“Que la voz del Evangelio llegue a toda la nación en estos tiempos de oscuridad”, afirmó el diácono Guillermo Torres, director de la Oficina de Pastoral de Ministerios Hispanos en la Diócesis de Orange.
En ocasión del VI Seminario para Lideres Católicos -laicos, religiosos y ordenados-, y en colaboración con los ministerios de Jóvenes para Cristo y la Renovación Carismática, Torres aseguró que un verdadero líder y promotor del evangelio es quien sabe leer la voluntad de Dios en los signos de los tiempos.
“Un líder es aquella persona que con su vida exhorta y denuncia lo que es injusto o inhumano”, expuso durante una conferencia el 30 de junio, en el gimnasio de la Catedral de Cristo. “Tenemos que ser la voz de aquellos que están siendo separados de sus familias; nuestro país está polarizado y dividido, y nosotros representamos en nuestra fe el llamado del Señor para ser signos de esperanza en esa disparidad”.
Sobre el propósito de un líder, Torres destacó que todos los integrantes de ministerios parroquiales tienen la obligatoriedad de ser la voz de los niños que son separados, de los inmigrantes, del pobre, del indigente, de quienes tienen necesidades especiales, de los que duermen bajo un puente, sufren abandono o padecen enfermedades mentales.
Por ello, destacó que “La experiencia de Dios es la experiencia de un pueblo. Ese es el tipo de líder que hace eco y encarna la persona de Cristo en su vida, porque Él vio el sufrimiento de su pueblo por quien entregó su vida; lo hizo por cada uno de nosotros”.
Añadió que esa es la experiencia de Dios en el líder de la Iglesia; encarnar el evangelio y, como profeta, tiene que exhortar al pueblo a ser líderes, alzar su voz, pero también denunciar las injusticias en todos los ámbitos, en el trabajo y en la sociedad.
“El líder exhorta y denuncia”, observó el diácono Torres. “Y haciendo eco de la Palabra de Dios, nos hace signos de esperanza”.
Así aconteció con Jeremías, hijo de Helcías, de una familia de sacerdotes que vivían en Anatot, en la tierra de Benjamín.
El profeta Jeremías fue llamado por Yahvé: «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.»
Yo exclamé: «Ay, Señor, Yahvé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!» Y Yahvé me contestó: «No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yahvé.
Entonces Yahvé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: «En este momento pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás». (Jeremías 1, 5-10).
“Ese es el llamado a todos ustedes, líderes de la Diócesis de Orange por su vocación sacerdotal”, animó a los creyentes. “Tal vez, desde pequeños ya teníamos ese llamado a servir como sacerdotes, diáconos, o porque alguien nos invitó al ver las necesidades de servir a la Iglesia, y es necesario que la voz del evangelio llegue a toda la nación en estos tiempos de oscuridad [en Estados Unidos]”.
Ana Amaya, feligresa de la iglesia Santiago de Compostela, en Lake Forest comentó que es importante conocer cómo es ser un buen líder y aprender a serlo.
“Se necesita humildad y sencillez para servir a Dios y a los hombres”, analizó. “Pero como le dijo Jesús a sus discípulos, el que quiera ser primero tiene que ser un servidor; no es fácil pero tampoco es imposible, porque todo se puede con la ayuda de Dios”.
Isidro Pineda, integrante del ministerio Jóvenes para Cristo y fiel de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, en Santa Ana, consideró que no hay impedimentos para que cada individuo pueda ser líder.
“Dios le da la fortaleza a cada uno”, dijo el hombre de 69 años. “Si seguimos el liderazgo de Cristo no podemos errar”.
Por su parte, el colombiano Omar Triana, coordinador de grupos parroquiales en la iglesia de San Nicolás, en Laguna Woods, destacó que el resumen de “exhortar y denunciar” es importante porque se trata de dos palabras que sirven para mejorar todo lo que no marche bien.
“Para mí, ser un verdadero líder cristiano es llevar el mensaje de Dios a las comunidades, donde no somos hispanos, americanos, mexicanos o colombianos”, indicó. “Todos somos uno en el cuerpo místico de Dios que es la Iglesia”.