Todos ellos tienen alma de niños y Nuestro Señor Jesucristo no puede resistirse a su amor y sonrisas. Por tal motivo, el sábado 24 de septiembre se llevó a cabo la Vigésima Tercera celebración diocesana anual de la Misa para Familias con hijos con necesidades especiales en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Santa Ana.
Asistieron a la liturgia aproximadamente unas 250 familias y sus hijos quienes recibieron palabras de aliento y reconocimiento por su fe y amor por sus hijos de parte de Mons. Kevin Vann, Obispo de la Diócesis de Orange, del Párroco del lugar, el P. Eliseo González Jr., OAR, y del Padre Alfredo de Dios, OAR, Vicario Parroquial en Ntra. Sra. de Guadalupe al igual que del Diácono Guillermo Torres, Director de la Oficina para Ministerios Hispanos en la Diócesis de Orange.
“En verdad, todos estos padres, familias y niños especiales viven en sus vidas el misterio de la fe”, dijo el Obispo Kevin Vann. “Todos son especiales en el corazón de Dios porque le han dicho sí a la vida; cada una de estas vidas tiene una gran importancia porque todos estos niños nos demuestran la presencia de Dios.”
Esta solemne misa se celebra anualmente para reconocer la importancia de los niños, adolescentes y jóvenes adultos Católicos con necesidades especiales y, al mismo tiempo, para honrar el sublime e incansable trabajo de los padres y familiares, así como el personal que se encarga de cuidarles.
“Dejad que los niños vengan a mí; no se los impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él …”, expresó el Padre Eliseo González Jr., al aludir al Evangelio de San Marcos 10: 13-16. “La Iglesia no se olvida de estos niños especiales, ni de sus padres, porque todos somos parte del Cuerpo Místico de Cristo y Dios se fija en ellos con inmensos ojos de ternura y llenos de misericordia”.
Los niños, quienes tienen una manera especial de captar lo religioso, nos sorprendieron con su fervor para intentar rezar y comulgar, pese a sus limitaciones. Es porque tienen un espíritu sencillo, lleno de amor.
“héroes para nuestra iglesia”
En su homilía sobre el Evangelio de San Mateo 7: 7-14 (Pidan y se les dará; busquen y hallarán…), el Diácono Guillermo Torres, dijo a los feligreses que a Dios “debemos pedirle con la humildad del limosnero cuando se encuentra en lo más bajo, porque Dios que lo ve todo, conoce nuestros corazones y nos responde.”
“Busquemos al Señor, tocando a su puerta”, añadió. “Ustedes conocen los tres pasos de la oración: pedirle al Señor, buscarlo a Él y tomar su fuerza; hay que pedirle que nos dé la fuerza, la paciencia y que nos escuche para llevar adelante sus jornadas con sus hijos”.
Torres dijo sentirse honrado personalmente, al estar frente a esos padres y familiares que cuidan y aman a sus hijos especiales de forma heroica y que eso representa para ellos también, un honor delante de Dios.
“Ustedes son signos de esperanza, porque son héroes para nuestra Iglesia, en un mundo y una sociedad donde abundan las noticias de violencia, desprecio por la vida, odio y racismo”, agregó. “Sin embargo, ustedes interceden por amor ante Cristo por sus hijos o nietos y tocan a la puerta del corazón de Dios”.
Es precisamente con la ayuda de Dios Padre que Hugo y su esposa Lorena, ofrecen amor, esperanza y misericordia a Andy, su hijo autista de 8 años de edad.
“Nosotros estamos en el camino de Dios y las palabras de aliento que hemos recibido nos indican que siempre debemos pedirle su amor y misericordia para nuestro hijo”, declaró Hugo, nacido en Michoacán, México. “Como padres, nos sentimos también especiales junto con todos los niños especiales”.
Lorena, por su parte, destacó que no están solos en el diario acontecer de la vida del pequeño Andy.
“Dios está con nosotros y se manifiesta a través de estos niños especiales y nos da la fuerza para seguir adelante,” dijo. “Él conoce nuestras circunstancias y siempre está esperándonos para levantarnos el ánimo, dándonos un abrazo y a través de nuestros niños especiales sentimos sus bendiciones y la transformación de nuestras propias vidas”.
“angelitos de dios”
De igual manera, Irma Navarro, madre de Adriana Navarro, una joven adulta de 21 años de edad, expresó que su hija, al igual que todos los niños presentes en la misa especial, “son los angelitos que Dios nos ha dado al igual que la fuerza para amarlos y llevarlos adelante en la vida”.
A los seis años de edad, luego de una tomografía craneal, a Adriana se le detectó un tumor grande que pesaba media libra y le estaba afectando el cerebro. Era urgente y necesaria una operación quirúrgica.
La niña siguió con vida, pero lo estragos de la operación la dejaron confinada para siempre a una silla de ruedas. Ya nunca más pudo regresar a la escuela.
“No sabíamos que iba a pasar y quedó peor; tengo 14 años con mi niña y princesa…tenemos altas y bajas y en ese tiempo hemos vivido todo tipo de experiencias”, comentó Irma Navarro. “Pero estas misas especiales para nuestros hijos nos hacen sentir que los padres valemos mucho, porque somos elegidos de Dios para cuidar a nuestros ángeles”.
Así de especial fue ese sábado 24 de septiembre, y más aún cuando Adriana, postrada en su silla de ruedas recibió la Sagrada Eucaristía de manos del Obispo Kevin Vann.
“¡Ay, es difícil de explicarlo! Ella siente una gran emoción cuando comulga”, dijo la emocionada madre. “Desde los cinco años de edad siempre le gustaba ir a misa y era una devota de la Virgen de Guadalupe… Ella aun lo recuerda, ¡Porque yo se lo enseñé!”