Aunque no están inmersos en la política ni creen en los políticos, Priscilla Martínez, Esperanza Jiménez, Gaby Rodríguez y Salvador Jiménez son jóvenes católicos que han desarrollado su integridad y defienden las enseñanzas morales de la Iglesia Católica.
Como Católicos y ciudadanos fieles a la Palabra de Dios, los líderes jóvenes de la Nuestra Señora de LaVang, manifiestan que los temas que les preocupan en el campo moral son: el aborto, el matrimonio, la pena de muerte y la eutanasia. En el aspecto social: inmigración, educación superior y las guerras.
“En cuanto al aborto, yo no creo a quienes dicen que antes de nacer solamente seamos células en el vientre de una mujer”, dijo Salvador, de 19 años. “Y el matrimonio, porque es sagrado, es sólo para un hombre y una mujer”.
Hasta ahora, ningún precandidato republicano o demócrata convence al estudiante de kinesiología, en Cal Poly Pomona, quien califica a Donald Trump como “un chiste” y a Hillary Clinton, como alguien que defiende intereses “que no van de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia”.
Para Priscilla, los asuntos que le conciernen son la pena de muerte, el aborto y los altos costos de colegiaturas universitarias.
“El gobierno quiere que vayamos a la escuela, pero los costos son demasiado elevados”, dijo. “En otros países lo pagan todo y aquí no la hacen accesible”.
Sin proponérselo, los cuatro jóvenes han respondido a la Doctrina Social de la Iglesia y al llamado del Papa Francisco, quien ha asegurado que es un deber y una obligación cristiana involucrarse en la política, aunque sea “demasiado sucia”, porque al ser parte de ella se puede trabajar por el bien común.
Ese bien común de la política que buscaría mejorar Esperanza, de 24 años, quien está a punto de concluir sus estudios en Servicios Humanos, en Cal State Domínguez Hills.
“Tenemos todavía muchos miembros del ejército en Afganistán e Irak; han dicho que los van a traer de regreso a casa, pero no pasa nada”, declaró. “Otra cosa, los precandidatos dicen estar a favor de la vida, pero no son consistentes cuando respaldan el aborto, o también cuando hablan de desconectar a las personas de la tercera edad cuando están enfermas… no toman en cuenta sus vidas”.
El Santo Padre ha dicho que los cristianos no podemos jugar a ser como Pilato y “lavarnos las manos”.
“Debemos inmiscuirnos en la política, porque la política puede ser una de las formas más altas de la caridad, porque debe buscar el bien común. Y los laicos cristianos deben ejercer en política”, afirmó el Papa.
A Gaby Rodríguez le concierne el tema migratorio. Sus padres Nazario y Evangelina, oriundos de Zacatecas, son indocumentados.
“La lucha de ellos ha sido difícil por no tener documentos y por ello no me pudieron apoyar económicamente para que yo pudiera acudir directamente a la universidad”, reveló. “Por ahora voy a un colegio comunitario”.
La joven Hispana Católica teme que ante la ausencia de una reforma migratoria, algún día llegue de la escuela y no encuentre en casa a sus padres.
“Es triste ver el miedo de ellos”, acotó.
Salvador agregó que personalmente tiene familiares indocumentados a quienes le gustaría verlos graduados con un bachillerato, una maestría o un doctorado.
“No creo que las oportunidades estén abiertas para ellos, especialmente porque con la falta de dinero no van a alcanzar sus metas”, indicó. “Ellos están aquí [en Estados Unidos] porque sus papás los trajeron de chiquitos; los indocumentados son humanos… nos hemos convertido en [personas] hipócritas porque la Constitución habla de derechos inalienables y merecen ser respetados”.
Y aunque faltan varios meses para la elección en noviembre, los cuatro jóvenes aun no deciden por quien votarían.
“La verdad, yo no sabría ahora”, dijo Priscilla, de 20 años y estudiante de kinesiología en Cal State Fullerton. “[Los precandidatos] no entienden qué es ser humano, no muestran compasión”.
Esperanza añadió: “Su moralidad no está acorde con la Iglesia; el republicano Donald Trump está a favor de la vida, pero al mismo tiempo apoya la pena de muerte y la eutanasia”.
“Yo quiero votar por alguien que escuche mi voz, no por quien busca el título de presidente para sí mismo”, apuntó Gaby Rodríguez. “Se trata de todo el país, no de ellos como personas”.
Y Francisco concluyó: “Hasta ahora no he visto a ninguno de ellos [los precandidatos] que represente mis valores como Católico”.