Padre Agustín Escobar (1955-2017)
El padre Agustín Escobar nació en Medellín (Colombia) el 18 de abril de 1955; el menor de 18 hijos. El padre Escobar falleció en la mañana del 25 de marzo del 2017 en Medellín, a los 61 años; víctima de cáncer de médula ósea. En su corta permanencia en la Diócesis de Orange dejo una huella indeleble.
Provenía de una familia muy pobre, pero, como solía decir: “éramos muy ricos en la fe de Dios”. Cuatro de sus hermanos se convirtieron en sacerdotes y dos de sus hermanas eran monjas. Toda su familia estaba a su lado al momento de su fallecimiento.
Su ordenación como sacerdote fue el 31 de mayo de 1987, y comenzó a trabajar como pastor en dos parroquias de Colombia. El padre Escobar llegó a los Estados Unidos en 1996, sirvió como Agustino Recolecto (O.A.R) en Nuestra Señora del Pilar, Santa Bárbara, Santísimo Sacramento, San Norberto y Santa Cecilia. Se refería a su llegada a los Estados Unidos como su nuevo “desafío” y “aventura”.
El padre Escobar sirvió en San Norberto en Orange desde el 2010 al 2015 y los feligreses lo querían mucho. Será recordado como un ejemplo santo y gozoso de Cristo.
El padre John Duy Nguyen, pastor asistente de San Norberto, dijo que el padre Escobar era muy popular, especialmente con los feligreses de habla hispana.
“Ofreció asesoramiento y orientación para muchas de las familias de habla hispana regularmente”, indicó el padre Nguyen. “Él llevó una vida de oración muy inspiradora y ayudó a muchos feligreses a meditar y reflexionar sobre sus propias vidas de oración. Animó a los feligreses y compartió su travesía con ellos”.
El padre Escobar informó a los feligreses de San Norberto que tenía cáncer y que había tomado la decisión de regresar a Colombia a vivir sus últimos días. Durante la homilía en la misa de despedida, el padre Escobar entregó a los fieles, quienes habían abarrotado la iglesia, un mensaje compasivo.
“Dijo que: ‘mi cuerpo tiene cáncer, pero mi alma no, y vivirá’”, señaló Nguyen. “Ese es un mensaje muy poderoso”.
“Se relacionaba con los niños y los adultos por igual. Trabajé con él durante tres años, y a veces entraba a su oficina y él me ofrecía consejos, y yo estuve agradecido por eso. Fue muy optimista y sabio. Era alguien de confianza y muy querido. Ahora está en su última morada, en Colombia, donde nació”.
El señor Joe Ciccoianni, el director de la Escuela Primaria de San Norberto, dijo que el mensaje del padre Escobar era “real”.
“Había estado enfermo, pero regreso a la parroquia para la Primera Reconciliación el otoño pasado”, dijo Ciccoianni. “Él tenía una voz profunda y maravillosa, y una manera de hablar con las personas que irradiaba paz. Fue amable y cortés, y ayudó a perpetrar la misericordia de Dios”.
“Sabía que estaba desahuciado, pero su homilía hizo que las personas lloraran y rieran al mismo tiempo. Dijo que sabía que su cuerpo tenía cáncer, pero creía que su alma viviría en la eternidad. Como católico, creemos en eso, pero él lo predicó y fue ‘real’, creía realmente en esto. Cuando terminó su homilía, la gente lo aplaudió”.
“Él tenía una confianza total en Dios, no como una forma intelectual de pensar, sino que lo vivió y lo creyó”.
Mary Alvarado, la directora de la Escuela Primaria de Santa Cecilia en Tustin, la última parroquia donde el padre Escobar prestó servicios, dijo que se le recuerda con mucho respeto.
“En octubre del 2015, cuando nos preparábamos para una visita del obispo Vann, el padre Escobar entró en la iglesia y vio que estábamos practicando y él, voluntariamente, se vistió en sus vestimentas para ayudarnos en la preparación para el siguiente día”, dijo Alvarado. “Él era querido por todos. Era genuino y divertido, y no era autocompasivo. En nuestra última reunión de personal, el padre Escobar nos dijo que los milagros no siempre son grandes, y que somos bendecidos con pequeños milagros todos los días, y debemos apreciar eso”.
El Padre Joseph Distefano (1950-2017)
El padre Joseph DiStefano falleció el 11 de febrero del 2017 tras una larga enfermedad. El padre DiStefano estudió en el Seminario del Sagrado Corazón y en la Escuela de Teología de Wisconsin a finales de los años setenta. Comenzó su servicio en la Diócesis de Orange en 1984 como pastor asistente en la Iglesia de Santa Bárbara en Santa Ana, y después se trasladó a San Bonifacio en Anaheim.
“Era una persona extremadamente carismática y lo veía en los retiros en Palm Springs”, dijo el padre Richard Kennedy, ex director de vocaciones de la Diócesis de Orange, y actual pastor asistente de la Parroquia de San Buenaventura en Huntington Beach. “Ingresó en el seminario a los 20 años, pero desafortunadamente solo sirvió en el condado de Orange por un corto tiempo, hasta que los quebrantos de salud lo forzaron a declararse con discapacidad”.
Durante los últimos años, el padre DiStefano vivió cerca de Laughlin, Nevada, y se estaba recuperando de una cirugía reciente cuando falleció; tenía 67 años.