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PAPA: PROMUEVAN LA VIDA PROTEGIENDO, COMPARTIENDO AGUA LIMPIA

By Cindy Wooden, Catholic News Service     2/28/2017

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El acceso al agua potable es un derecho humano básico y un componente clave en la protección de la vida humana, dijo el papa Francisco.

“El derecho al agua es determinante para la sobrevivencia de las personas y decide el futuro de la humanidad”, dijo el papa el 24 de febrero durante una reunión con 90 expertos que participaron en el “Diálogo sobre el Agua” en la Pontificia Academia de las Ciencias.

Examinando todos los conflictos en todo el globo, el papa Francisco dijo: “Me pregunto si en esta guerra mundial en trozos que estamos viviendo no estamos yendo hacia una gran guerra mundial por el agua”.

El acceso al agua es un asunto fundamental y urgente, él dijo. “Fundamental, porque donde hay agua hay vida, y entonces puede surgir y avanzar la sociedad. Y es urgente porque nuestra casa común necesita protección…”.

Citando estadísticas “preocupantes” de las Naciones Unidas, el papa dijo que “cada día — ¡cada día! — mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua; millones de personas consumen agua contaminada”.

Aunque la situación es urgente, esta no es insuperable, él dijo. “En este compromiso de dar al agua el puesto que le corresponde, hace falta una cultura del cuidado — parece una cosa poética y, bueno, la creación es una (poesía)”.

Los científicos, empresarios, los creyentes religiosos y los gobernantes políticos tienen que trabajar juntos para educar a la gente sobre la necesidad de proteger los recursos hídricos para encontrar más maneras de asegurar mayor acceso al agua limpia “para que otras personas puedan vivir”, él dijo.

La escasez de agua potable limpia y segura “hace que nuestra casa común sufra tanta miseria”, dijo el papa, “y clame por soluciones efectivas, realmente capaces de superar los egoísmos que impiden la realización de este derecho vital para todos”.

“Es preciso unir todas nuestras voces en una misma causa; ya no serán voces individuales o aisladas, sino el grito del hermano que clama a través nuestro, es el grito de la Tierra que pide el respecto y el compartir responsablemente de un bien que es de todos”, él dijo.

Si cada persona contribuye, él dijo, “estaremos contribuyendo a que nuestra casa común sea más habitable y más solidaria, más cuidada, donde nadie sea descartado ni excluido, sino que todos gocemos de los bienes necesarios para vivir y crecer en dignidad”.