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PROCESIÓN Y CELEBRACIÓN DEL “MILAGRO DEL SOL” EN FÁTIMA

“¿QUÉ HAREMOS NOSOTROS PARA ACERCAR MÁS ALMAS A JESÚS?”, PREGUNTÓ EL REV. MARIO JUÁREZ A CENTENARES DE FELIGRESES

By JORGE LUIS MACÍAS     12/5/2017

“Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae”. Amen. 

Este himno de entrada, “Ave María”, cantado en latín para la Sagrada Misa, fue el momento sublime para clausurar el 13 de octubre, el Año Jubilar del centenario de la celebración del centenario del “Milagro del Sol” y las apariciones de la Virgen de Fátima, Portugal, con una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. 

El festejo fue encabezado por el padre Christopher Smith, Pastor y Rector de la Catedral de Cristo, los clérigos Robert Spitzer, Hy Nguyen, Christopher Pham, Michael Trang y los diáconos Frank Chávez y Cruz Pleites, que congregaron a miles de creyentes, el 13 de octubre, en la Catedral de Cristo. 

La imagen de la Virgen de Fátima fue cargada en hombros por decenas de hombres de la comunidad católica vietnamita.  

Todos vestían elegantes para la fiesta de la Santísima Madre de Dios y, por su participación también en la Eucaristía, recibieron indulgencias plenarias. 

 

la danza del sol 

El “Milagro del Sol” se produjo el 13 de octubre de 1917, ante decenas de miles de peregrinos que llegaron a la localidad de Fátima, en el que, luego de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí. 

El milagro duró alrededor de tres minutos. Además del “Milagro del Sol”, los pastorcitos dijeron haber visto imágenes de Jesús, la Virgen María y San José bendiciendo a la multitud. La Virgen se presentó como la Señora del Rosario. 

“La Virgen se apareció en un momento difícil para Portugal, cuando sus hijos iban a la guerra y se desató una epidemia de gripe”, dijo el padre Mario A. Juárez. “Pero el ángel de la paz se apareció a los niños, antes de experimentar el mensaje de la Virgen: ¡Quiero la paz del mundo!”. 

En efecto, en octubre de 1918, María se apareció nuevamente a los pastorcitos videntes, Jacinta y Francisco que estaban enfermos y prometió llevarlos al cielo muy pronto. Aquejado por la influenza, Francisco falleció el 3 de abril de 1919, a la edad de 11 años. 

Jacinta, en el lecho de un hospital se confesó el 19 de febrero de 1920; pidió que le administraran los últimos ritos, porque ella iba a morir “a la noche siguiente”. Pero el sacerdote dijo que su estado no era tan grave y que regresaría al día siguiente. Jacinta murió mientras dormía, a los 10 años. 

 

mensaje de las jaculatorias del rosario 

Durante la homilía en español, el Reverendo Mario Juárez agregó que la Madre de Dios, después de su Asunción a los cielos vino al mundo para proteger a sus hijos en los momentos turbulentos que vivían, por el derramamiento de sangre en el mundo y por la salvación de las almas. 

“Así como en Portugal, María siempre acude al rescate de sus hijos”, manifestó. Juárez. “Ella lo hace con el único motivo de acercarnos a su hijo Jesús”. El mismo mensaje fue hecho en inglés por parte del Rev.  Christopher Smith y en vietnamita por el padre Hy Nguyen. 

Expresó que, de igual forma, La Virgen se apareció en LaVang (Vietnam), durante la persecución contra la Iglesia, en el siglo XVIII, y en México, cuando los indígenas estaban siendo maltratados por los conquistadores españoles, en la advocación de Santa María de Guadalupe, en 1531. 

El Rev. Juárez recordó que, entre los mensajes de Fátima al mundo entero, los Católicos han experimentado las jaculatorias enseñadas a los niños por el ángel, y agregadas al rezo del Santo Rosario: ¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia!”, y también, la conocida Oración del Perdón: “¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo, Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman!”  

Enalteció que, en María, -aquella joven de 14 o 15 años que dijo sí al plan de salvación de Dios para la humanidad y para traer en su bendito vientre al Hijo de Dios-, el Señor nos recuerda la importancia de la conversión, oración y penitencia. 

“Vemos derramada la sangre inocente; nos hace falta traer la paz al mundo…María ya hizo su parte. ¿Qué haremos nosotros para acercar más almas a Jesús?”.