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HAY QUE DAR LIMOSNA SIN PENSAR EN QUE SE GASTA, DICE EL PAPA

By Carol Glatz, Catholic News Service     3/2/2017

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La gente que no da dinero a los indigentes porque piensa que lo gastará
en alcohol y no en alimento debería preguntarse en cuáles placeres ellos gastan secretamente, dijo el papa Francisco.

“Hay muchas excusas” para justificar porqué uno no ayuda a una persona que mendiga en la calle, él dijo en una entrevista publicada el día antes del comienzo de la Cuaresma.

Darle algo a alguien que necesita “siempre es correcto” y debe hacerse con respeto y compasión porque “tirarle dinero y no mirarle a los ojos no es una manera cristiana” de comportarse, él dijo

La entrevista, publicada el 28 de febrero, fue realizada por la revista mensual “Scarp de’ Tenis” (Zapatos de Tenis), que le sirve a personas indigentes y marginadas en Milán y es operada por sucursales locales y nacionales de Cáritas. El papa está programado para visitar Milán el 25 de marzo.

Una de las preguntas que el papa contestó se trató sobre el tema de dar dinero a personas que mendigan en la calle y se le preguntó al papa si es algo correcto.

Hay personas que justifican no dar nada diciendo que la persona gastará la limosna en una copa de vino, dijo el papa. Pero “si una copa de vino es la única felicidad que (esa persona) tiene en la vida, eso está bien”, dijo el papa. “En vez pregúntate: ¿Qué haces en secreto? ¿Qué ‘felicidad’ buscas en secreto?”.

Otra manera de verlo, dijo el papa, es reconocer lo que otros tienen — una casa, una esposa, hijos — y preguntarse porqué la responsabilidad de ayudar debe pasársele a otros.

La manera en que uno se extiende hacia la persona que pide ayuda es importante, él dijo, y tiene que hacerse “mirándola a los ojos y tocando sus manos”.

El papa dijo que cuando se encuentra con personas que viven en la calle siempre las saluda y a veces les pregunta sobre sus vidas. Se acordó de un instante cuando conversaba con una familia indigente y una pareja que vivían al lado de la residencia del arzobispo en Buenos Aires, Argentina, él dijo, y nunca consideró deshacerse de ellos.

Cuando “alguien me dijo: ‘Ellos están ensuciando la cancillería’, Bueno la suciedad está dentro” del corazón de uno, él dijo.

Es importante ser sincero porque “las personas que viven en las calles entienden enseguida cuando la otra persona está verdaderamente interesada” en ellos como persona o cuando solamente siente lástima, él dijo.

“Uno puede mirar a un indigente y verlo como una persona o de otra manera como si fuese un perro y él nota esta manera distinta de mirarlo”, él dijo.

Cuando el reportero le preguntó al papa porqué piensa que los pobres pueden cambiar el mundo, él dijo que en sus experiencias en Buenos Aires veía más solidaridad en los barrios pobres que en los vecindarios menos pobres, donde “yo encontraba egoísmo”.

Aunque hay muchos más problemas en los barrios pobres, “en muchos casos los pobres se apoyan más entre sí porque sienten que se necesitan los unos a los otros”.

También, él dijo, los problemas son más marcadamente evidentes en los vecindarios pobres, por ejemplo con el abuso de sustancias, “uno ve más drogas pero solamente porque es más ‘encubierto’ en otros vecindarios” donde los usuarios son abusadores que usan “guantes blancos”.