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LA FE VERDADERA FE SIGNIFICA AMAR A LOS DEMÁS HASTA EL EXTREMO, DICE EL PAPA

By Carol Glatz, Catholic News Service     5/3/2017

EL CAIRO (CNS) — El único tipo de fanatismo aceptable para Dios es ser fanático de amar y ayudar a otros, dijo el papa Francisco en su último día en Egipto.

“La fe verdadera”, dijo a los católicos, “nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos, y mueve nuestro corazón a amar a todos sin contar el costo”.

El papa celebró una misa al aire libre el 29 de abril en el Estadio de Defensa Aérea de El Cairo. Después de pasar el primer día de su visita en reuniones con líderes musulmanes, funcionarios gubernamentales, diplomáticos y miembros de la Iglesia Ortodoxa Copta, el papa dedicó el segundo día de su viaje a la minoritaria comunidad católica egipcia.

El papa llegó al estadio en un Fiat azul y fue conducido lentamente alrededor de la pista roja del estadio en un carrito de golf pequeño y bajo, muy lejos de las 15.000 personas sentadas en las gradas. Globos amarillos y una larga cadena de globos azules atados juntos como un rosario fueron lanzados en el cielo mientras un helicóptero militar volaba sobre la zona. Aunque se mantuvo rodeado de seguridad, el papa logró saludar personalmente a un pequeño grupo de niños vestidos de faraones y otras figuras tradicionales.

En su homilía, el papa usó la lectura del día de los dos discípulos en rumbo a Emaús para hablar de lo fácil que es sentir decepción, desesperación y derrota cuando uno está atrapado en una falsa noción de quién es realmente Dios.

Los discípulos no podían creer que el que pudiera levantar a otros de entre los muertos y curar a los enfermos podría “acabar colgado de la cruz de la vergüenza”, dijo el papa. Creyendo que Jesús estaba muerto, todos los sueños de los discípulos murieron con él en la cruz y fueron sepultados en la tumba.

“Cuantas veces el hombre se auto paraliza, negándose a superar su idea de Dios, de un dios creado a imagen y semejanza del hombre,” dijo. “Cuantas veces se desespera, negándose a creer que la omnipotencia de Dios no es la omnipotencia de la fuerza o de la autoridad, sino solamente la omnipotencia del amor, del perdón y de la vida”.

Como los discípulos, dijo, los cristianos nunca reconocerán el verdadero rostro de Dios hasta que dejen que sus ideas equivocadas mueran en la cruz, dejen en la tumba su comprensión limitada y rompan sus corazones endurecidos como el “rompimiento del pan” en la Eucaristía.

“De hecho, no podemos encontrar a Dios sin crucificar primero nuestra pobre concepción de un dios que sólo refleja nuestro modo de comprender la omnipotencia y el poder”, el papa dijo.

La fe verdadera “nos hace ver al otro no como a un enemigo para derrotar, sino como a un hermano para amar, servir y ayudar”, el papa dijo, y conduce al diálogo y al respeto y al valor de defender los derechos y la dignidad de todo el mundo, no sólo los nuestros.

“A Dios sólo le agrada la fe profesada con la vida, porque el único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada”, dijo.

Más tarde, antes de su salida hacia Roma, el papa se reunió con unos 1.500 sacerdotes, seminaristas y religiosos para un servicio de oración en el campo deportivo de un seminario copto católico en El Cairo.

El papa expresó gracias a los que trabajan para la iglesia por su testimonio y por el bien que hacen en medio de “muchos desafíos y pocos consuelos”.

“Aunque hay muchas razones para desanimarse, en medio de muchos profetas de destrucción y condena, y tantas voces negativas y desesperadas, pueden ser una fuerza positiva, sal y luz para esta sociedad”, les dijo.