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LÍDERES CATÓLICOS ESPERANZADOS QUE PELÍCULA CA– USE NUEVA MIRADA A ESFUERZOS ECLESIÁSTICOS SOBRE ABUSO

By Mark Pattison, Catholic News Service     11/16/2015

WASHINGTON (CNS) — Líderes católicos, tanto ordenados como laicos, dijeron en columnas de opinión que acogen la atención que ciertamente se le dará a la Iglesia Católica debido al debut nacional de la película “Spotlight”, que es una crónica de la develación del Boston Globe del escándalo de abuso sexual en la Arquidiócesis de Boston en el 2002.

En las columnas de opinión ellos dicen que los cambios hechos por la iglesia desde las revelaciones hechas por el Globe han hecho que los niños estén más seguros.

“Ninguna institución en Estados Unidos ha hecho más que la Iglesia Católica en años recientes para dar pasos proactivos para proteger a los niños del mal del abuso sexual”, escribió el cardenal Donald W. Wuerl de Washington en una carta del 2 de noviembre enviada vía correo electrónico a los católicos de su arquidiócesis.

“Aunque la película se enfoca en eventos del pasado, los espectadores podrían pensar que la película está presentando la situación presente en la iglesia, concluyendo que nada ha cambiado en la respuesta de iglesia al abuso sexual de menores de edad”, dijo en una columna de opinión Francesco C. Cesareo, director de la junta nacional de revisión de los obispos estadounidenses.

“Sin embargo”, añadió Cesareo, “es importante darse cuenta de que la iglesia ha implementado numerosas medidas exitosas a través de los años desde las revelaciones del abuso”.

La junta nacional de revisión, compuesta completamente por laicos, fue establecida por los obispos en el 2002 para proveer una revisión independiente de las normas y los programas que los obispos estaban estableciendo para prevenir y responder al abuso sexual de menores de edad y evaluar su cumplimiento de la implementación del “Estatuto para la protección de niños y jóvenes” mediante una auditoría anual de cada diócesis y heptarquía estadounidenses.

El cardenal Wuerl esbozó las medidas tomadas en la Arquidiócesis de Washington para detener lo que llamó el “vergonzoso mal” del abuso.

“Mi deseo es que otras entidades, como el sistema escolar público, intente hacer lo que la iglesia ha hecho y ofrezca el mismo nivel de protección que nosotros a los niños que están bajo su cargo”, dijo el cardenal Wuerl. “Por esta razón la arquidiócesis ha compartido sus materiales con escuelas públicas y otras instituciones sociales y nos hemos ofrecido a reunirnos con ellos para explicarles todo lo que hacemos para proteger a los jóvenes”.

“Durante los pasados 13 años la iglesia ha creado un ambiente seguro para los niños y esta se ha convertido en un lugar donde las víctimas y los sobrevivientes pueden comenzar el proceso de sanación”, decía la columna de Cesareo publicada en The Catholic Free Press, periódico de la Diócesis de Worcester, Massachusetts. “Los obispos de todo Estados Unidos, y de todo el mundo, han pedido perdón por los lapsos en las normas eclesiásticas y las decisiones tomadas que llevaron a herir a sus miembros más inocentes y valorados”, él dijo, “y continuará disculpándose ante las víctimas y los sobrevivientes por el abuso que han soportado”.

Pero “la iglesia ha hecho más que disculparse. Esta ha implementado un programa agresivo para fomentar la prevención de tal abuso y proveer un sistema abarcador de apoyo para víctimas y sobrevivientes”, añadió Cesareo, presidente of Assumption College en Worcester.

El estatuto, aprobado originalmente en el 2002 y revisado en el 2005 y el 2011, exige investigación de antecedentes para clérigos y cualquier empleado eclesiástico o voluntario que trabaje directamente con niños y asegura que niños y adultos en parroquias o escuelas participen en entrenamiento de ambiente seguro. Hasta la fecha, dijo Cesareo, más de 1.9 millones de los adultos, o el 98 por ciento, que trabajan en parroquias y escuelas católicas han pasado por una minuciosa investigación de antecedentes y han recibido el entrenamiento, según los obispos estadounidenses, y a más de 4.4 millones de niños, o el 93 por ciento, en parroquias y escuelas se les ha enseñado cómo protegerse del abuso y cómo reportar incidentes si ocurren.

En una columna del 30 de octubre en The Catholic Free Press, el obispo Robert J. McManus de Worcester dijo que con el surgimiento de “Spotlight” es “doloroso” recordar “la crisis del abuso de niños por miembros de la Iglesia Católica”.

“Estos crímenes fueron atroces y representan una confianza quebrantada de parte de algunos líderes de la iglesia a aquellos que fueron heridos. Aunque estamos comprometidos a restaurar esa confianza, sabemos que tomará tiempo”, añadió el obispo McManus. “No obstante, sería ingenuo pensar que este es un problema limitado a la Iglesia Católica o hasta a los grupos religiosos en general”.

Él cito al papa Francisco cuando estableció la Pontifica Comisión papa la Protección de Niños para supervisar la respuesta de la iglesia mundial al abuso sexual: “Se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”, dijo el pontífice.

El presidente de la comisión es el cardenal Sean P. O’Malley de Boston, sucesor del cardenal Bernard F. Law, quien renunció en medio de crítica de su manejo de los casos de abuso sexual por clérigos mientras el escándalo agitaba la arquidiócesis.
El cardenal O’Malley dijo que el debut de la película “muestra tiempos muy dolorosos en la historia de la Iglesia Católica en Estados Unidos y particularmente aquí en la Arquidiócesis de Boston. Se comprende que estos tiempos del debut de la película podrían ser especialmente dolorosos para los sobrevivientes del abuso sexual por clérigos”.

En la declaración, publicada el 28 de octubre en The Pilot, periódico arquidiocesano, el cardenal O’Malley dijo: “El reportaje investigativo de la prensa sobre la crisis del abuso instigó un llamado a que la iglesia aceptara responsabilidad de sus fallas y se reformara, que atendiera los que era vergonzoso y oculto, y a que se comprometiera a poner la protección de los niños en primer lugar, antes que cualesquiera otros intereses”.

Él añadió: “Hemos pedido y continuamos pidiendo perdón de parte de todos aquellos heridos por los crímenes del abuso de menores. Como arzobispo de Boston, personalmente me he reunido con cientos de sobrevivientes del abuso por clérigos durante los últimos 12 años, he escuchando narraciones de sus sufrimientos y humildemente he procurando su perdón”.