CHICAGO (CNS) — Para Brenda Noriega ser misionera no fue escogido.
“No hay otra manera de vivir en el cristianismo”, ella dijo. “No podemos quedarnos en nuestras casas o dentro de las cuatro paredes de nuestra parroquia. Tenemos que salir. Es nuestra identidad católica”.
En la Diócesis de Fresno, California, donde ella coordina el programa de pastoral hispana, su disposición a extenderse es muy apreciada. La diócesis depende mucho de sus líderes laicos comprometidos.
Como parte de la pastoral para jóvenes y adultos jóvenes de la diócesis, Noriega dirige retiros espirituales y clases de formación para enseñarle a los adolescentes a “ver, juzgar y actuar” como católicos.
Noriega también dirige la pastoral para migrantes. Durante los seis meses de cada año que los trabajadores agrícolas viven en la diócesis, ella quiere mantenerlos cerca de Cristo. Cuando ellos vienen a este país están buscando esperanza y cuando encuentran una iglesia, ella dijo, encuentran no solamente esperanza, sino también una familia y una comunidad.
Ella colabora con un centro para migrantes que ofrece alimento, vestimenta y conexiones para servicios sociales. “Nuestro credo tiene que ser abarcador. Ser misionero es trabajar con la persona completa, espiritual y socialmente”, ella dijo en entrevista con la revista Catholic Extension.
“Cuando veo a todos estos migrantes veo a mi papá”, dijo Noriega, “y recuerdo su historia, luchando por su familia. Así que es tiempo de devolverle a la comunidad. Es mi tiempo
de hacerles sentir que hay esperanza en Dios”.
Aunque el papa Francisco nos dice que debemos ir a las “periferias”, ella dijo, esas periferias no tienen que ser lejanas. Y aunque ella ha sido misionera en Colombia, ella encuentra en su propia diócesis las mismas necesidades que encontró en el extranjero. “Veo tantos grupos marginados, incluyendo los que enfrentan la pobreza, los ancianos, los presos y las poblaciones en riesgo aquí mismo en nuestros vecindarios”, dijo ella.
“El papa Francisco nos pide atender a las personas dentro de sus propias tradiciones y devociones”, ella dijo. “Tenemos que tomar tiempo para conocer y entender a la gente. Él quiere que demos un paso extra. Como coordinadora de la diócesis, parte de mi trabajo es apoyar esas tradiciones y ayudarles a crecer en este país mientras mantienen su fe viva.
“Tener sus Misas en español ayuda a que la gente sienta que su parroquia es su hogar. Sin nuestra pastoral para migrantes estas personas no vendrían a la iglesia porque no se sentirían bien recibidos”.
En su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, el papa Francisco dice que sueña con “una opción misionera capacitada para transformarlo todo” e insta a la iglesia completa a hacerse “más orientada a la misión”. Noriega dijo que para ella “ser misionera significa que siempre estamos rociando el trabajo de alguien y sembrando las semillas para los que vienen”.
A Noriega también le inspiró un libro que leyó recientemente, “Divine Renovation: Bringing Your Parish From Maintenance to Mission”, de padre James Mallon. “Él dice que nuestras parroquias deberían enfocarse menos en una estrecha base de membresía y pensar más sobre constantemente renovar, ampliar y cultivar discípulos”, explicó Noriega.
Hasta la fecha ella ha trabajado en más de 30 de las 89
parroquias de su gran diócesis, que cubre 35,000 millas cuadradas y tiene 1.2 millones de Católicos. Aunque la parroquia más lejos está a seis horas de su oficina, ella dice que tiene la intención de visitarlas todas.
“No podemos mantenernos estáticos”, ella dijo. “Tenemos que llevarle a la gente las buenas nuevas de que Jesús resucitó y que él es una persona en nuestras vidas y que Dios es misericordioso”.
La mayor parte del salario de Noriega es financiado a través de la Iniciativa de Liderazgo Laico Hispano de Catholic Extension, sociedad papal con sede en Chicago que provee fondos y recursos a las 94 “diócesis misioneras” de Estados Unidos, donde la fe es próspera pero los recursos escasean.
La Iniciativa de Liderazgo Laico Hispano provee capital semilla para financiar líderes nuevos, bilingües y a jornada completa que trabajan en ministerios pastorales. Los puestos incluyen líderes de formación en la fe, ministros juveniles y familiares, coordinadores de educación religiosa y coordinadores de pastoral hispana, todos activando la comunidad católica de rápido crecimiento y edificando nuevas capacidades dentro de la iglesia.
“Nuestros líderes laicos hispanos representan la compasiva extensión eclesiástica hacia tantas comunidades necesitadas, particularmente los inmigrantes”, dijo padre Jack Wall, presidente de Catholic Extension. “Ellos trabajan incansablemente y abnegadamente para animar al creciente número de hispanos que traen tanto a nuestra iglesia”.
Además de ayuda de salario, Catholic Extension también provee becas para educación continuada para que los líderes hispanos desarrollen sus destrezas y conocimiento de liderato y aumenten su eficacia en su ministerio. Noriega está cursando maestría en Ministerios Pastorales en la universidad Santa Clara. El verano pasado ella recibió fondos para participar en el Instituto Hispano de la universidad en la Jesuit School of Theology en Berkeley.
El primer cohorte de 19 líderes laicos hispanos terminó durante el verano del 2015 el programa inicial de tres años. El segundo cohorte de 12 líderes terminará en enero del 2016 su periodo de beca.