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SIEMPRE PODEMOS CRECER EN EL AMOR

UNA PASTORELA TRASCIENDE EN LA REPRESENTACIÓN DEL PERDÓN DE LOS PECADOS TRAÍDO POR JESÚS Y LA MISERICORDIA DE DIOS

By JORGE LUIS MACÍAS     3/2/2020

UN NUTRIDO GRUPO DE actores empíricos, incluyendo a un sacerdote, puso en escena una popular pastorela con cantos llamada “El Mesías Redentor”. 

Bajo la dirección de Elvira Raygoza. los feligreses narraron con su actuación las vicisitudes que enfrentaron María, José y un grupo de pastores para llegar a Belén y adorar al Niño Jesús que habría de nacer, y en su camino también, superar las tentaciones que les puso el demonio. 

“Recordamos que lo más importante es abrir el corazón al Señor”, dijo el Rev. Matthew Wheeler, pastor asociado de la iglesia San Antonio en Sur San Gabriel e intérprete del papel de San Miguel Arcángel. “Jesús vino a salvarnos y a quitar todo el pecado del mundo, y para ello nos llama a la confesión sacramental, a recibir su infinita misericordia y crecer siempre en el amor”. 

En las primeras tres escenas, en un sitio agreste y erizado de rocas, varias mujeres que menciona la biblia en el Antiguo Testamento: Rebeca, Esther y Agar dialogan con curiosidad sobre la elección del esposo de María, en cuyo seno nace el «Príncipe de Paz» profetizado por Isaías 9:5. 

“El Gran Sacerdote llama para que acudan al templo hoy mismo, todos los hombres que permanecen solteros.”, dice Raquel. 

Rebeca: ¿Todos los hombres? (Azucena Martínez, de Villa Guerrero, Jalisco). 

Esther: ¿Y todo eso con qué fin? 

Raquel: “Porque se trata tan solo, ni más ni menos, de dar esposo a María, la [hija] de Joaquín”. 

“Dios Padre, en su infinita misericordia nos enseñó a amarle con humildad en su Hijo, Jesús”, declaró Virginia Martínez, quien hizo el papel de Agar, la esclava egipcia concubina de Abraham. “Lo vital es que Jesús venga a reinar en nuestro corazón”. 

Una escena impactante correspondió a Luzbel, que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un ángel caído (Proverbios 13:10; Habacuc 2:5). 

“¡Ay del que osado otro poder intente frenar el mío poder… pues le prometo declararle la guerra de exterminio sin tregua ni cuartel!”, expresó Hugo Villegas, un católico de la Ciudad de México, quien tuvo el papel del demonio. 

Al concluir la obra, Villegas dijo que del pecado de la concupiscencia proviene gran parte del mal en el mundo. 

“En un momento de la obra yo bromeé y la gente se sonrió, pero el mensaje es que siempre que hay pecado en la vida todo saldrá mal; el demonio no quiere que el alma goce de la dicha sin fin, pero al final es el Mesías el que triunfa”, dijo. 

En la obra también se destaca la lucha entre el bien y el mal, entre el cristianismo y los siete pecados capitales: lujuria, envidia, gula, soberbia, avaricia, pereza e ira. 

La novena escena contempla el anuncio del ángel Gabriel: “Dios te salva, gran señora, llena de gracia divina. El Señor es contigo… (Lucas 1: 26-36). 

“María”, (Olivia Juárez) responde: “¡Oh!” ¿Qué palabras son esas por mi ser jamás oídas? Descúbreme este misterio que mi mente no adivina”. 

Gabriel (el Rev. Matthew Wheeler): “Del Señor omnipotente has sido Tú la escogida; y en tu seno virginal se ha de encarnar el Mesías”. 

“Yo le pedí a la Virgen que me diera humildad para poder interpretar su persona”, expresó Olivia. “Esta experiencia de fe me ha motivado a seguir creciendo como mujer católica”. 

San José (David Guerrero) dijo que admira padre legal de Jesús su grandeza de hombre por haber aceptado la responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María y custodio de la Sagrada Familia que no hallaba aposento para que naciera el Niño Dios. 

“Pensé que no podría interpretar el papel, pero, así como a él Dios le habló en sueños (Mateo 1: 18-25), yo me dormí una hora antes de la obra y mis miedos desaparecieron”. 

El montaje de la pasarela sirvió de inspiración para preservar una tradición de hace una década en la iglesia de San Antonio. 

“Preparamos la obra para despertar la fe en el corazón de los niños y grandes, para que amen más a Dios que vino para salvarnos”, expuso Elvira Raygoza, directora de la obra y costurera de todos los trajes de los actores. 

““El Mesías Redentor” es un compromiso que nace del corazón, en favor de la evangelización”, resumió la codirectora de la obra, Evita Monroy.