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DIOS ES MISERICORDIA: AÑO SANTO AFIRMA CREENCIAS COMPARTIDAS POR CRISTIANOS, MUSULMANES, JUDÍOS,

By cindy wooden, catholic news service     12/6/2015

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Al abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y el Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco también tiene la esperanza de abrir un año de “ferviente diálogo” entre los cristianos, los musulmanes y los judíos, de modo que todos los que profesan fe en un Dios misericordioso puedan ser más fuertes mostrándose misericordia los unos a los otros.

La apertura de un jubileo extraordinario justo un mes después de los ataque terroristas en París y en un momento de continua lucha en Tierra Santa y en los alrededores del Oriente Medio demuestra la magnitud del reto que enfrentan aquellos comprometidos al diálogo interreligioso, pero igualmente demuestra la necesidad.

En su proclamación oficial del Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco dijo que la profesión cristiana de la fe en la misericordia de Dios “nos relaciona con el judaísmo y el islamismo, ambos de los cuales consideran la misericordia como uno de los atributos más importantes de Dios”.

Él oró para que el jubileo “nos abra a un diálogo aun más ferviente de modo que podamos conocernos y entendernos mejor, que elimine toda forma de mentes cerradas y falta de respeto y ahuyente toda forma de violencia y discriminación”.

“Este jubileo de misericordia es una inspiración”, dijo Shahrzad Houshmand, académica musulmana que enseña en la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma. “En este momento difícil en la historia es tiempo de regresar al nombre original de Dios, quien para nosotros tres es misericordia. Hemos perdido tanto en el camino debido a nuestro orgullo porque no nos hemos reconocido mutuamente como hermanos y hermanas y algunos han llegado a estar tan descarriados que se ven mutuamente como enemigos. Este jubileo puede ayudarnos a regresar a las raíces de nuestra existencia religiosa, que se basa en el nombre de Dios, el misericordioso”.

Para el rabino Naftali Brawer, principal oficial ejecutivo de la fundación Spiritual Capital en Londres, ser religioso significa imitar a Dios, particularmente en la búsqueda de justicia y en la demostración de la misericordia.

Hacer el mundo un lugar mejor, él dijo, “se trata de individuos, se trata desde abajo hacia arriba, se trata de pequeños actos de misericordia. … No va a suceder a través de conferencias de líderes interreligiosos haciendo más proclamaciones sobre el significado de la misericordia o teólogos entrando profundamente en lo que significa la misericordia, sino que se trata de gente de distintos credos viviendo juntos e intentando ver a los demás como verdaderamente son y respondiendo de acuerdo a ello”.

“Esto sucede en la tierra”, dijo el rabino. “Esto sucede en un millón de distintos pequeños actos diariamente”.

Para los judíos, él dijo, la justicia y la misericordia de Dios van juntas. “Hay un pasaje de enseñanza judía en el Talmud que declara que si alguien es misericordioso hacia el cruel terminará siendo cruel al misericordioso. Es decir, la justicia es importante en el judaísmo; no es simplemente la misericordia no adulterada”.

“Pero lo que hacemos en nuestras liturgias”, dijo el rabino, “estamos constantemente pidiéndole a Dios atemperar su justicia con misericordia”.

Es “una pequeña caricatura” decir que el poder de Dios en las Escrituras judías es mayor que su misericordia, dijo el rabino Brawer, porque la Biblia presenta distintas imágenes de Dios. “Hay momentos en que él es iracundo y vengativo, pero entonces también hay momentos en que Dios es extraordinariamente vulnerable, traicionado y casi sorprendido por el comportamiento de un pueblo que él ama que no está correspondiéndole ese amor. De modo que sí, Dios puede ser vengativo e iracundo y exigir justicia, pero entonces él muy frecuentemente permite que los humanos reten eso, invita a los humanos a retar eso, y creo que esa es la imagen más amplia”.

Por ejemplo, el dijo, después que los israelitas adoraron el ternero de oro, Dios le dice a Moisés: “’Los exterminaré’, esa es una imagen, pero lo que es igualmente importante es la imagen siguiente en que Moisés intercede y Dios cede y eso es algo extraordinario”.

Houshmand dijo que 113 de los 114 capítulos del Corán abren con la frase “Bismillah al rahman al rahim”, usualmente traducido “En el nombre de Dios, el clemente, el misericordioso”. Los musulmanes comienzan sus oraciones formales con esta frase, ellos la dicen antes de las comidas, comienzan los discursos formales con esta y la recitan al principio de los ritos matrimoniales y fúnebres.

¿Por qué repite el Corán este nombre tan frecuentemente? Quizás porque Dios sabe que desafortunadamente el corazón humano necesita escuchar repetido, constante y frecuentemente, que Dios es misericordioso”, él dijo. “Con nuestros instintos y egoísmo, nuestros fracasos y trivialidades, los seres humanos tienden siempre a huir de la misericordia, así que el Corán lo repite y repite y repite”.

Como en el catolicismo, en el islamismo invocar la misericordia de Dios está particularmente atado a pedirle a Dios perdón por los pecados de uno, ella dijo. El islamismo enseña que “Dios, la plenitud del amor, sabe y ve los errores, las equivocaciones y los pecados de la persona humana. Pero su misericordia nunca se detiene ante nada. Su misericordia abarca toda la creación — los malos y los buenos, los santos y los pecadores — y dice: ‘Te veo, veo tus pecados, pero aun así soy siempre misericordioso. Y las puertas de mi misericordia, de mi perdón, siempre están abiertas para ti siempre, eternamente’”.

Los musulmanes, ella dijo, creen que en distintos momentos del año, tales como los últimos días del mes de ayuno del Ramadán, los portones del cielo se abren más ampliamente y la misericordia de Dios fluye más abundantemente. “Veo el jubileo como teniendo este propósito también, de sanar heridas profundas. Tenemos que acoger este llamado a la misericordia y recordar que nadie es perfecto, nadie está sin la necesidad de misericordia. Como dijo Jesús: ‘El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra’”.