En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium [La alegría del evangelio] de 2013, el papa Francisco subrayó “la misión primordial de la Iglesia es evangelizar en el mundo moderno”. Instó a la Iglesia a “embarcarse en un nuevo capítulo de evangelización”. Mientras que las discusiones sobre los cambios en la evangelización se remontan al Vaticano II, el papa vio la obligación de recordar a la Iglesia su importancia.Al caminar por los bosques que rodean la abadía, aprendió a observar y atraer a las criaturas nativas que vivían junto a la población humana de la abadía. Se le ocurrió, como le sucedió a San Francisco de Asís hace muchos siglos, que los animales, los reptiles e incluso los arácnidos pueden enseñarnos lecciones importantes.
Algunos pueden cuestionar la necesidad de cambios en la forma en que el mensaje de Jesús se comparte con el mundo. Muchos otros, sin embargo, dicen: “Más vale tarde que nunca”.
Una encuesta de Gallup publicada en abril pasado reveló los porcentajes de católicos que han asistido a la Iglesia durante un período de siete días. En 1955, el 75 por ciento asistía a la Iglesia. Para el 2017, el número cayó a un 39 por ciento. Los hallazgos de Gallup reflejan resultados de encuestas similares.
“Lo que vemos en los siglos XX y XXI es un declive de la identidad cristiana en el mundo cristiano”, dice Katie Dawson, directora de Formación de la fe parroquial de la Diócesis.
El papa Juan Pablo II mencionó por primera vez el término “Nueva Evangelización” durante su histórica visita a Polonia en 1979. “Una Nueva Evangelización ha comenzado, como si fuera una nueva proclamación, aunque en realidad sea la misma de siempre”.
Su aparente contradicción apunta a un elemento clave: cualquier nueva forma de compartir el mensaje de Jesús de ninguna manera cambia el mensaje santo y honrado por el tiempo.
“Son las mismas enseñanzas, solo que en una nueva manera de presentarlas”, explica el padre Juan Navarro, consultor de la Oficina Episcopal de Evangelización y la Oficina para la Formación en la Fe. “Necesitamos renovar nuestras formas
de enseñar”.
Dawson nota que la Nueva Evangelización se enfoca en profundizar la fe de aquellos que ya creen en la manera cristiana. “La evangelización solía hacer hincapié en la tarea de los misioneros que van por todo el mundo. La Nueva Evangelización observa cómo, durante algún tiempo, hemos tenido una identidad cristiana nominal”.
El padre Juan enfatiza cómo un enfoque atemporal de la evangelización sirve como una manera de llevar los mensajes principales y eternos de Jesús. “Un buen número de nuestras parroquias siguen utilizando el calendario litúrgico como modelo de evangelización”. “Estas actividades se centran únicamente en la liturgia y los sacramentos, y no presta atención a otras dimensiones, más esenciales, de la vida cristiana”.
“Cuando entramos en una relación transformadora con Dios, y llegamos a adorarle, el tiempo se detiene”, dice Dawson. “Todo el mundo se preocupa con toda la mecánica de la liturgia, pero estamos perdiendo la perspectiva. Se ha dicho que lo que hemos hecho es ‘sacramentar’ a las personas, no evangelizarlas”.
“Sin embargo, también hemos hecho cosas muy, muy buenas, y eso no queremos cambiarlo”, enfatizó.
Los feligreses que comparten su fe, dice el padre Juan, deben hacerlo con el apoyo de otros creyentes. “Hoy es esencial construir un verdadero sentido de comunidad y una comprensión compartida del llamado a ser discípulos, así como la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades un proceso de iniciación a la vida cristiana”.
“Para que la gente conozca honestamente a Cristo en profundidad y lo siga fielmente, deber ser guiada, especialmente en la lectura y la meditación de la Palabra de Dios”, añade el padre Juan. “Es el fundamento principal de la catequesis en curso”. Se refiere a la Lectio Divina [la Lectura Divina] y sus cinco puntos clave en el proceso de evangelización: encuentro con Cristo; conversión; discipulado; comunión y misión.
El padre Juan, que regresó recientemente de España después de pasar dos años estudiando en la Universidad Pontifica de Salamanca, obtuvo una maestría en teología pastoral. Tituló su tesis de maestría, “El diálogo entre Dios y el hombre. Las Escrituras en la vida y misión de la Diócesis de Orange”. Como asesor de Dawson, ayuda a generar cambios a la evangelización de los católicos locales. “Se trata realmente de la renovación y de cómo ayudar a nuestra Diócesis a convertirse en una Diócesis que llevará a Jesús — su amor y su misión— a todos. Se trata de cómo todos estamos invitados (clérigo y feligreses por igual) a ser apóstoles y a expresar nuestra alegría a los demás”.
“Cuando pensamos en la misión de la Iglesia, tendemos a considerar problemas que deben ser abordados por el clero”, indica Dawson. “Pero hoy nuestro énfasis principal es activar a todos los bautizados para esta misión. En virtud de nuestro bautismo, todos somos responsables de la misión de la Iglesia. Ya no se puede delegar a la clase profesional ni al clero”.
La evangelización y la formación en la fe son prioridades principales del plan estratégico general del obispo Kevin Vann, que guiará a la Diócesis hacia un futuro brillante. Aunque Dawson señala que no han formulado un plan exacto, paso a paso, para llevar la Nueva Evangelización a la Diócesis, se diseñará uno después de que el proceso de asesoría del plan general se haya completado. “Ya proporcionamos asesoría a los primeros en adoptar la Nueva Evangelización sobre los pasos para ser más efectivos en la evangelización. Y ya estamos conversando sobre nuevos métodos con respecto a la formación en la fe y a los directores de ministerios juveniles durante varios años”.
Dawson reitera uno de los mensajes principales de la Nueva Evangelización: “Si hemos conocido a Jesús, y Él ha hecho una diferencia en nuestras vidas, queremos compartir nuestra experiencia con los demás. No es un ‘deberíamos’, es nuestra misión”.