CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El papa Francisco usó una reunión con miles de enfermeros italianos para honrar a una enfermera que él cree que le salvó la vida al decirle a sus médicos que él necesitaba antibióticos más agresivos para el tratamiento de una infección pulmonar.
“Cuando yo tenía 20 años y estaba a punto de morir, fue ella la que dijo a los doctores, incluso discutiendo con ellos: ‘no, esto no funciona, hay que darle más'”, dijo el papa el 3 de marzo durante una reunión con miembros de la asociación de enfermeros profesionales de Italia.
“Sobreviví”, dijo el papa, gracias a los antibióticos y a la extirpación del pulmón infectado. “Le doy las gracias. Y querría nombrarla aquí, delante de vosotros: Sor Cornelia Caraglio”. La monja dominica de Italia era “una mujer estupenda, también valiente, hasta el punto de discutir con los médicos”.
El papa le dijo a los enfermeros italianos que, igual que la hermana Caraglio, “ustedes están todo el día ahí y ven lo que le pasa al enfermo. ¡Gracias por todo esto!”.
En los hospitales y centros de rehabilitación, él dijo, los enfermeros están “en las encrucijadas” de docenas de relaciones que involucran a los pacientes, sus familias, los médicos y otro personal.
Los enfermeros pasan mucho más tiempo que cualquier otro personal con los pacientes y los miembros de sus familias, él dijo, de modo que ellos comúnmente tienen más información acerca de una multitud de factores que tienen que ser considerados al determinar cómo atender mejor al paciente.
“La sensibilidad que ustedes adquieren al estar en contacto con los pacientes todo el día”, él dijo, “los hace promotores de la vida y de la dignidad de las personas”.
El toque es un factor importante para demostrar respeto por la dignidad de la persona, dijo el papa.
Cuando Jesús sanó al leproso, él dijo, él extendió su mano y tocó al hombre.
“Tenemos que reconocer la importancia de este gesto simple”, dijo el papa Francisco. “La ley mosaica prohibía tocar a los leprosos y prohibía que ellos se acercaran a los lugares habitados. Pero Jesús fue al corazón de la ley, que se resume en el amor por el prójimo”.
Jesús se acercó al leproso, él dijo, y demostró que Dios estaba cerca de él también.
Nunca olviden la “medicina de las caricias”, dijo el papa Francisco a los enfermeros. “Una caricia, una sonrisa, está llena de significado para el que está enfermo. Es un gesto simple pero animador, él o ella se siente acompañado, se siente más cerca de ser sanado, se siente como una persona, no como un número”.