“LA CUARESMA ES TIEMPO de amor, de conversión y de reconciliación”, dijo la hermana Mabel Suárez Zárate, miembro del grupo de oración “El Buen Pastor” de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe Delhi.
Suárez Zárate predicó el 25 de febrero a varios centenares de fieles, a través de las plataformas virtuales de Facebook Live, Zoom y YouTube, en un evento organizado por los directivos del grupo de oración “El Gozo del Señor” “La Cuaresma también es tiempo de perdonar y de pedir perdón, y de reconocer que, al estar alejados de Dios, es hermoso saber que Él quiere unir su presencia en nuestras vidas”, afirmó.
Como preparación para vivir con la paz del alma y del corazón la Cuaresma 2021, la predicadora indicó que Dios quiere unirse a su pueblo a través de su amor único y perfecto: Jesucristo.
Apeló al Evangelio de San Juan 3,16-17: “¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él”.
“La gracia de Dios es que nos ha entregado a su único Hijo amado, no para condenarnos, sino para que su amor pudiera redimirnos; para darnos su gracia y que sintamos una gran necesidad de reconciliarnos con ese amor que hemos perdido”, dijo. Por lo anterior, pidió a sus hermanos de fe, reflexionar, sentirse en la pres-encia de Dios y decirle a Él cuáles son las áreas individuales en donde el ser humano necesita ser restaurado.
“Ustedes viven en el mundo, pero ya no son del mundo” (Juan 15:18), animó a los fieles.La predicadora recordó que, en febrero pasado, en el Miércoles de Ceniza, el Papa Francisco señaló que esta cuaresma señala el reencuentro con Dios e iniciamos el camino de la Cuaresma que se abre con las palabras del profeta Joel: Vuélvanse a mí de todo corazón (Joel 2,12).
“¿Cómo vamos a llegar a la casa del Padre? ¿Con qué cara nos presentaremos delante de Él?, preguntó. “Dios nos ha dado lo más precioso que tenía, que es su Hijo y tenemos que recuperar la conciencia para saber como vamos a regresar a Él”.
Cuando habló de reconciliación, Mabel Suárez Zárate expresó la importancia de comprender que, si hay al guna rencilla o pleito no resuelto con algún hermano, la familia, en el trabajo, etc. Es necesario sentarse frente a Dios, analizar por qué hay áreas de la vida donde no hay paz para el corazón, ya sea que se haya ofendido a alguien o se haya recibido alguna ofensa.“
Retoma la amistad con la persona y recupera ese vínculo que se había in terrumpido”, aconsejó a los católicos.
“Como el hijo pródigo que hizo lo que quiso con su vida y después se dio cue-ta que le había fallado a Dios, tú puedes regresar e iniciar el camino a la casa del Padre y comprender que también para nosotros es tiempo de volver al Padre”.
Dios, que de nuevo pone de pie al hombre y que da el primer paso en es e retorno de reconciliación recibe el perdón del Señor, a través de la confesión de los pecados.
“El pecado te va alejando de Dios; llegas a sentir que ya no necesitas del amor ni de la gracia de Dios y por eso, muchas veces no vivimos en paz”, subrayó la predicadora, quien parafraseó a San Agustín: «Nos has hecho,Señor,para ti y nuestro cora-zónestá inquieto hasta que descanse en ti.
El corazón no descansará hasta que regrese a la presencia de Dios, y llegar a El será cuando haya paz, alegría y gozo que trae la reconciliación.
“Ese sacramento te ayuda a saber cuántas veces le has fallado a Dios y al prójimo; cuánto mal has hecho al dañar la integridad de las personas, cuántas rencillas has tenido con amigos, familiares, compañeros de trabajo”, dijo. “Muchas veces, en vez de acercarte a Dios el odio, rencor, resentimiento y coraje te aleja de El, pero deberías reconocer que quien ha fallado eres tú”.
Manifestó que la confesión, como sacramento de reconciliación y sanación del alma y el corazón fue explicada en abril de 2014 por el Papa Francisco, quien respondió a los que erradamente piensan en la idea de que “Yo me confieso solamente con Dios”, para excusarse así mismos de no participar de la gracia del sacramento.
La predicadora subrayó que en 2Co 5,17-21,: “Toda persona que está en Cristo es una creación nueva…Todo eso es obra de Dios, que nos reconcilió con él en Cristo y que a nosotros nos encomienda el mensaje de la reconciliación… Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios”, se urge a los creyentes a considerar que Cristo murió por todos, y urge a todos a sentirse amados, y, aunque tengamos pecado Dios nunca deja de amarnos.