Erin R. Dooley estuvo de gira con su documental “A Way to Forgiveness” (Un Camino al Perdón) para llevar el mensaje de perdón al público.
El sábado 15 de julio, la cineasta independiente presentó la película de 45 minutos y dio una charla sobre el perdón en la Iglesia Católica Santiago de Compostela, en Lake Forest.
El documental narra el viaje una mujer joven católica por todo el norte de España, caminando 550 millas en la peregrinación centenaria del Camino de Santiago.
En el viaje, entrevistó a otros peregrinos sobre el perdón mientras trabajaba para sanar y perdonar a su esposo con quien llevaba 12 años de matrimonio y de quien se estaba divorciando.
Dooley, escritora y productora reflexionó sobre la interacción con el público al final de la proyección.
“Es muy emocionante ver cómo la gente está respondiendo al mensaje de perdón en la película y cómo está impactando sus vidas de maneras muy poderosas”, dijo.
A Cecy Marco perdonar también le ha costado muchas lágrimas. Ella no disculpaba al conductor que huyó tras haber atropellado de muerte a su hijo, Andy Medina, de 23 años.
“Yo, algunas veces culpaba a Dios”, dijo Cecy. “Yo solamente intentaba culpar a alguien”.
Andy Medina iba en su patineta cuando fue arrollado el 2 de octubre de 2015 en San Juan Capistrano. “No estoy enojada con Dios; sólo sé que no he encontraba las respuestas a mi pregunta del porqué murió mi hijo”, añadió. “Hoy sé que se perdona mientras se ama, que el perdón es un regalo, y que hay que perdonar a todos”.
cristo murió para el perdón de nuestros pecados
Antes de iniciar el Camino de Santiago, parecía que Erin estaba lista para parar de llorar. Atravesó verdes senderos, hermosos cielos de color azul y pintorescos pueblos situados entre cerros y montaña. Desde Jean Pied de Port-Roncesvalles (Francia) a Compostela (España) en 40 días.
La meta de la cineasta era caminar con su dolor, reencontrarse consigo misma, con sus sentimientos y el deseo de perdonar, plasmado en “Un Camino al Perdón”, película producida por D.A.S.H. Entertainment.
Erin compartió con otros caminantes de distintas naciones el concepto de perdón y la manera en que debe otorgarse.
“Yo no puedo controlar las cosas que hizo mi esposo”, meditó Erin, durante un descanso.
La proyección en la Iglesia Católica de Santiago de Compostela en Lake Forest fue sólo una parada en “Forgiveness Tour” de Dooley, que la lleva a iglesias, colegios y otras organizaciones.
“Mucha gente no sabe lo hermoso que es recorrer el Camino de Santiago y el perdón es apenas un breve aspecto de lo que podemos experimentar en nuestras vidas”, indicó Ann-Marie Blaney, voluntaria del Ministerio de Fe y Cine en Santiago de Compostela. “No perdonar fácilmente es parte de la naturaleza humana, aunque quizás solamente se trata de una ausencia temporal de Dios en la vida de uno mismo”.
perdonar ayuda a sanar
Erin charlaba con una peregrina canadiense. Coincidieron que, cuando el alma que ama y sufre, mucha gente no entiende su dolor interior.
En una escena, en la Colina del Perdón, ella se sentó a un costado del camino, tomó unas piedras y las enterró debajo a una cruz. ¿Su lección? “Perdonar es un regalo. Perdona a todos”.
Posteriormente se encontró con David, un peregrino de Estados Unidos. Hablaron de que las personas deben ser responsables de los actos que cometen, y que perdonar no significa olvidar, aunque esos pensamientos negativos podrían infectar la vida.
“Sería fantástico que pudieras olvidar”, le recomendó David.
A mitad del camino, en el día 23 de la caminata, con el cayado en su mano izquierda y un rosario en la mano derecha, Erin recibió un consejo de Gordon, un hombre australiano: “Perdonar te ayuda a sanarte a ti misma”.
Hasta ese momento ella no creía que la reconciliación con su esposo fuera posible.
el perdón, atributo de los fuertes
En el día 26, frente a una cruz, Erin recolectó piedras del camino y forma la palabra PERDÓN. Su lección, una frase de Mahatma Gandhi: “Los débiles nunca pueden perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes”.
Sin embargo, con la Biblia en la mano, la cineasta concluyó razonando el perdón de Jesús a los hombres, inscrito en la Eucaristía (Mateo 26:28).
Además, aprendió una lección de la frase acuñada a por Mark Twain: “El perdón es la fragancia que la violeta arroja sobre el talón que la ha aplastado”.
Hubo muchas lágrimas. Fue un viaje difícil con muchas emociones a flor de piel, pero Erin obtuvo al final la fortaleza emocional, espiritual y psicológica que surge del perdón.