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CRECE LA DEVOCIÓN AL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN ESTADOS UNIDOS

LA IMAGEN DEL PATRÓN DE LOS PERUANOS RESIDENTES E INMIGRANTES HA LLEVADO EL CULTO A DIVERSOS ESTADOS DEL PAÍS

By JORGE LUIS MACÍAS     1/13/2020

La devoción al Señor de los Milagros, patrono del Perú está creciendo en el Sur de California y en diversos estados y numerosas localidades de Estados Unidos. 

En torno a la imagen milagrosa se congregan centenares de feligreses de diversas naciones de Latinoamérica, en solemnes procesiones en estados como California, Carolina del Norte, Connecticut, Florida, Illinois, Kansas, Minnesota, Nueva York/Nueva Jersey, Ohio, Pensilvania y Washington. 

“En mi familia todos somos católicos; profesamos nuestra fe de manera activa y siempre pedimos protección al Señor de los Milagros”, dijo Martin Uribe, un peruano de 56 años, quien emigró a California hace dos décadas. “Gracias a él, mi esposa Amelia y mis hijos están bien”. 

Uribe es un iqueño residente en la ciudad de Canoga Park. Dice que también es devoto del Señor de Luren, pero pertenece a una hermandad del Señor de los Milagros. 

Justamente, en la iglesia de San Hilario, de Pico Rivera donde han integrado otra hermandad, ayudó a sus compatriotas a cargar el palanquín que lleva la sagrada imagen. 

Desde un terremoto de 1687, la imagen original del Señor de los Milagros es llevada en procesión cada primer sábado de octubre. Avanza desde el monasterio de las Nazarenas por las calles entre vítores de millones hacia la catedral de Lima. En California se utiliza una réplica. 

En octubre 26 de 2003, en la Plaza de San Pedro, el Papa -ahora San Juan Pablo II- al finalizar el rezo del Ángelus, dio su bendición a los devotos del Señor de los Milagros. Los devotos del Cristo de Pachacamilla llegaron al Vaticano con imágenes del Cristo Moreno. 

También, el 15 en octubre de 2005 los fieles fueron bendecidos por el ahora emérito Papa Benedicto XVI. La Santa Sede, en coordinación con el Arzobispado de Lima, designó por unanimidad nombrar al Señor de los Milagros como Patrón de los Peruanos Residentes e Inmigrantes que llevaron el culto a otras naciones. 

un “milagro” en santa ana 

Julio González, un médico internista originario de Lima, Perú, recordó que por motivos políticos debió emigrar a Estados Unidos cuando tenía 26 años. Está a punto de cumplir 50. 

En su país terminó la carrera de medicina, pero en Nueva York no pudo ejercer su profesión. Trabajó en una fábrica de pieles. 

“Era un trabajo rudo, brusco, terrible, más parece que estás haciendo gimnasia todo el día”, dijo. “La cosa es pesada porque el americano está enfocado en la producción”. 

En un país de extranjeros, y al lado de polacos e italianos, Julio extrañaba profesar su fe de niño. Recordaba cuando sus padres, Angélica y Alejandro lo vestían con el hábito morado del mes de octubre. 

Cuando se reencontró con su cultura, música, comida y sus connacionales peruanos en California, renació el amor a su patria y al amor por el Señor de los Milagros. 

Julio era parte de una hermandad peregrina que existía en Los Ángeles. Tenían una anda pequeña que llevaban a las familias peruanas del condado de Orange que no podían viajar para presentarle sus respetos a la imagen. 

Con los miembros de la hermandad en la ciudad de Pico Rivera, fueron a la iglesia de Nuestra Señora del Pilar en Santa Ana. Sucedió que en plena procesión una niña en silla de ruedas insistía en querer tocar la imagen del Señor de los Milagros. 

“Aquella silla de ruedas pesaba demasiado; la levantamos entre todos y un cordón se extendió hasta la niña; ella tocó la imagen, y al año siguiente que regresamos ella ya caminaba por sí misma. Fue un milagro que me tocó ver”. 

Aquella niña le pidió a Martín Pardo -también miembro de la hermandad-que fuera su padrino y él le regaló el hábito del Señor de los Milagros”. 

Desde que la devoción llegó al Sur de California, hace tres décadas, aparte de los festejos religiosos, novenas, rosarios, misas y verbenas populares, el pueblo peruano y sus hermanos latinoamericanos oran y cantan con devoción al Señor de los Milagros: “Faro que guía. Da a nuestras almas la fe, esperanza, la caridad. Tu amor divino nos ilumine, nos haga dignos de tu bondad.