Local

TRES CATÓLICOS PERSONIFICAN A UN CRISTO VIVO

GUILLERMO RESÉNDIZ, GERARDO FRANCISCO GARCÍA Y LEDY DÍAZ INTERPRETARON A JESÚS EN EL VÍA CRUCIS EN SAN NORBERTO, SAN BONIFACIO Y NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE (DELHI)

By POR JORGE LUIS MACÍAS     4/29/2024

EN UNA DE LAS escenas del Vía Crucis representado en la parroquia de San Norberto, en la ciudad de Orange, el papel de Jesús de Nazaret, interpretado por Guillermo
Reséndiz inició con el encuentro con Bartimeo, un limosnero ciego, hijo de Timeo (Mc 10: 46-52)

“Al enterarse de que era Jesús de Nazaret el que pasaba, empezó a gritar: ‘Jesús, Hijo de David, ¡ten compasión de mí!’.”

Como en el pasaje de las Sagradas Escrituras, varios actores de la Pasión y Muerte de Jesús trataron de callarlo. Pero él gritó con más fuerza: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!.”

En el diálogo de la representación, se narra en las Sagradas Escrituras que Jesús se detuvo y llamó al ciego, quien, arrojando su manto, se puso de pie y se acercó a Jesús.

“¿Qué quieres que haga por ti?,” le preguntó Jesús. El ciego respondió: “Maestro, que vea.”

Entonces Jesús le dijo: “Puedes irte; tu fe te ha salvado.” Y al instante pudo ver y siguió a Jesús por el camino.

Guillermo Reséndiz, un católico de 48 años, originario de Querétaro, México, dice que él también estuvo “ciego” en algún momento de su vida.

En realidad, no estaba cerca de la Iglesia. Vivía en unión libre con Martha, -ahora es su esposa- quien iba a darle una hija. Pero él no quería comprometerse para el resto de la vida.

Su inmadurez lo llevó a caer en el mundo de las drogas. Y perdió todo. Incluso a su pareja, quien lo abandonó dos veces.

Desahuciado, Guillermo prácticamente terminó viviendo en las calles.

Y, recordando las enseñanzas de sus padres, decidió tomar la responsabilidad de sus errores. Tuvo un encuentro con Cristo, y desde 2010 comenzó a ser parte del grupo de Jóvenes para Cristo, en el ministerio de oración en la iglesia de San Norberto, en la ciudad de Orange.

Tras haber pasado tantas pruebas Guillermo, antes de interpretar a Jesús, uno de sus hermanos fue diagnosticado con un cáncer agresivo.

“Yo le dije al Señor que creo en Él y en su poder. Yo sé que Él se va a encargar de mis asuntos y aceptaré su voluntad, sea la que sea y me entregare a Él con mayor amor y servicio.”

De oficio pintor, Guillermo Reséndiz dijo que, para él, la parte más sentida del Vía Crucis fueron los azotes recibidos.

“Me identifiqué un poco con el sufrimiento que Cristo sufrió por mis pecados; con el sufrimiento que viví e hice sufrir a mi familia,” expresó. “También, las palabras que dijo en  la cruz cuando fue crucificado y cuando le gritó al Padre al sentir que estaba solo.”

“JESÚS” EN LA IGLESIA DE SAN BONIFACIO
Gerardo Francisco García, de 39 años, también conmovió a cientos de feligreses que se congregaron a un costado de la parroquia de San Bonifacio para presenciar las 14 estaciones del Vía Crucis.

“La representación de Jesús me deja marcado con muchas bendiciones y mucho amor,” dijo Gerardo, al concluir la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesús. “Por la gracia de Dios me dieron el papel y no hay manera de describir en dónde me puso el Señor.”

Gerardo Francisco García, padre soltero de tres hijos: Dana, Dayana y Juan había hecho su primer retiro con los Jóvenes para Cristo en 2023 y apenas tenía un año de haberse integrado como feligrés comprometido de San Bonifacio.

Para el hombre originario de Toluca, Estado de México, el momento que más le impactó fue cuando Jesús es entregado a los soldados romanos por un beso del traidor Judas (Lc. 22:48), y cuando el pueblo le dio la espalda.

“Fueron momentos difíciles de entender con la mente. No los puedo describir, aunque sé que nada es difícil para el Señor, porque todo lo que él hizo, lo hizo por amor,” dijo “Jesús cargó con todos nuestros pecados; dio la vida por nosotros y al vencer a la muerte en la Cruz, regresó a la casa de Dios Padre para seguir llamándonos a tener un encuentro con él.”

“¡ÉL SIGUE VIVO!”: LEDY DÍAZ
“La grandeza de lo que Dios ha hecho por mí, al enviar a su Hijo para el perdón de mis pecados es lo más grandioso que he experimentado,” reflexionó Ledy Díaz, el “Jesús” del Vía Crucis en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe (Delhi). Ledy llegó a Estados Unidos cuando tenía 18 años. Creía que ir o estar en la iglesia era aburrido. No le llamaba la atención, hasta después de un retiro al que fue invitado por un amigo.

“Mi vida cambió para siempre. Yo tenía depresión y ansiedad. Me sentía solo y mis vicios eran el alcohol y las drogas,” relató. Era el año 2002. Al final del retiro tuvo un intenso momento de gracia divina.

No necesitó de psicólogos, ni pastillas ni doctores para curarse.

“¡Me sanó el amor!, ¡El perdón y la misericordia de Dios!,” afirmó el hombre nacido en la Sierra de Guerrero, México. Hoy, Ledy es un hombre que busca ser auténtico y verdadero como lo fue Cristo, a quien representó.

“Haber estado en la obra me recordó que hace más de 2,000 años una persona, Jesús, vino y dio su vida por mí y por la humanidad (Jn 15:13), y que, a pesar de que han pasado los siglos, Él sigue presente. ¡Él sigue vivo!.”