Nota del editor

MENOS ES MEJOR

By KIMBERLY PORRAZZO,
 EDITOR DE ORANGE COUNTY CATHOLIC EN ESPAÑOL     8/4/2017

 

Este pasado fin de semana fue la 39ª venta de garaje anual en nuestra vecindad del Condado de Orange. Vecinos de unas 120 casas participaron y los compradores vinieron de los condados de San Diego, Riverside y L.A., como lo han hecho durante casi cuatro décadas para comprar artículos que ya no quieren otras personas.

Mientras estaba sentaba en una silla plegable en la entrada, mirando a los compradores examinar los artículos que mi esposo y yo determinamos que podíamos vivir sin ellos, no pude evitar pensar en esa expresión: “No te lo puedes llevar contigo”. También estaba imaginando a nuestros dos hijos un día decidir qué artículos de los nuestros mantendrán y qué artículos se descartarán cuando llegue el momento de que ellos tengan que lidiar con nuestras pertenencias. Este es el primer paso, en un esfuerzo para hacer ese proyecto más fácil para ellos.

Después de esa venta, descubrí que hay realmente una sensación de limpieza que viene de tener menos. Por primera vez, desde que se aclaró el asunto de las cosas que ya no caben o que ya no están a la moda, entré en nuestro armario de la habitación y había una verdadera sensación de paz. No lo exagero. Nuestro armario se veía más tranquilizante. Pude ver más, porque había menos. Casi me sentía como si pudiera respirar más fácilmente.

Pensé en la Madre Teresa, de quien se dice que después de su muerte sólo tenía unas pocas posesiones: un par de saris y un par de sandalias. No había necesidad de que ella recorriera cajones y estantes para arrojar cosas que no le eran necesarias.  Mantuvo sus posesiones al mínimo. Ahora aspiro a ser más como la Madre Teresa.

Por lo tanto, si no lo puedes llevar contigo, ¿por qué recolectamos tantas cosas? ¿Por qué queremos más? ¿Y por qué lo guardamos todo? Al final, no necesitamos nada de eso. Seguro que hay los collares de macarrones hechos por dedos pequeños que nunca dejaré ir y las fotos de mi familia a lo largo de los años son más valiosos ahora que nunca. Mi rosario está entre mis posesiones más preciadas. Pero la cristalería, los platos disparejos, los libros y los dispositivos electrónicos … la realidad es que, en primer lugar, que nunca necesitamos la mayoría de ellos.

No sólo este ritual anual de purgar artículos en la venta de garaje ayudó a limpiar la casa, sino que también ayudó a despejar mi mente. Me enfocaré este año de una manera diferente como consumidor, comprando menos y dando más. El próximo año, para la 40ª venta anual de garaje de barrio, quizás ya no podría tener nada en absoluto para vender.