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LAS ESCUELAS CATÓLICAS AYUDAN A FORMAR A LOS NIÑOS

LAS ESCUELAS CATÓLICAS ENSEÑAN, NUTREN E INSPIRAN A LOS NIÑOS A CONVERTIRSE EN LOS LÍDERES DEL FUTURO

By CATHI DOUGLAS     11/15/2016

Las escuelas católicas son una excelente opción para los niños, indican los educadores, no solo debido a sus altos estándares académicos ‒sino también porque los maestros católicos son profesionales llenos de fe y llamados por Dios para hacer su trabajo.

“Nuestro personal no está aquí con la intensión de hacerse ricos”, dijo Debbie Vallas, directora de la Academia en la Catedral de Cristo. “El propósito de vida de nuestros maestros es salir de su zona de confort para nutrir a otros y ayudar a los niños a desarrollar el carácter que necesitan para ser líderes de nuestra sociedad y nuestra iglesia”.

Los maestros católicos, explicó, son cálidos y cariñosos, con una actitud positiva, y trabajan en escuelas católicas por todas las razones correctas. “Ellos podrían ganar más en las escuelas públicas; así que no están aquí solo para recibir un cheque de pago. Para ellos, la enseñanza en nuestra escuela no es solamente un trabajo, sino un ministerio. Seguimos el ejemplo de Cristo al servir a los niños a los que enseñamos”.

El condado de Orange cuenta con muchas escuelas altamente clasificadas académicamente, señaló Vallas. “Pero además, las escuelas católicas enseñan a los niños sobre la moral, valores, conciencia social y estar al servicio de los demás”.

“Proveemos una enseñanza integral”, añadió. “Trabajamos junto a los padres y los niños para un desarrollo integral, con todos los atributos que necesitan para cuidar a los demás, tener éxito y contribuir al mundo”.

La fe es la base de la educación católica, incluso entre los estudiantes más jóvenes (en la Academia de la Catedral, los niños en edad preescolar tienen hasta 2 años de edad), indicó la directora de educación preescolar, Patti Abeyta. “La fe es la base, y esa base estará allí durante toda la vida. Una vez que se construye la base, siempre se sabrá que está allí. Funciona como un ancla en la vida”.

Para los niños en edad preescolar, “construir esa base implica el entablar conversaciones sencillas sobre cómo Dios creó el mundo, por lo que no debemos tirar la basura en la calle; no debemos ponerles apodos a nuestros amigos porque eso pone triste a Jesús”, señaló Abeyta. “Dios creó todas las cosas y a todos nosotros, así que vamos a tratar a todos con amabilidad y respeto, ya que son parte de la creación de Dios”.

El reverendo Peter Weigand, presidente de la Escuela de la Abadía de San Anselmo en Washington, D. C. y colaborador de The Washington Post, escribió en el 2012 que, por encima de todo, “las escuelas católicas alientan y animan a los jóvenes a buscar una vida en la verdad en una fraternidad de oración e integridad, a medida que los niños aprenden más y más cada día y que las mentes de los estudiantes, profesores y padres se entrelazan.

“Nosotros, los educadores católicos, creemos que toda educación es un medio para encontrar a Dios y que la excelencia académica brinda a una mente joven la libertad de buscar a Dios. Esta tradición data desde el papa Inocencio IV, quien escribió: ‘Las Escrituras y la ciencia deben caminar de la mano con la santidad en las escuelas del claustro, y esta doble luz, mientras sirve para iluminar a las personas, al mismo tiempo, amerita para los monjes un aumento de la gloria en el cielo’”.

En la escuela católica, la espiritualidad es el enfoque principal. Se enfatiza en los valores tales como la integridad, la honestidad, una actitud positiva y el amor al prójimo como lo demostró Cristo. “Alentamos los buenos hábitos como una ética de trabajo sólida, ser amable y servicial con los demás, el perdón y la reconciliación, e ir más allá de uno mismo para ayudar a otros”, explicó Vallas. “Estas son habilidades de vida. Cando salen al mundo, pueden aceptar los desafíos de una manera positiva y tomar buenas decisiones. Pueden ser líderes”.