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UNA SEMANA DESPUÉS DEL HURACÁN MARÍA, PUERTO RICO SUPLICA POR AYUDA

By CATHOLIC NEWS SERVICE     9/29/2017

WASHINGTON (CNS) — Más de una semana después de que el huracán María arrastró con la infraestructura de Puerto Rico, gran parte de la isla sigue incomunicada y con una desesperada necesidad de ayuda humanitaria. Los noticieros han estado mostrando largas filas de personas, con poca agua y alimentos, y que están desesperadas por salir de la isla por el aeropuerto de San Juan. Sin embargo, la escena de destrucción fuera del aeropuerto es incluso más cruda: una isla cuyo denso paisaje tropical, además de su infraestructura, ciudades y pueblos, han sido enormemente barridos por los vientos que azotaron a Puerto Rico con velocidad de 155 millas por hora.

Fuentes oficiales dicen que el huracán María dejó 16 muertos en Puerto Rico, 27 muertos en Dominica y uno en las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Pero ha sido difícil obtener información, ya que servicio telefónico, de línea y celular, igual que el sistema eléctrico, junto con el acceso a agua potable y gasolina, han sido afectados. Muchas carreteras en zonas rurales todavía están bloqueadas por escombros, haciendo difícil el acceso de los residentes del sector. Muchos puertorriqueños en el territorio continental de Estados Unidos han estado haciendo desesperadas peticiones en las redes sociales para ver si otras personas pueden ayudarles con información sobre sus seres queridos o las condiciones de las ciudades o pueblos donde viven sus familiares que siguen incomunicados.

Está previsto que el 3 de octubre el presidente Donald Trump visite Puerto Rico, un territorio estadounidense de 3.4 millones de personas, así como también las Islas Vírgenes de Estados Unidos. El presidente ha sido ampliamente criticado por lo que algunos perciben como una lenta respuesta humanitaria y por pasar tiempo twitteando contra atletas, mientras Puerto Rico está sufriendo. Sin embargo, cuando se refirió a la desgracia de la isla en Twitter, Trump ofendió a muchos por mencionar la deuda del país, incluyendo la deuda que le debe a Wall Street, al igual que los preexistentes problemas con la infraestructura de la isla.

Estados Unidos tardó una semana para enviar un avión con 3,500 libras de agua embotellada, así como también alimentos y otros suministros a la isla, pero el presidente dijo: “Es una isla en medio de un océano… No se puede sólo ir y manejar los camiones hasta allá desde otros estados”. Un barco que brinda servicio médico también fue enviado.

La escasez de alimentos, agua y gasolina es generalizada. La muerte de dos pacientes en cuidados intensivos en un hospital de San Juan, se atribuye precisamente a la falta de gasolina.

Grupos de la Iglesia Católica se han movilizado para enviar asistencia. Algunas organizaciones, sin embargo, han reportado problemas para transportar la ayuda desde los aeropuertos hasta los sitios afectados para llevarlos a la gente que los necesita. El 27 de septiembre, el gobierno de Trump dijo que no iba a suspender las restricciones de embarque para facilitar agua y suministros a la isla, enfureciendo a políticos tales como el legislador republicano de Arizona, John McCain, quien pidió al Departamento de Seguridad Nacional que libere las restricciones conocidas como la Ley Jones. Pero el 28 de septiembre, después de mucha crítica, la ley se suspendió para poder acelerar la ayuda a Puerto Rico.

Mientras tanto, personas tales como el cardenal Timothy M. Dolan de Nueva York, han enfocado su tiempo en la oración y organizando colectas para ayudar en el gran proceso de recuperación que afronta Puerto Rico. El cardenal Dolan celebrará una misa en español en la catedral de San Patricio en Nueva York el 8 de octubre, para “expresar nuestra solidaridad en oración con la gente de Puerto Rico y México — y sus familiares y amigos en Nueva York– tras los desastres naturales que han devastado ambos países este mes”, según un artículo en el periódico diocesano Catholic New York.