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LA PRESERVACIÓN DEL CARISMA DE LA ESCUELA CATÓLICA ‘DEBE SER INTENCIONAL’

By KATIE RUTTER     8/8/2018

A unque las religiosas, que una vez fueron sinónimo de educación católica, están desapareciendo de las aulas estadounidenses en las últimas décadas, muchas escuelas católicas están tomando medidas adicionales para asegurarse de que a medida que las hermanas envejecen o que su número disminuye, no se pierdan los carismas que infundieron en las escuelas que fundaron.

Este fue el desafío al que se enfrentó la Academia Oldenburg de la Inmaculada Concepción en Oldenburg (Indiana). La escuela, fundada por las Hermanas de San Francisco de Oldenburgo en 1852, quedó bajo la supervisión de los laicos en 1994 y ya no cuenta con ninguna religiosa en su personal.

Sin embargo, su espíritu aún vive dentro de los muros que fundaron hace 166 años.

“Los valores franciscanos me han ayudado a entender mi función en este mundo”, dijo la estudiante de último año Rachel Stoll, una de las más de 200 estudiantes en la academia. Ella fácilmente enumeró tres de los valores que tanto apreciaban los franciscanos de Oldenburg: El cuidado de la creación, la oración y la dignidad humana.

“Uno de los valores únicos que los religiosos y religiosas inculcaron en las escuelas católicas era un carisma distinto, además de su formación catequética”, dijo John Schoenig, director principal de formación docente y educación política de la Alianza para Educación Católica de la Universidad de Notre Dame.

“Su vida hubiese sido muy diferente como estudiante de una escuela católica si asistiera a una escuela dirigida por las Hijas de la Caridad que, si asistiera a una escuela administrada por Benedictinos”, dijo. “Es porque el carisma hubiese estado allí”.

Esa noción de carisma en las escuelas se erosionó a medida que declinaron las vocaciones religiosas y las escuelas católicas fueron atendidas por maestros laicos que provenían de distintas universidades, rendían culto en distintas parroquias y tenían enfoques muy diferentes de la educación, dijo Schoenig.

Pero, en los últimos años, las escuelas católicas de todo el país reconocieron la necesidad de redescubrir los carismas de las órdenes religiosas fundadoras.

Barbara McGraw Edmodson, jefa de liderazgo y supervisora de programas de la Asociación Nacional de Educación Católica, dijo que esta comprensión se enfatiza cada año en las convenciones anuales de la NCEA cuando los oradores hacen hincapié: “Estamos apoyados sobre los hombros de nuestros antecesores”.

“Y realmente es así”, agregó; señaló que es crucial para las escuelas el mantener eso vivo de la manera que sea posible porque las órdenes fundadoras son “un regalo y un legado de la educación católica”.

En la Academia Oldenburg, los valores del carisma franciscano están estampados en un enorme mural en blanco y negro de mujeres religiosas sonrientes que adornan el pasillo frontal.

Pero como lo descubrió esta escuela, preservar el legado de su orden fundadora requiere un compromiso más profundo que los lemas o las exhibiciones fotográficas. 

“Tiene que ser intencional; no va a suceder por si solo. Se debe tomar la decisión de trabajar en ello”, dijo la presidenta de Oldenburg, Diane Laake, quien agregó que la escuela está “logrando mejores resultados al reclamar, nombrar e identificar el carisma que hace 30 y 40 años”.

Ahora la escuela tiene un currículo franciscano específico en clases de religión y viajes grupales a Asís, la ciudad italiana de San Francisco. También se elige un valor franciscano cada año para definir las actividades escolares.

“Es una verdadera escuela franciscana”, dijo la hermana franciscana Marjorie Niemer, que actúa como enlace entre la academia y las Hermanas de San Francisco de Oldenburg. “Estamos muy orgullosos de lo que la administración y la junta directiva han logrado para promover la educación católica y la educación franciscana”.

La identidad franciscana de la escuela se ver reforzada por la proximidad de las hermanas, ya que la academia se encuentra en el mismo campus que la casa madre de Oldenburg, donde todavía viven 120 de las 183 hermanas que sobreviven. Con frecuencia, los alumnos se cruzan con las hermanas en el pasillo, a veces brindado un hombro para ayudar a una hermana.

Los estudiantes también tienen la oportunidad de “adoptar” a una hermana y almorzar con ella una vez cada dos semanas, en un programa patrocinado por la escuela con el nombre “Adopt-a-Sis” [Adopta a una hermana].

“Siento una cercanía con ellas”, dijo Nicholas Hoff, un estudiante del décimo año. “Casi son como familia”.

La Academia Saint Ursula en Cincinnati también se enfoca en promover el espíritu de su orden fundadora, a pesar de que solo quedan siete hermanas de las Hermanas Ursulinas de Cincinnati. La escuela para niñas conserva su carisma al enfocarse en el desarrollo espiritual de los profesores laicos.

“Organizo un retiro anual, organizamos pequeños grupos de fe para nuestros profesores y personal, y nos sumamos a retiros de fiduciarios”, explicó Liz Curran, coordinadora de Ursuline Spirit Initiatives. Su puesto es de tiempo completo dedicada totalmente a preservar el carisma de la escuela.

Un pequeño museo en las instalaciones contiene la historia y algunos recuerdos de las Hermanas Ursulinas de Cincinnati, así como la historia de la fundadora de la orden, la italiana San Angela Merici. El lema de la escuela es que cada estudiante será un “pensador, líder, cuidador y profeta”, al igual que la santa.

La fundadora de la orden “se desafió a sí misma a ser lo mejor posible, se comprometió enteramente a construir un mundo mejor”, explico la presidenta y exalumna de la Academia San Ursula, Lelia Keefe Kramer.

“La vida de San Angela es muy relevante para lo que les pedimos a las niñas de hoy”, dijo Kramer a Catholic News Services.

Otro sistema escolar fundado por rsuline, Escuelas del Sagrado Corazón en Lousville (Kentucky), trabaja para mantener vivo el carisma de la escuela para estudiantes de todas las edades.

Fundado en 1859 por las Hermanas Ursulinas de Louisville, el campus ahora comprende cuatro escuelas separadas que educan desde edad preescolar hasta la secundaria.

Los estudiantes de último año en la secundaria para niñas, la Academia del Sagrado Corazón, toman cursos de carisma sobre la historia y la espiritualidad de las Ursulinas y los estudiantes de preescolar experimentan esta historia de primera mano al interactuar con aproximadamente 20 de las 61 hermanas restantes regularmente, con intercambio de notas, manualidades y oraciones. Algunas veces durante el año, las hermanas viajan desde las instalaciones para personas mayores con asistencia para visitar las aulas.

“Estamos muy orgullosos de nuestras hermanas ursulinas y creo esto mantiene vivo el espíritu”, dijo Lisa Houghlin, directora ejecutiva de la Escuela Preescolar Sagrado Corazón.

“Siempre encontraremos una manera de mostrar esa conexión”, agregó.