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RETIRO EN LA CIMA DE LA COLINA

EL PROYECTO DE LA EXPANSIÓN DE LOS PADRES NORBERTINOS OFRECERÁ UNA NUEVA ABADÍA A SILVERADO CANYON

By CATHI DOUGLAS     4/15/2019

En una ladera escarpada en el Cañón de Silverado —donde los halcones giran en círculos y el viento silba a través de los robles— los trabajadores construyen una enorme abadía de piedra.

Evocando a los grandes monasterios de Europa, la larga iglesia de estilo románico cuenta con un campanario de 100 pies que sobresale en el horizonte y elegantes arcos de medio punto. En el otoño del 2020, si todo va de acuerdo al plan, la iglesia acomodará a 500 personas en las misas.

La expansión de la Abadía de San Miguel de los Padres Norbortinos, de 55 acres, ya está bien avanzada.

“Es muy emocionante ver que un proyecto que comenzó en el 2006, con una gran campaña de recaudación de fondos en el 2015-16, finalmente cobra vida”, explica el padre Justin Ramos, O. Praem., director de recaudación de fondos para el proyecto de expansión.

La constructora Matt Construction de Santa Fe Springs está a cargo del proyecto, que incluye un monasterio donde vivirán los padres y los seminaristas; un convento; un edificio administrativo con oficinas para el abad Eugene Hayes, O. Praem., y su personal; y una casa de huéspedes grande. También se incluyen salas de conferencias, un cementerio, cripta y capilla del cementerio.

Matt Construction ha trabajado en muchos proyectos destacados en el sur de California y más allá, como el Museo de Automovilismo Petersen, The Broad y el Music Center Plaza. El arquitecto de proyecto, Jean-Louis Pagès, fue elegido hace más de una década después de que su diseño de una abadía llamó la atención de los líderes de San Miguel mientras viajaban por el sur de Francia.

La construcción inició en julio de 2018, y se espera que se complete la expansión para octubre de 2020, explicó el padre Ramos.

“Tenemos la suerte de contar con un fuerte apoyo de los donantes interesados en lo que hacemos”, añadió el padre Ramos. Dirigidos por el fundador y presidente de Gemini Industries Corp., Sebastian ‘Paul’ Musco y su esposa Marybelle, generosos benefactores tanto locales como en toda América del Norte han otorgado $120 millones para financiar la expansión. Casi el 30 por ciento de las donaciones para la nueva abadía llegaron de fuera de la diócesis.

Los padres norbertinos llegaron por primera vez al condado de Orange en 1961, el padre Ramos indicó que el cardenal James McIntyre invitó a vivir y trabajar a siete sacerdotes que huían de la revolución húngara al condado de Orange, que en ese entonces era parte de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Los hombres compraron la propiedad actual en Silverado Canyon, ubicada a una cuadra de Cook’s Corner, del propio Cook, y construyeron el internado para niños, la iglesia y las residencias. Hoy los norbertinos ministran y enseñan en docenas de parroquias y escuelas parroquiales en toda la Diócesis de Orange. Dicen misa y también ofrecen ministerio más allá de la diócesis, en los condados de Los Ángeles, San Diego, Riverside y San Bernardino.

“Ya superamos esta propiedad”, señala, y agrega que, con más de 50 sacerdotes, 40 seminaristas y 64 estudiantes, el complejo de la ladera no puede albergar a todos los que quieren vivir, trabajar y ser educados allí. En las misas de lunes a viernes de 7 a.m. y en la misa de los domingos a las 11 a.m., a menudo asistidas por fieles laicos, el estacionamiento puede ser difícil, especialmente en Navidad y Pascua.

La nueva propiedad de la abadía se encuentra a varias millas de distancia e incluye 327 acres a ambos lados de Silverado Canyon Road. En el pasado fue parte de Holt Ranch, gran parte de los terrenos de los Norbertinos permanecerá silvestre, atravesada por senderos, explicó el padre Ramos.

Recientemente regresó de una visita a un pequeño pueblo en los Alpes franceses donde bendijo la caldera de bronce fundido que luego se vertió en un molde para crear la sexta y más grande campana designada para el campanario de la abadía. La campana de dos toneladas, como las otras tienen la inscripción y el retrato de un santo. En este caso, la campana más grande lleva el nombre
de Nuestra Señora y presenta una imagen diseñada por un seminarista de Norbertine.

El padre Ramos cree que la intervención sagrada es una de las razones por las cuales la propiedad para la expansión se puso a disposición de los padres norbertinos. Describe una caminata en el 2006 por Silverado Canyon durante la cual él y algunos sacerdotes compañeros acordaron que la propiedad era la indicada para la expansión de la abadía. Los padres norbertinos erigieron secretamente una estatua a San José en una de las colinas y le pidieron al santo que observara favorablemente la posible compra de los terrenos. Los esfuerzos iniciales fracasaron, pero seis años después, los padres pudieron comprar los terrenos y descubrieron que la imagen de San José, desgastada por el clima, permanecía en la colina, donde permanece hasta el día de hoy.

“Durante décadas, muchos fieles laicos llegan a la Abadía de San Miguel para orar, asistir a la Liturgia de las Horas y participar en los cantos gregorianos”, señala el padre Damien Giap, un padre norbertino que ministra en la parroquia y la Escuela de San Juan Bautista en Costa Mesa. “Las nuevas instalaciones acomodarán a sacerdotes y seminaristas, y a todos aquellos que quieran acudir a orar con nosotros. La nueva abadía nos permitirá ofrecer conferencias y retiros espirituales, algo que no podemos hacer actualmente por falta de espacio”.

La impresionante belleza del cañón ofrece vistas incomparables y un entorno natural que atraerá a los visitantes religiosos y laicos que quieran disfrutar de tranquilos paseos solitarios por las colinas, añade el padre Giap.

“Al igual que las magníficas iglesias en Italia, en última instancia, la abadía habla del amor que las personas tienen por Dios”, explica. “Construir una hermosa iglesia da Gloria a Dios. Si bien es cierto que puedes orar en cualquier lugar, las iglesias no quitan a los pobres de Cristo, sino que le brinda a todos un lugar hermoso para orar”.