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ARZOBISPO SALVADOREÑO PIDE AL PAPA QUE PROCLAME A ROMERO ‘DOCTOR DE LA IGLESIA’

By JUNNO AROCHO ESTEVES Y MELISSA VIDA, CATHOLIC NEWS SERVICE     10/18/2018

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El arzobispo José Luis Escobar Alas de San Salvador le pidió al papa Francisco que proclamara a san Óscar Romero el primer “doctor de la Iglesia” latinoamericano”.

“Quisiera tomar esta ocasión para implorarle, Santo Padre, a nombre de los pastores y del pueblo de Dios, de la manera más atenta, humilde y respetuosa, que autorice la apertura del proceso para que san Óscar Arnulfo Romero sea declarado ‘doctor de la Iglesia'”, dijo el arzobispo Escobar el 15 de octubre.

La solicitud del arzobispo salvadoreño fue recibida con ovaciones y aplausos por parte de unos 5.000 peregrinos salvadoreños durante una audiencia con el papa el día después de que el martirizado arzobispo Romero se convirtiera en el primer santo de El salvador.

Si san Romero es declarado doctor de la iglesia, ello significaría que los escritos del santo recién canonizado han de considerarse fuentes que ofrecen conocimiento teológico clave para el credo.

El arzobispo Escobar dijo que “las invaluables enseñanzas y el testimonio de vida” de san Romero iluminarían un mundo vencido por la oscuridad que viene de “una falta de fe”, así como de “las serias injusticias sociales que han causado graves violaciones de los derechos humanos y la dignidad de la gente”.

Anteriormente los peregrinos salvadoreños habían dado gracias por la canonización de Romero durante una Misa celebrada en la sala de audiencias del Vaticano por el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, quien era una amigo muy cercano del arzobispo asesinado.

La llegada de los peregrinos a la sala de audiencias coincidió con la llegada de los obispos, cardenales y observadores que subían a la reunión del Sínodo de los Obispos. Un sacerdote que se dirigía hacia el sínodo se encontró con un grupo de salvadoreños y dijo “¡viva Romero!” para el deleite de los peregrinos.

Saludando a los peregrinos, el cardenal Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, expresó su alegría de ver tantos salvadoreños de todo el mundo en Roma para la canonización.

“Ayer vimos la plaza llena de azul y blanco (los colores de la bandera de El Salvador). ¡Invadimos Roma!”, dijo.

Cuando llegó el papa, el arzobispo Escobar lo invitó a visitar El Salvador, otra solicitud que causó que los peregrinos aplaudieran emocionados.

“Le invitamos a visitar al arzobispo Romero y pedimos que en esa misma ocasión usted tenga la bondad de beatificar al padre Rutilio Grande. Tener a Su Santidad en nuestro país sería una inmensa gracia de Dios para nuestro pueblo”, dijo el arzobispo.

Durante su discurso ante los peregrinos, el papa Francisco no respondió a ninguna de las peticiones del arzobispo. En vez se enfocó en san Romero como un ejemplo para los fieles y los líderes de la Iglesia en El Salvador.

“San Romero sabía cómo encarnar a la perfección la imagen del Buen Pastor que da su vida por sus ovejas”, dijo el papa. “Por esta razón, y mucho más ahora después de su canonización, (los obispos) pueden encontrar en él ‘un ejemplo y un estímulo’ en el ministerio que se les ha confiado”.

El papa les pidió atender al “pueblo santo de Dios” en El Salvador y aprender de la vida y muerte de su santo arzobispo, quien nunca estuvo lejos de su rebaño.

El pueblo de El Salvador “tiene una fe viva que se expresa en distintas formas de religiosidad popular y moldea su vida social y familiar. Es la fe del pueblo santo de Dios”, dijo el papa. “A los sacerdotes, los obispos, les pido: ¡Cuiden al pueblo santo de Dios, no lo escandalicen! ¡Cuídenlo!”.

Añadió: “El pueblo amaba a san Óscar Romero, el pueblo de Dios lo amaba, ¿y ustedes saben por qué?”. Porque el pueblo de Dios conoce el olor de la santidad”.

Entre los peregrinos presentes en la Misa y en la audiencia papal estaba Cecilia Rivas, cuya curación milagrosa despejó el camino para la canonización de san Romero.

Rivas estaba embarazada en 2015 de su hijo menor y sufrió una enfermedad que amenazaba su vida, conocida como el síndrome antifosfolípido, y se creía que no iba a sobrevivir.

Cuando su esposo, Alejandro, le oró a san Romero que intercediera por la vida de su esposa la condición de ella mejoró y ella sanó mediante la intercesión de él.

“Estamos agradecidos por la intercesión del arzobispo Romero y no dudaremos al pedirle que interceda por nosotros”, dijo Rivas a Catholic News Service. “Dios hace milagros a través de la intercesión de los santos y en este caso de san Romero”.

El día antes de la audiencia, la familia se reunió brevemente con el papa y el hijo mayor le regaló a él un retrato de san Romero pintado por los niños de su escuela.

Rivas dijo que una de las mejores partes del viaje a Roma fue visitar la tumba de san Pedro.

“Me desmoroné allá abajo, como una niñita, llorando”, le dijo a CNS. “Para mí eso fue un pedacito de cielo”.

Rivas también dijo que, aunque “la Iglesia está pasando tiempos difíciles en este momento”, ella está segura de que florecerá si es “podada” como un árbol.

“Sí, la Iglesia saldrá más fuerte y más hermosa”, añadió su esposo.