BROOKLYN, N.Y. (CNS) – Un número mayor de lo normal de personas llenaban las bancas de la iglesia para asistir a Misa, en reciente domingo, en la iglesia de Santa Inés, dentro del movimiento de atracción de multitudes que visitó el vecindario de Cobble Hill en Brooklyn.
Con inspiración en la idea de aparición súbita y aparentemente improvisada de grupos grandes que actúan al unísono (“flash mob”, en inglés) los organizadores de atracción de multitudes de Nueva York, utilizando comunicación a través de medios de difusión social, preparan e invitan a asistir a Misa, a determinada fecha y hora, en las iglesias católicas dentro de los cinco distritos de Nueva York.
La primera Misa de asistencia multitudinaria se llevó a cabo en el año 2013 en Buffalo, y desde entonces se han formado grupos semejantes en el país con la intención de generar interés en las iglesias católicas en donde la asistencia ha ido disminuyendo.
“El propósito principal que tenemos es el de atraer a más gente a la iglesia”, dijo Michael J. Cadigan, que vive en el “Bayside”, que es el fundador en Nueva York de Misas con asistencia multitudinaria, desde el año pasado. Integrantes del movimiento ya se han aparecido en la iglesia de San Mateo en Crown Heights y la iglesia de Santa Clara en Rosedale.
Cadigan lanzó el esfuerzo de evangelización para que la gente se inspire y se conecte con la fe católica, vaya a Misa y colabora en actividades de la comunidad parroquial.
La visita del 18 de octubre a la iglesia de Santa Inés, sitio de culto de la parroquia de San Pablo y Santa Inés, se había determinado por voto público utilizando el sitio de la red electrónica de Misas multitudinarias de Nueva York (“NYC Mass Mob website”, en inglés) a principios de este año. Esta iglesia compitió con otras cuatro parroquias de la diócesis de Brooklyn, pero ganó en el número de votos.
Y a pesar de que la iglesia no estaba abarrotada literalmente para la Misa celebrada en inglés a las 9:15 de la mañana, sí había nuevas caras dentro del público, entre las que se incluían personas de todas las edades y antecedentes étnicos.
“Y claro que no es cuestión solamente de números sino de una relación personal con Dios”, hizo notar Cadigan, quien asistió a tal Misa con participantes del movimiento multitudinario de Nueva York. “El Espíritu Santo trae a quien quiera que necesite estar acá”.
Monseñor Joseph Nugent, pastor del templo, les dio la bienvenida a los parroquianos y visitantes e invitó al recién ordenado sacerdote Christopher Bethge, que cumplió su año de servicio en la parroquia como diácono, a que celebrara la Misa.
Para esta iglesia, la asistencia multitudinaria a Misa en Nueva York es solamente una parte de un esfuerzo mayor revitalizador que refleja el proceso de reconstrucción y remodelación de vecindades venidas a menos (“gentrification”, en inglés)en un sector más amplio de la comunidad.
Algunas familias jóvenes, profesionistas y nuevos inmigrantes europeos continúan asentándose en las cuadras alineadas con edificios de piedra parda que rodean la parroquia, fundada por familias irlandesas hace 137 años. Y han asistido para rendir culto, a través de los años, a esta parroquia, feligreses italianos, latinos y afroamericanos. Y ahora el flujo de familias de procedencia francesa ha inducido a la iglesia a establecer una Misa celebrada en francés, los domingos a las 11 de la mañana.
Monseñor Nugent se muestra entusiasmado porque la comunidad “aumenta y atrae a parejas jóvenes y a sus hijos. Se nota una nueva apertura por acá”, dijo.
Desde que lo nombraron pastor el año pasado, monseñor ha estado en la misión de hacerles llegar a los residentes del barrio el mensaje de que la parroquia está abierta y en funciones para todos”.
La iglesia también ya abrió un nuevo sitio en la red electrónica, inició estudio de Biblia en lengua española y les da amplio lugar a padres de familia y a niños de pregrado los domingos en la mañana.
“Se necesitan utilizar diferentes métodos para atraer a nuevos parroquianos”, se aventuró a decir Lydia Colón Flores, feligresa de largo tiempo, quien dice le gustó conocer a nuevos asistentes a Misa el domingo anterior. “La utilización de los medios de difusión social es una manera; pero, aún así, se necesita la comunicación en persona”.
Antes de impartir la bendición, al final de la Misa, monseñor Nugent invitó a los visitantes a que se pusieran de pie para que se les diera un aplauso de bienvenida.
El grupo pasó después al salón de la parroquia para probar café con pastel, y allí aprovechó Tiziana y Chris Martínez para charlar con los parroquianos, mientras los niños se dirigían a otro salón para recibir su instrucción religiosa.
La familia de los Martínez se cambió a esta zona hace un año y antes de eso habían comparado con otras iglesias para quedarse en Santa Inés al final.
“Hay aquí una buena comunidad de personas”, dijo Tiziana, originaria de Roma. “Quiero que mis hijos tengan
las mismas buenas experiencias que yo tuve en la iglesia cuando era chica.
“Todos acá quieren la misma cosa: participar de la fe y enseñarles a sus hijos respectivos esa misma fe”, dijo.