San Juan Pablo II habló por primera de vez de “Nueva Evangelización” en 1979; su sucesor, el ahora papa Emérito, Benedicto XVI propuso la “Nueva Evangelización” como la tarea principal de la Iglesia en el siglo XXI y en la actualidad, el Papa Francisco ha pedido que la Nueva Evangelización consista en dar esperanza mediante la primacía del testimonio, la urgencia en el ir al encuentro de los que no conocen a Cristo ni han escuchado el Evangelio, y el proyecto pastoral centrado en lo esencial.
Pero la Nueva Evangelización toma muchas formas, formas y métodos.
En la Evangelización de la Cultura, el padre Kevin McGoldrick, de la Arquidiócesis de Filadelfia es uno de los principales protagonistas con su voz, sus canciones y su música.
Este Capellán del Colegio Aquinas en Nashville, Tennessee, está cambiando corazones mediante los dones con los que Dios lo ha bendecido. Se ha convertido en portavoz del lenguaje de la misericordia, con su testimonio y su música, antes que sus palabras.
“La música siempre ha sido parte de mi vida”, dice el padre Kevin a OC Catholic. “El arte ha sido creado por Dios y yo necesito de la música para expresar las emociones a través del arte”.
Desde niño tocaba el piano y cantaba en coros. En el primer año en la escuela secundaria fue cuando empezó a escribir y tocar música y hacer grabaciones con su mejor amigo, Jon Madof, un judío ortodoxo.
El padre McGoldrick estuvo de gira por California, del 18 al 27 de mayo. En el Teatro Freed de la Catedral de Cristo presentó todo su repertorio de su álbum más reciente Square Peg Round Hole (Clavija Cuadrada en un Agujero Redondo).
Ese era justamente Kevin McGildrock, el hijo de Thomas y Kathleen McGoldrick.
Pero dejó de serlo, hasta que encontró su vocación y el llamado de Cristo al sacerdocio. Fue ordenado por el Cardenal Anthony Bevilacqua, el 17 de mayo de 2003 en la Catedral Basílica de los Santos Pedro y Pablo de Filadelfia.
“Hubo algo en mi corazón. No es que haya escuchado directamente la voz de Dios en mi oído”, reflexiona. “Mi mamá realmente fue quien me alentó a tomar mi fe más seriamente…Vivía en un mundo opuesto al Evangelio”.
El padre McGoldrick expresa que siempre se ha sentido como una clavija cuadrada en un agujero redondo.
“Vi la contradicción de la vida vacía…hasta que dejé que Cristo viniera a mí”, expresa. “En mí estaba la contradicción y el intento de alejarme de aquel vacío que había en mi corazón”.
Su temperamento es melancólico, incluso en el tono de su voz, cuando canta.
Sus canciones hablan el idioma del pueblo, en un estilo multifacético de jazz, blues, gospel y pop, con un sonido fresco que incorpora amplias influencias musicales de John Mayer a G Love y Sauce Especial.
Melodías como “Coffee” (Café), “Oh Dios, Tú Eres Mi Dios, (O God You Are My God), Take Me Back (Llévame de Vuelta) o “Jesus You Are Beautiful” (Jesús Tú Eres Maravilloso) son esencialmente un abrazo al corazón. Hablan de amor y evangelizan.
“Así como la Palabra se hizo carne, la buena moral debe utilizare para traer el Evangelio”, afirma. “Tenemos que salir de donde estamos, como dijo el Papa Juan Pablo II: Cristo y su Evangelio no son conocidos, y evangelizar no es tener todas las respuestas que el ser humano plantea; Debemos siempre tratar a todos con respeto, porque cada vida es un misterio, tú eres un misterio creado a imagen y semejanza de Dios. Todos estamos en el mismo barco de la vida, y en ella, debemos ayudar a otras personas a conectarse con la verdad”.
virgen de guadalupe, una gran imagen, una gran influencia
El padre Kevin revela que, aunque no ha visitado la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, ella representa una gran inspiración en su vida como sacerdote, cantante y compositor.
De hecho, en honor de la Santísima Virgen María canta siempre en sus conciertos la canción Lovely Lady Dressed In Blue (Señora Preciosa Vestida de Azul), compuesta por el famoso jazzista de New Orleans, Louisiana, Aaron Neville.
“Nuestra Señora de Guadalupe es una gran influencia para mí. Ella es mi modelo”, dice el padre Kevin. “Mucha gente conoce solamente la historia básica [de sus apariciones milagrosas, en diciembre de 1531]; eso fue una parte de ella, pero durante 30 años los misioneros les estaban predicando y había muy pocos conversos. Pero cuando ella habló [a San Juan Diego], hubo 10 millones de conversos en pocos años. Ella vino y les habló en su propio idioma, ella uso sus propias imágenes, y su mensaje era una buena noticia: ¿Sabes cuánto tiempo tenían de practicar el sacrificio humano? Ahora sus hijos son libres. Y eso es lo que quiero hacer: usar este lenguaje secular, hablar el idioma de la cultura, y traer la Buena Nueva”.