El actor Andrew Garfield se sometió a los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, como parte de la preparación para el interpretar el papel de un sacerdote jesuita en la nueva película de Martin Scorsese, “Silencio”.
El consejero espiritual de Garfield en este viaje jesuita fue el padre jesuita, James Martin, editor general de la revista “America”, una publicación jesuita, autor de varios libros, y alguien que goza de cierto nivel de fama en la televisión por ser el capellán de la pasada serie “Colbert Report”.
“Estudié con el padre Martin todo lo relacionado con los jesuitas, e intenté descifrar lo que significa ser un Soldado de Cristo. Y la base para lograrlo fueron los ejercicios”, explicó Garfield a Catholic News Service en una entrevista telefónica desde Nueva York el 11 de enero.
Garfield, cuya ascendencia es judía, pero que se crio en un hogar sin denominación religiosa, llevó a cabo un retiro de 30 días, aunque no de la manera tradicional. Pasó la tercera semana del retiro en una casa de retiro en Gales. “Fue una semana en silencio e intensa” recordó. El actor, que tiene doble nacionalidad, británica-estadounidense, dijo que regresó a los Estados Unidos para la conclusión del retiro cerca de su hogar en Los Ángeles.
“¡Fue increíble! Estoy muy agradecido por el tiempo sagrado”, dijo.
El director Scorsese también le dio a Garfield una pequeña montaña de libros y películas para prepararlo para el papel de padre Sebastián Rodrígues, un jesuita portugués del siglo 17 que va a Japón con la esperanza de refutar un informe de que uno de sus curas favoritos, quien una vez le había enseñado en el seminario, había renunciado a la fe durante su trabajo misionero en ese país. A pesar del éxito de taquilla de Garfield en dos películas de “El maravilloso hombre araña”, fue necesario que hiciera una audición para el papel.
“Mi agente me envió el guion”, dijo a CNS. “Dijo que Marty Scorsese ha intentado producir esta película durante 28 años, y esta vez, se ve bien”. Al leer el guion, Garfield añadió, “realmente me conecté con el material. Los temas y la travesía del personaje me parecieron muy interesantes”.
Otro aspecto clave de su preparación para el papel fue el ayuno para que la complexión de Garfield fuera creíble en la pantalla. “El rigor físico de la pérdida de peso fue muy, muy doloroso y difícil, y creó un tipo de psicosis, pero también fue muy útil y era lo apropiado…también fue un proceso espiritual. Fue una experiencia de inmersión de la cual estoy muy agradecido”, dijo. El rodaje en Taiwán con su recién enflaquecido cuerpo, sin embargo, fue otra cosa: “¡Por Dios, estaba muy caluroso!”
Garfield agregó que lo que le deja la película “Silencio”, simplemente “no tiene fin. Lo que he ganado al protagonizar este papel, la compañía de Marty Scorsese, del padre Martin, los ejercicios, es imposible de sumarlo todo. He recibido tantas gracias durante toda la experiencia. Ya al final de rodaje, ni siquiera necesito que se estrene la película o que le guste al público. El año de preparación y los meses de rodaje de la película son suficientes”.
Añadió que no le gusta verse en la pantalla, pero “tengo que decir que cuando vi ‘Silencio’, se me olvidó que yo aparecía en la película, porque es un filme muy sobrecogedor y que te transporta…Es una gran película”.
La evaluación de Garfield es similar, al menos en parte, a la de John Mulderig, director asociado de CNS para críticas de largometrajes. “Silencio” es “dramáticamente poderosa, pero compleja teológicamente que se adapta mejor a los espectadores que acuden al cine preparados para temas más serios”, dijo Mulderig. “Quienes están dispuestos a apostar por una inversión intelectual, sin embargo, se verán recompensados con creces”.
Mulderig llamó a la película “un drama, a menudo impactante visualmente, que también invita a la reflexión profunda y las emociones fuertes. Y todas las actuaciones son notables. Pero, las paradojas de la narrativa exigen un análisis cuidadoso de espectadores maduros y con creencias bien fundadas”.
La película recibió una clasificación de L – Público adulto limitado, películas cuyo contenido problemático podría ser preocupante para muchos adultos – debido a los temas religiosos que requieren discernimiento maduro, mucha violencia, incluyendo escenas de tortura brutal, ejecución sangrienta, así como desnudos parciales.