NORRISTOWN, Pensilvania (CNS) — Para los inmigrantes que están en el país sin permiso legal una visita rutinaria al médico podría ser una ocasión de pánico. Sin documentos, los inmigrantes temen la deportación cuando entran a la sala de espera.
Con la intención de no correr el riesgo, ellos evitan la atención médica hasta en casos de vida o muerte.
Debido a las barreras lingüísticas que les dificultan describir sus dolencias o entender los consejos médicos, la falta de transportación hacia las instalaciones médicas y las largas jornadas de trabajo en empleos que no proveen permisos por razones médicas, muchos inmigrantes no reciban servicios médicos vitales.
La parroquia San Patricio en Norristown está trabajando para cambiar esta situación con la ayuda de médicos locales, voluntarios… y Nuestra Señora de Guadalupe.
Después de la Misa de mediodía del primer domingo de cada mes, la parroquia organiza una feria de salud que no requiere cita previa en el salón del sótano de la iglesia para los residentes de la zona, muchos de los cuales son inmigrantes mexicanos.
Los participantes pueden hacerse pruebas gratuitas de diabetes, tuberculosis, hipertensión y evaluación dental y de la visión.
Las mujeres embarazadas también pueden obtener vitaminas prenatales y cajones para bebés — cunas de cartón fuerte diseñadas para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante.
La feria mensual es vital para los miembros necesitados de la comunidad local.
“La gente que viene aquí tiene confianza total en los sacerdotes”, dijo el padre Gus Puleo, párroco de la parroquia San Patricio y profesor adjunto de español en el seminario San Carlos Borromeo. “Siempre vienen a mí con preocupaciones sobre la inmigración y asuntos médicos. Creo que esta confianza se debe a Nuestra Señora de Guadalupe, quien es una fuerza mayor en la comunidad mexicana. Trabajamos de su mano”.
La parroquia también trabaja con profesionales médicos que entrenan a líderes de la comunidad como “promotores de salud”. Los promotores reciben un año de “educación y capacitación práctica en servicios de salud y enfermería”, dijo el padre Puleo a CatholicPhilly.com, el portal cibernético de la Arquidiócesis de Filadelfia. “Ellos vienen de la comunidad y asumen la dirección del programa”.
Al ser miembros de la comunidad, conocedores tanto del idioma como de la cultura de los que ellos ayudan, los promotores sirven como vínculos cruciales entre los clientes del programa y los servicios médicos.
“Ofrecer esto aquí en la iglesia es más confidencial, más seguro, más conveniente”, dijo una feligresa de nombre Carla, después de la más reciente feria en San Patricio el 2 de abril. “Es muy necesario tener estos servicios para la comunidad hispana”.
Entre los servicios que se proveen, la atención prenatal es clave. En 2014 padre Puleo sepultó a cinco cuerpos de bebés que murieron por falta de atención médica apropiada y decidió no sepultar ninguno más.
“Cuando comencé este programa aquí tuve que aprender sobre el embarazo a través de la investigación científica y ahora comprendo más al respecto que la mayoría de los padres biológicos”, expresó.
El sacerdote anunció el programa a sus feligreses durante todo el verano de 2014 y en octubre de 2014 se realizaron las primeras evaluaciones.
Para implementar el programa en su parroquia, el padre Puleo coordinó con la hermana de la Misericordia Ann O’Connell y el padre jesuita Peter Clark, director del Instituto de Bioética Clínica y profesor de ética médica en la Universidad San José. Basado en modelos médicos que observó en la República Dominicana, el padre Clark ya había establecido programas
similares para las comunidades nigeriana y africana occidental de habla francesa de la parroquia San Cipriano en Filadelfia Occidental.
Su equipo se asoció con el Centro Médico Católico Misericordia que está cerca, y entonces la hermana O’Connell, vicepresidenta retirada de misión de lo que en la actualidad es el Hospital Comunitario Suburbano en Norristown, sugirió extender el programa a la comunidad mexicana de la zona central del condado Montgomery.
El programa ya ha salvado vidas. Un paciente con derrame cerebral que llegó a la clínica en marzo fue enviado inmediatamente al hospital por un residente que ayudaba en la clínica. En otro caso se llamó a una ambulancia para llevar al hospital a un hombre con hemorragia en un ojo, dijo el padre Clark. “Estos hombres eran ambos indocumentados, así que no iban a correr inmediatamente a la sala de emergencias. Pero un (médico) residente llamó con antelación, y conocía a los residentes en la sala de emergencias, y ellos los atendieron”. Cualquier caso que requiera tratamiento médico formal es referido a practicantes y clínicas locales, que en muchos casos cobran basándose en el ingreso del paciente.
“A aquellos pacientes que no tienen seguro les proveemos información y les pedimos que vengan a nuestra oficina”, dijo el Dr. Patrice Ekperi, practicante en la oficina de medicina familiar del Hospital Comunitario Suburbano. “Podemos brindar tratamientos allí y ofrecemos tarifas especiales para los no asegurados, de modo que podemos atender por lo menos a los que no tienen seguro o podrían tener un seguro con pobre cobertura”.
“Los hospitales de Filadelfia han sido muy buenos”, añadió el padre Puleo. “Pagamos algo, pero intentamos que sea un pago mínimo. Dependemos de las clínicas y aprovechamos nuestras conexiones”.
La lista de agencias dispuestas a apoyar el programa, continúa creciendo. Por ejemplo, San Patricio ahora ofrece educación de salud dental gracias a voluntarios del programa de higiene dental del Colegio Universitario Comunitario del Condado Montgomery.
Estudiantes de la Facultad de Medicina Osteopática de Filadelfia y del Instituto de Bioética Clínica de la Universidad San José rutinariamente son parte del personal de la clínica mensualmente. Una organización no lucrativa de Delaware Valley coordina mamografías y exámenes pélvicos para mujeres en los hospitales de la zona.
El consulado mexicano se ha unido a la feria de salud mensual para ayudar a los clientes con asuntos de inmigración, documentación legal y asuntos de violencia doméstica.