REDACCIÓN CENTRAL (ACI Prensa) – El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gomez, alentó a los fieles a reformar su vida acercándose a Cristo durante el tiempo de Cuaresma, que comienza el 6 de marzo, Miércoles de Ceniza.
En su columna titulada “Cuaresma y retorno a la vida en Cristo”, el Arzobispo reflexionó sobre la frase “Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”, que el sacerdote pronuncia en Miércoles de Ceniza.
Esto es importante, dijo, porque “en nuestros tiempos hay una gran necesidad de entender nuestra existencia en términos de lo ‘sobrenatural’ o ‘celestial’” en medio de una “sociedad regida por mecanismos y tecnologías, y nuestro pensamiento tiende a volverse finito y limitado a la tierra, determinado por lo que podemos ver y sentir, confinado a las cosas materiales”.
En ese sentido, invitó a que en los 40 días de Cuaresma se profundice “en nuestra concientización del misterio de nuestra vida en Cristo. Quiero que intentemos profundizar en nuestra conversión personal, en el corazón de los Evangelios y en los escritos del Nuevo Testamento”.
“Durante estos días de Cuaresma, quiero que retornemos a la figura de Jesús. Tenemos que recuperar la Encarnación como el camino y la verdad de nuestra vida”.
El Prelado recordó que “Jesús eligió entrar en este mundo y pasar por todos los momentos de la vida humana, desde su inicio en el seno de una madre, hasta el final, cuando su cuerpo fue depositado en una tumba”. “Al hacer esto, Jesús santificó nuestra existencia terrenal, haciendo de ella un camino al Cielo”, agregó.
En ese sentido, explicó que seguir al Señor significa “volvernos más semejantes a Jesús en lo que pensamos y en lo que deseamos, en la manera en que tomamos las decisiones y en que actuamos. Estamos llamados a una renovación interior que ha de expresarse en una nueva actitud y dirección para nuestra vida”.
Esto, dijo, se hace “empezando por reflexionar y orar acerca de la vida de Jesús”.
El Arzobispo señaló que si bien “no podemos cambiar el mundo o cambiar nuestra vida en 40 días”, podemos “hacer un buen inicio en este sentido”. Por ello animó a hacer “de esta Cuaresma un tiempo en el que profundicemos en nuestra amistad con Jesús, en la reforma de nuestra vida, ajustándola más de cerca a la de Él”.
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