Desde que la encíclica del papa Francisco, Laudato Si, fue publicada hace más de un año, los católicos de todo el mundo han reflexionado y discutido su mensaje acerca de una “revolución cultural” para hacer frente a la crisis ambiental. Algunos puntos destacados son: la fe y la Biblia deben ser parte de la discusión; la dependencia inconsciente en las fuerzas del mercado ha hecho daño al medio ambiente; la investigación científica sobre este tema debe ser reconocida y utilizada; y nuestras decisiones personales, sobre todo acerca de la producción y el consumo, tienen un efecto directo sobre el medio ambiente.
Aquellos que toman en cuenta el mensaje ambientalista del papa continuarán el diálogo sobre estos temas, pero seamos realistas: La mayoría de las personas no han hecho nada.
El padre Bill Barman, pastor de la Iglesia Católica de La Purísima en Orange, vive por la máxima: “Las acciones hablas más fuerte que las palabras”. Sus acciones, y las de sus feligreses, demuestran cómo un grupo de personas pueden unirse y cambiar su entorno. Con el liderazgo visionario del padre Bill, están compartiendo su tiempo, sudor, recursos y experiencias. Al hacerlo, están cambiando su pequeño rincón del mundo y ayudan a esas almas que son, como subraya Laudato Si, las más afectadas por los problemas ambientales: los pobres.
“Estoy fortalecido por la encíclica”, dice el padre Bill. “Plantea cosas muy buenas en las que he estado trabajando y orando por algún tiempo”.
Él y los voluntarios de La Purísima están creando un paisaje desértico que coincide con el clima árido de la región. El cambio más notorio ha sido la sustitución de la mayor parte del césped y arbustos con grava de granito y, árboles y plantas de bajo consumo de agua.
El padre Bill tienen una visión pragmática del césped consumidor de agua: “Si los niños no pueden jugar sobre él, y los perros no hacen pis en él, hay que quitarlo”. El resultado: se removieron unos 9,000 pies cuadrados de césped.
El campo de fútbol de la parroquia se riega con aguas grises, mientras se reconstruye la plomería en la rectoría del padre Bill. (Las aguas grises son aguas filtradas provenientes de los lavados, duchas y lavadoras —pero no de los inodoros).
“Esperamos terminar este verano”, dice.
Un pequeño espacio verde adyacente a la escuela también quedará intacto como área de juego para los niños.
El resto del césped —junto con arbustos y árboles de alto consumo de agua, así como secciones de concreto— fueron reemplazados con árboles frutales (naranjas, mandarinas, naranjas chinas, tangelos y toronjas) y un huerto de vegetales de remolacha roja, cilantro, dos tipos de lechuga, berenjena, calabaza y pepino.
Girasoles, de bajo consumo de agua, caléndulas y amapolas emergen de la grava de granito de color rosado-marrón que se asemeja al suelo que se encuentra en un entorno desértico. Los árboles de pimienta, que en unos cuatro a cinco años estarán lo suficientemente grandes para proveer una agradable sombra, están plantados por todas partes. Piedras grandes decorativas adornan los jardines. Con muy pocas excepciones, los árboles y las plantas reciben riego de goteo. El aspecto general es simple, adecuado al clima y hermoso.
Los cambios que favorecen al medio ambiente de La Purísima no se limitan a los exteriores. El pasado marzo, se instalaron tres enormes ventiladores de techo en la iglesia. El costo total de los ventiladores es equivalente a solo dos meses de las facturas de electricidad del pasado.
“Tan solo el costo por el aire acondicionado era de diez a quince mil dólares al mes en el verano”, señala el padre Bill. “Con estos ventiladores, no necesitaremos el aire acondicionado durante la mayor parte del tiempo, y el uso de aire acondicionado se reducirá considerablemente en los días calurosos. Antes, encendíamos el aire acondicionado dos horas antes de una boda, y al terminar la ceremonia, teníamos una habitación fresca, pero vacía”.
Aunque el padre Bill ha sido la fuerza impulsora detrás de esta transformación, también ha contado con mucha ayuda. La manera exacta como se han hecho estos cambios —a través del trabajo de voluntarios y una serie de intercambios simbólicos— dice mucho de la forma en que una comunidad puede unir sus fuerzas para el bien común.
Unos cuantos ejemplos: Dos almas generosas, Ramón (de 78 años) y Porfirio (de 86) cuidan de la huerta de la parroquia. Las verduras son donadas a la despensa de la parroquia para ayudar a alimentar a los hambrientos. Cuando abre la despensa, tanto Ramón y Porfirio se unen a la línea con los demás para recibir su comida bien ganada. Algunos feligreses advirtieron al padre Bill acerca de las personas pobres que podrían tomar la fruta de los árboles de la parroquia, junto con los chiles y los nopales. Su respuesta: Eso es correcto, sé que eso harán”.
Los Scouts Eagle en busca de proyectos comunitarios, ayudaron a cortar arbustos y troncos. Un feligrés donó material orgánico para cubrir el suelo. Otro parroquiano, que es dueño de un negocio de jardinería, donó su tiempo de trabajo para quitar el césped e instalar la grava de granito, que también fue donado. La leña para el horno de pizzas al aire libre de la parroquia es donada. Los voluntarios se asegurarán que la parroquia continúe siendo favorable al planeta, ahora y en el futuro.
Al colaborar con su parte para lograr estos cambios, y al ver los resultados, los estudiantes y feligreses de La Purísima son testigos de la concientización ambiental y la enseñanza social católica en acción. Con cada caléndula y berenjena a la vez, la parroquia se está convirtiendo en un microcosmos de lo que puede suceder en el mundo —siempre que suficientes personas tomen acción sobre las palabras del papa Francisco.
El padre Bill —que acepta donaciones de trabajo y artículos en sustitución de dinero por los sacramentos— llegó a La Purísima por primera vez en enero del 2014, e inició la transformación de la parroquia seis meses más tarde. Eso fue 10 meses antes que el Laudato Si se compartiera por primera vez con el mundo.
“Estos cambios no suceden de la noche a la mañana”, dice.
Pero los cambios no se detendrán en La Purísima. Y continuarán proporcionando lecciones maravillosas sobre el cuidado del medio ambiente, el trabajo en equipo y el cuidado de los menos afortunados.