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AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI

LA IGLESIA CATÓLICA SEGUIRÁ INSISTIENDO EN UNA REFORMA MIGRATORIA JUSTA E INTEGRAL

By JORGE LUIS MACÍAS     9/25/2017

“Porque somos familia de Cristo, tenemos que acompañarnos uno al otro”, afirmó Greg Walgenbach, director de la oficina de Vida, Justicia y Paz en la Diócesis de Orange, durante un taller informativo sobre inmigración  realizado en la 7ª Convocatoria Anual de Líderes de Jóvenes y Jóvenes Adultos denominada Discover / Descubre.

“Como Iglesia, pedimos compasión y una reforma migratoria integral”, dijo Walgenbach a un grupo de Católicos jóvenes y adultos reunidos en un salón del Centro Pastoral de la Catedral de Cristo, el pasado 5 de agosto. “Sabemos que cuando un miembro del cuerpo de Cristo sufre, todos sufrimos, y tenemos que caminar juntos”. (1 Corintios 12: 26-28).

Walgenback aseguró que el Obispo Kevin Vann y la Iglesia, a través de las oficinas que él lidera, tiene el reto de formar equipos y ministerios que sean parte de la estructura de las parroquias, porque la defensa del tema migratorio no se puede hacer desde una organización social o por teléfono.

“Tenemos que conocernos uno al otro, conocer nuestras historias, y la historia del Dios migrante que vino al mundo en la persona de Jesús”, dijo Walgenback. “Hay parroquias que ya están haciendo el acompañamiento, pero esta iniciativa toma tiempo y mucho esfuerzo”.

Lo fundamental para todas las familias que viven actualmente en la incertidumbre, a causa de su estatus migratorio y las separaciones a causa de la deportación, es educarse para estar preparados en la defensa de sus derechos.

“Yo vine a este taller porque estoy interesada en recibir informacion de cómo ayudar a nuestra comunidad latina de mi parroquia y a las demás personas que viven con miedo”, dijo Yesenia Rangel. “Quise informarme de lo que debo decir a los jóvenes dreamers que tiene DACA, y también darles tranquilidad a mis papás y que sepan que tienen derechos”.

preparación y educación

Walgenback comparó el ambiente como a lo que sucede durante un tornado, un terremoto o un huracán, cuando después de la tragedia se manifiesta el amor y la solidaridad de los vecinos.

“Antes, es difícil prepararse para lo que no ha pasado”, manifestó el director de la oficina de Vida, Justicia y Paz para la Diócesis de Orange. “Por ello nos enfocamos mucho en la preparación, para estar listos si se necesita actuar y acompañar a quien lo necesite”.

Destacó que la Diócesis de Orange está lista para respaldar a las familias, y junto con las oraciones va la abogacía y la lucha por legislación que cambie el sistema migratorio hasta alcanzar una reforma migratoria integral y justa.

“Así como el Obispo [Kevin] Vann se ha unido al [Arzobispo de Los Ángeles], José Gómez, no queremos más deportaciones ni detenciones hasta que no tengamos la reforma migratoria”, dijo Walgenback.

Desde enero pasado a la fecha, las autoridades del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, han logrado deportar a más de 105,000 inmigrantes. De ese total, el 42 por ciento de ellos (44,100) nunca habían cometido ningún delito.

Un año antes, bajo la administración del ex presidente Barack Obama, un total de 121,170 individuos fueron repatriados, un porcentaje similar no contaba con récord criminal.

“Este es un asunto de gran importancia para mí”, comentó Bill Meier, feligrés de la Iglesia de San Bonifacio, en Anaheim. “Mis tatarabuelos vinieron de Alemania; a muchos que vinieron [A Estados Unidos] también les decían que se regresaran a su país; por eso tengo que aprender más de los inmigrantes hispanos y sus historias”.

Por su parte, Thelma Castro, una joven católica nacida en Los Ángeles e hija de padres inmigrantes salvadoreños da gracias a Dios que ellos lograron la ciudadanía durante la amnistía de 1986 del ex presidente Ronald Reagan.

“Lo más difícil para cualquier inmigrante es el maltrato puesto que hasta yo misma, que no soy inmigrante lo siento”, aseveró. “He visto y sentido el desprecio de otras personas que lo miran a uno como si fuera un bicho raro”.

Thelma, feligresa de la Iglesia Inmaculado Corazón de María, en Santa Ana, argumentó que es “triste” la situación que viven, y, aunque intenta entender las emociones encontradas de quienes favorecen o están en contra, sabe que “los únicos que deberían estar aquí son los nativos americanos, porque de ahí en más todo mundo es inmigrante o es descendiente de inmigrantes”.

Por ello, Greg Walgenback convocó a los participantes en su taller sobre inmigración a ser la voz de abogacía para transmitir la informacion que las familias necesitan para conocer sus derechos, “humanizarse” sobre el tema, acompañar al inmigrante y “complicarse” de manera positiva, entendiendo el sufrimiento de otros.

“Si estuviera Jesucristo entre nosotros, nos diría ama a tu prójimo como a ti mismo”, añadió Thelma. “Esa es la base de toda relación humana: amar al prójimo”.