empresas que podrían estar en violación de las enseñanzas católicas.
“Lo que hemos visto en nuestra inversión católica responsable es que la rentabilidad es muy competitiva”, dijo Fernando Jiménez, tesorero de la junta directiva de OCF.
“La fundación OCF cree que podemos hacer el bien al hacer lo correcto”, dijo Hank Evers, director de desarrollo y comunicaciones de la OCF.