La Iglesia Católica tiene un nuevo santo. Fray Junípero Serra ha sido elevado a los altares por toda la eternidad.
En la explanada del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington DC, el fraile franciscano de origen español fue canonizado por el Papa Francisco.
Durante su primer viaje apostólico a Estados Unidos y en ocasión del Encuentro Mundial de las Familias 2015, Francisco y el catolicismo mundial celebraron la vida, misión y testimonio de santidad de Serra.
Nacido el 24 de noviembre de 1713, en el seno de una familia de agricultores: Antonio Serra y Margarita Ferrer, el sacerdote Miguel José Serra Ferrer pasó sus primeros 35 años en la isla española de Mallorca.
En Petra — su pueblo natal — asistió a la escuela franciscana y a los 18 años de edad e ingresó en la orden franciscana donde tomó el nombre de Junípero. Lo hizo en honor a Junípero de Asís, uno de los primeros compañeros evangelizadores de San Francisco de Asís.
“Es importante mantener en mente que durante los esfuerzos de colonización del Nuevo Mundo, la meta final de Serra era evangelizar”, dijo Monseñor Arthur A. Holguín, quien fue el sucesor 34 de Fray Junípero Serra como pastor de la Misión de San Juan Capistrano.
Consciente de su talento para la enseñanza, los superiores de Serra lo prepararon para ser profesor.
Fue ordenado sacerdote a los 25 años y se convirtió en maestro de teología, cinco años más tarde en la Universidad Luliana en Palma de Mallorca.
La elocuencia y fervor ardiente del fraile le hicieron ganar muchos oyentes en iglesias y en los salones de clase, mucho antes de redescubrir su vida y misión como pionero de la evangelización católica iniciada en Virreinato de la Nueva España, nombre colonial de México.
Tras su llegada, en diciembre de 1749, antes de viajar a la Alta California, Serra recorrió a pie casi 300 kilómetros para consagrar su misión en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
“Siempre que en la Iglesia hay un nuevo santo, es una oportunidad para la renovación de la fe, y esta canonización [de Fray Junípero Serra] lo logrará con el Papa Francisco”, añadió Monseñor Holguín. “El nivel de popularidad de este Papa, su simplicidad y su increíble manera de dirigirse a católicos y no católicos permitirá no sólo la oportunidad de renovar la fe, sino incrementar el mensaje universal de santidad de la Iglesia”.
modelo para
las nuevas generaciones
Fray Junípero Serra estableció nueve de las 21 misiones de California: San Diego (1769), San Carlos Borromeo (1770), San Antonio de Padua (1771), San Gabriel Arcángel (1771), San Luis Obispo (1772), San Francisco de Asís (1776), San Juan de Capistrano (1776), Santa Clara de Asís (1777) y San Buenaventura (1782), luego que la Corona de España decidió colonizar la Alta California.
De hecho, Serra es el primer santo español que es canonizado en Estados Unidos, y el segundo de la historia que ha nacido en las Islas Baleares, después de santa Catalina Tomás, una monja Canonesa Regular de San Agustín.
A Serra se le reconoce, además, por haber obtenido una declaración de derechos de los pueblos indígenas, en donde se manifiesta en contra de la explotación colonial y la violencia. Documentos que evidencian este logro se encuentran en la Misión de Santa Bárbara.
“Con su vida y obra nos ha ayudado a entender porque quiso compartir con nosotros un pedazo del cielo a través de sus esfuerzos de evangelización”, indicó Monseñor Francis J. Weber, titular del Apostolado Histórico del Centro de Archivos en la Misión de San Fernando para la Arquidiócesis de Los Ángeles.
“Junípero Serra es un héroe de la evangelización”, agregó Weber. “Es un modelo de santidad sobre todo para para las nuevas generaciones de jóvenes; es un Apóstol de California, porque fue uno de los primeros misioneros que trajo en Evangelio a la Alta California”.
A pesar de la subyacente controversia alrededor de la canonización, Monseñor Holquin expresó que Serra es un personaje a quien se debe ver como un modelo ejemplar de vida.
“Fue un sacerdote paternalista con los indígenas”, expresó el ahora pastor emérito de la Basílica de la Misión de San Juan Capistrano. “Al clásico estilo misionero”.
Rubén Mendoza, profesor en el Programa de Arqueología en la Universidad Estatal de California en Monterey Bay, y quien por décadas ha estudiado el legado de Fray Junípero Serra, expresó que muchas de las quejas y críticas contra el fraile surgieron después de su fallecimiento, el 28 de agosto de 1784.
