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SINTONIZADO A LA FE

By LARRY URISH     2/7/2018

Cuando pensamos en el arte mundialmente famoso, nos imaginamos galerías y salas de conciertos en ciudades sofisticadas y cultas: Londres, Nueva York y París, por ejemplo. No pensamos en Hochheim (Texas), una pequeña ciudad agrícola, que rara vez se considera como un lugar de oportunidades. Pero para un niño de 6 años, la oportunidad llegó justo allí, y llegó como lo que en su momento se consideró un pésimo regalo de cumpleaños: clases de piano. Este regalo no deseado lo cambió todo.

El granjero, Carl St. Clair, es hoy en día uno de los directores de sinfonía de más larga trayectoria de los Estados Unidos, un profesional de renombre mundial que ha colaborado con sinfonías importantes en todo Estados Unidos y el mundo.

“Extendí las alas de la música y volé fuera de Hochheim”, dijo el maestro St. Clair al Dr. John Romeri, director de ministerios musicales de la Catedral de Cristo, durante una entrevista en “Music from the Tower” del Dr. Romeri, un programa semanal en la emisora “Relevant Radio”.

St. Clair ha fungido como director musical de la Sinfonía del Pacífico durante 28 años; tomó el puesto en 1990. A través de los años, ayudó a elevar a la comunidad artística del condado de Orange. “Colocó a la Sinfonía del Pacífico en el escenario internacional”, dice Jean Oelrich, director de mercadeo y comunicaciones de la sinfonía.

“La primera vez que vi una orquesta, era parte de esta”, le dijo St. Clair al Dr. Romeri durante el podcast. “Resulta que esas primeras clases de piano fueron el mejor regalo”.

“Muchos compositores acuden a una sinfonía y luego pasan a otras más prestigiosas”, explica el Dr. Romeri. “Carl podría haberse mudado muchas, muchas veces; su reputación es buena, pero eligió quedarse aquí. Su decisión de quedarse y convertir a la Sinfonía del Pacífico en una orquesta de clase mundial habla de su personalidad y dedicación a los residentes del condado de Orange. Este es un regalo para todos aquí”.

Gracias en gran parte a las actuaciones distinguidas de St. Clair, su compromiso con la educación musical, la participación de la comunidad y sus enfoques innovadores de programación, la Sinfonía del Pacífico es la orquesta más grande formada en los Estados Unidos en el último medio siglo. “Parte de su labor es que siempre ha sido un defensor de la música nueva”, explica Oelrich. “Esta ha sido una parte importante del crecimiento de la Sinfonía del Pacífico”.

La espiritualidad ha sido continuamente un elemento clave en el trabajo de St. Clair. “Es un hombre con los pies en la tierra y un católico muy devoto”, dice el Dr. Romeri. “Él quiere mucho al obispo Vann, y le pide su bendición antes de subir al podio”.

“El verdadero propósito de la música no es solo escucharla”, le explicó St. Clair al Dr. Romeri. “Es para mejorar la vida que Dios nos ha dado y para elevar nuestros espíritus. La música tiene que tocar el alma y los corazones de los oyentes”.

Esta fe fue evidente durante el concierto de “Cathedrals of Sound” del pasado noviembre. “Carl hizo que Segerstrom Hall se convirtiera prácticamente en una catedral”, mencionó el Dr. Romeri. La noche contó con la obra de Anton Bruckner, un católico devoto. Los padres norbertinos de la Abadía de San Miguel interpretaron cantos gregorianos en el vestíbulo antes y después del concierto, y el maestro St. Clair dio una charla sobre la pieza destacada de esa noche, la 8.ª Sinfonía de Bruckner.

El maestro seguirá profundamente involucrado con la Diócesis en el futuro. “Segerstrom Hall es un lugar maravilloso”, dice el Dr. Romeri, “pero al trabajar con la Diócesis, Carl y su orquesta tendrán muchas oportunidades para presentarse en una verdadera catedral…Lo veo como alguien con una fe tan profunda, y todo su arte y trabajo está enraizado en esa fe. Él sabe que cada gran pieza de música tiene sus raíces en la espiritualidad”.

“Música del corazón” una serie de conciertos que tendrán lugar en la Catedral de Cristo exhibirá grandes obras abordadas desde una perspectiva espiritual. “Cada obra de la serie contará con literatura del coral y orquestra sagrada de la que podemos explorar y aprender”, dice el Dr. Romeri. Y en julio de 2019, el maestro, junto con Robert Istad, director artístico del Coral del Pacífico, dirigirá un concierto de gala durante la Semana de dedicación de la Catedral de Cristo, una celebración importante que incluirá, entre otras cosas, una variedad de exposiciones y tours. St. Clair tendrá la comisión de una pieza nueva para la ocasión.

Durante seis años, el maestro trabajó con el gran Leonard Bernstein, quien en sus últimos años enfatizó la importancia de “pagarlo por adelantado” [pay it forward], a través de programas de educación musical. Gracias a la influencia de Bernstein, St. Clair siempre ha participado activamente en la educación y la participación de la comunidad, ayudando a crear los grupos juveniles de la Sinfonía del Pacífico: Heartstrings, Sunday Casual Connections, OC Can You Play With Us? Arts-X-press y Class Act. En el futuro, su participación en la educación y participación comunitaria abarcarán a la Diócesis. Esto siempre ha sido una prioridad en la Catedral de Cristo, dice el Dr. Romeri. Agrega, a través de la educación, “les mostramos a todos cómo la música se relaciona con la liturgia”.

Para el maestro Carl St. Clair, la música y la Liturgia siempre permanecerán conectadas.

“El regalo de Dios par mi fue el talento para convertirme en el músico que soy hoy en día. Mi regalo para él es cómo utilizo ese talento…Hablo de esto abierta y públicamente. La manera en que utilizó este talento, concedido por Dios, es mi manera de mostrarle respeto”.