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‘NADIE SUEÑA EN LA VIDA CON SER DESAMPARADO’

EN SERVICIO INTERRELIGIOSO SE ORA POR EL DESCANSO ETERNO DE LAS ALMAS DE MÁS DE 200 PERSONAS SIN HOGAR

By JORGE LUIS MACÍAS     2/25/2019

Las almas de 240 desamparados que murieron en las calles del condado de Orange en 2018 descansan en paz, por la misericordia de Dios.

Como es tradicional la Diócesis Católica Romana de Orange, las Hermanas de San José del Condado de Orange,  directivos de la organización caritativa Our Fathers Table y HomeAid Orange County organizaron el servicio conmemorativo interreligioso para las personas sin hogar.

Fue el 21 de diciembre de 2018. Era el primer día de invierno. Lo hicieron durante la noche más larga del año. 

En el ambón de la Catedral de Cristo, las hermanas Theresa LaMetterey y Sue Dunning, de la Orden de San José de Orange leyeron uno a uno los nombres de los difuntos.

Y en el Arboretum, decenas de fieles llevaron veladoras que depositaron en un candelero de tres niveles frente al altar. Cada una significaba la luz eterna, de la cual ellos ya gozan en el paraíso.

El Obispo Auxiliar, Kevin Freyer, dijo a los centenares de asistentes, que, en torno a los desamparados que han perdido la vida en las calles, en el frío la noche y ante la insensibilidad humana, “elegimos mirar hacia otro lado”.

El prelado dijo a OC Catholic que el relato registrado en Lucas 10:25-37 sobre el buen samaritano, muestra cómo Cristo ve las cosas de forma diferente. Aquel hombre -como los desamparados del Condado de Orange- había sido despojado de sus ropas; los ladrones lo dejaron herido; estaba inconsciente y medio muerto.

“Jesús habló a la gente de la acción del buen samaritano que salvó a un hombre y le curó las heridas”, dijo Freyer. “El buen samaritano ideó un plan para cuidar del hombre y ayudarle a recuperar su dignidad”.

En efecto el buen samaritano  se acercó, “vendó sus heridas, y les echó aceite y vino”. Lo vio, se compadeció de él y no le reprochó nada por estar en aquella condición y lo puso sobre su cabalgadura para llevarlo al mesón a que sanara, es decir, vio en aquel hombre necesitado su humanidad y fragilidad.

“El Papa Francisco nos ha llamado a acompañar a los desposeídos de la sociedad”, comentó el Obispo Freyer. “Pero algunos sí nos hemos olvidado de ser compasivos con los demás”.

De igual manera, Greg Walgenbach, director de la oficina de Vida, Justicia y Paz de la Diócesis de Orange refirió que, en la sociedad actual, “Sí vemos el problema de los desamparados, pero para unos [los desamparados] son invisibles y no sabemos qué hacer ”.

Parte del reto y la solución, dijo, “es mirar el ejemplo del buen samaritano y descifrar cómo ayudar a la gente; estamos perdiendo de vista el acompañamiento personal y humano”.

De hecho, en marzo de 2018, los supervisores del Condado de Orange rescindieron un plan que habría creado refugios de emergencia para 400 personas sin hogar en Irvine, Huntington Beach y Laguna Niguel.

Docenas de líderes de esas ciudades y casi 2,000 personas gritaron que no querían a las personas sin hogar en sus vecindarios.

“Tenemos que buscar llegar a ese punto personal del ser humano”, dijo Walgenbach a OC Catholic. “Toda la persona humana está creada a imagen y semejanza de Dios, tenemos que dejar a un lado la rivalidad, la competencia de echar culpas, parar de pelear entre nosotros y luchar por la justicia que esperan estas personas”.

Agregó que el asunto de los desamparados requiere una política que vea la situación humana.

“En este memorial podríamos hablar de 240 personas [que murieron], pero tenemos que referirnos también a sus nombres, a las historias de padres o madres y que todos sepan que no es un problema de números”, dijo. “Cuesta menos darles vivienda que pagar por los servicios de las calles”.