“Muchos utilizan los términos ‘genocidio’ y esclavitud [de los indígenas], cuando en realidad quienes tenían esclavos eran los fundadores de Estados Unidos”, dijo. “Incluso, el gobierno de California y el Congreso ofrecían $5.00 por el cabello de indios que fueran asesinados…ese fue el genocidio que los libros de historia no cuentan”.
“El autorizó el genocidio de mis antepasados”, dijo Norma “Toypurina” Flores, activista de la Tribu Tongva-Gabrielino. “La celebración de Serra y el genocidio de los nativos está en conflicto directo con la retórica del Papa”.
Flores, integrante de la Nación Kizh: Banda Gabrieleño de Misiones Indias narró que su abuela, una india de California “fue vendida por la Iglesia como un mueble”, se “casó y murió de tuberculosis en 1924, debido a la mala nutrición en sus días de esclava en la Misión de San Luis Rey”.
Sin embargo, Mendoza aclaró que la historia del trato a las naciones y pueblos indígenas, — si bien fue de dominación, deshumanización y genocidio — obedece a la conclusión del discurso del gobernador de California, Peter Burnett ante la Asamblea Legislativa del Estado, en 1852, es decir, más de medio siglo después que Serra murió.
“Una guerra de exterminio continuará siendo librada entre las dos razas [blanca e indígena] hasta que la raza indígena se extinga” declaró Burnett. Su cita aparece en el libro “Murder State: California’s Native American Genocide, 1846-1873” (“Asesinato de Estado: Genocidio de Nativos Americano de California, 1846-1873”), de Brendan C. Lindsay.
Cuando la matanza había terminado, los blancos americanos habían logrado reducir la población indígena de California en un 90 por ciento.
“El padre Serra no era un esclavista”, subrayó Mendoza. “Al contrario, siempre los defendió”.
reconciliación, sanación e impacto histórico
Un año antes que Fray Junípero Serra fuera beatificado por San Juan Pablo II, en 1988, el Papa Peregrino visitó la tumba del sacerdote franciscano en la Misión de San Carlos Borromeo, en Carmel, California.
De pie, frente a la tumba, en la antigua sede misionera del Padre Serra, el Papa reflexionó sobre el impacto histórico del testimonio cristiano del fraile.
“En los momentos cruciales en los asuntos humanos, Dios levanta a los hombres y mujeres a quienes les otorga papeles de importancia decisiva para el futuro desarrollo de la sociedad y la Iglesia”, dijo Juan Pablo II. “Nos alegramos tanto más cuando a su logro se suma una santidad de vida que realmente se puede llamar heroica. Lo mismo sucede con Junípero Serra, que en la providencia de Dios estaba destinado a ser el apóstol de California”.
Tres días antes, el Sumo Pontífice había reunido con nativos americanos en Phoenix, donde admitió que “no todos los miembros de la Iglesia vivieron a la altura de sus responsabilidades cristianas” durante el período colonial.
“Estamos llamados a aprender de los errores del pasado” indicó. “Y debemos trabajar juntos por la reconciliación y la sanación, como hermanos y hermanas en Cristo”.
Al mismo tiempo, también destacó a los muchos misioneros que defendieron enérgicamente los derechos de los habitantes nativos de California y alabó en particular a Fray Junípero Serra.
“El legado de Fray Junípero es una muestra de lo que todo católico cristiano debe hacer”, apuntó Manuel Chávez, diácono de la Iglesia San Antonio en San Gabriel. “Hizo de su vida una entrega como lo hizo Jesucristo, por y para un fin: alcanzar la santidad a la que todos estamos llamados”.
El legado del nuevo santo católico, también es reconocido por el sacerdote Jim Nieblas, rector de la preparatoria Salesiana de San Bosco en Los Ángeles. Nieblas es mitad mexicano y mitad indígena de los Indios Juaneños, quienes habitaron en la costa del Condado de Orange.
“Hoy, solamente basta ver en las ciudades y los nombres de sus calles para entender el papel histórico de fray junípero serra”, manifestó nieblas. “no solamente ayudó a los indios, sino también a nosotros y a nuestras tradiciones; y aun cuando hay una discrepancia, nosotros los vemos desde el punto de vista que ayudó al desarrollo espiritual de la gente”.