A partir del 8 de octubre de 2016 hasta el 29 de enero de 2017, el Condado de Orange tendrá la gracia de contar con la primera y única exposición que se presenta en Estados Unidos que se enfoca en las imágenes de la Virgen de Guadalupe en el arte colonial mexicano. Organizada por el Museo Bowers en Santa Ana y seleccionada exclusivamente para Bowers por Lenice Rivera e Iván Martínez, la exposición tiene una visión holística de los aspectos religiosos y sociales relacionados con la Virgen.
De acuerdo con Emily Mahon, director principal de educación para el Museo Bowers, “se trata de una exposición extraordinariamente importante para el museo y la comunidad del Condado de Orange. Nuestra Señora de Guadalupe ha sido durante mucho tiempo la patrona de México. La Basílica de la Virgen de Guadalupe, construida en el lugar donde ella se le apareció a Juan Diego en 1531, es el lugar religioso más importante en las Américas. Esta exposición reúne muchos de los tesoros relacionados con la Virgen de México a un lugar, dando a los visitantes una idea de cómo el evento ha sido retratado en el corazón de los artistas mexicanos”.
La exposición presenta 60 obras de arte, incluyendo pinturas, esculturas, grabados, plata, textiles y otros objetos devocionales tanto de colecciones públicas y privadas de México. La tilma real que llevaba San Juan Diego, y en donde se anunciaba la aparición de la Virgen, no estará en exhibición, ya que puede sacarse de la Basílica en la Ciudad de México. Además, la Diócesis de Orange ha prestado para la exposición un cuadro del Siglo XVII que contiene una reliquia de la tilma real. Las obras de arte nunca se han presentado juntas, y la mayoría están viajando a Estados Unidos por primera vez.
En diciembre de 1531, Juan Diego, un Azteca convertido al Catolicismo, vio la aparición de una “mujer del cielo”. La señora se identificó como la perfecta y perpetua Virgen María, Madre de Jesús el Dios verdadero, por quien todo vive. Ella le pidió que fuera con el Obispo y le solicitara que se construyera un templo en su honor en la colina del Cerro del Tepeyac. Dijo que en ese sitio ella demostraría todo su amor, compasión y protección como madre misericordiosa de todos los que viven en esta tierra y toda la humanidad. Naturalmente, el Obispo Zumárraga se mostró escéptico. Sin embargo, después de algunos intentos por persuadir al Obispo, Juan Diego tuvo otra aparición. Esta vez, la Virgen le pidió que fuera a una colina por lo general seca, recogiera flores y se las llevara a al obispo. Tan notable como lo fue encontrar rosas florecientes en diciembre, cuando el humilde hombre regresó con el obispo y abrió su tilma, no sólo cayeron las rosas, sino que también apareció milagrosamente la imagen de la Virgen estampada en su manto rústico.
La noticia de la aparición y de la pintura milagrosa se propagó rápidamente entre los miles de aztecas que rápida se convirtieron y abandonaron la práctica de los sacrificios humanos. Desde entonces, innumerables milagros han sido atribuidos a la intercesión de la Virgen. A lo largo de los siglos, 24 Papas han visitado el lugar. En 1754, el Papa Benedicto XIV aprobó su patronato y le otorgó una fiesta apropiada y Misa para el 12 de diciembre. El Papa Pío X la proclamó patrona de América en 1910, y en 1935, Pío XI aprobó su patronato sobre Filipinas. Ella es también la patrona de la Diócesis Católica Romana de Orange.
La sagrada imagen en la tilma ha tejido en la identidad cultural no sólo de Latinoamérica, sino de Católicos de todo el mundo. Revelaciones 12: 1 describe la Virgen de Guadalupe como cualquier otra representación mariana: “Una gran señal apareció en el cielo, una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. Esta referencia bíblica a María y su papel en la redención de la humanidad es intrigante cuando su aparición se produjo de esta forma, no en el continente europeo cristiano, sino en los albores de la exploración europea del Nuevo Mundo.
Entre los muchos tesoros que estarán en exhibición se encuentra un retrato de Juan Diego del autor Miguel Cabrera; una placa de petición de plata del siglo XVII, un raro ejemplo de una ofrenda votiva (exvoto) y un “relicario” de dos caras, que lleva en su interior una reliquia de la tilma. Una pintura al óleo sobre tablero de cobre de José de Páez representa a la Virgen rodeada por representaciones de sus cuatro apariciones.
Además, dentro de la exhibición se mostrará una importante pintura del siglo XVII que será prestada y adornará la Capilla del Santísimo Sacramento en la futura Catedral de Cristo de la Diócesis Católica de Orange. Se cree que esta bella imagen de 6 pies de alto por 4 pies de ancho, fue pintada por Nicolás Rodríguez Juárez, a finales del siglo XVII. Juárez era de una familia de artistas distinguidos en la Nueva España; su abuelo y su padre fueron pintores.
Juárez estudió la tilma de Juan Diego para crear esta pieza, que incluye una imagen de la Virgen de Guadalupe, enmarcada por las mariposas y flores vibrantes. Cada rincón de la pintura incluye varias escenas de las apariciones a San Juan Diego. Una de las principales características es una ventana que ofrece una vista de la Villa de Guadalupe, en el Tepeyac, México, y la ventana central debajo de la Virgen muestra una imagen de la Pieta. La Virgen María sostiene el cuerpo herido y sin vida de Jesús en sus brazos. El pintor presenta en la ventana la imagen de la Virgen de Guadalupe de Cáceres, de Extremadura, España, en el centro, a la izquierda. Ella se presenta enmarcada con cortinas rojas. Directamente, a través de la ventana y a la derecha está la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de España.
En la bendición de la pintura el 1 de diciembre de 2015, el obispo Vann dijo a los reunidos sobre su conexión con la Madre. “Después de visitar la tilma de Juan Diego, llegué a casa para encontrar que alguien que había entregado una estatua de San Diego y la Virgen de Guadalupe. Eventos como este han sucedido a lo largo de mi viaje como Obispo. Me encuentro con imágenes de la Santísima Virgen y sé que vela por mí; ella cuida de todos nosotros”. La adquisición de esta pieza marca otro paso hacia la finalización del Campus de la Catedral de Cristo.
Habrá una vista especial previa, sólo para miembros del Museo Bowers, el 7 de octubre, y una gran celebración de apertura el 8 de octubre. Las entradas para adultos cuestan $23 los días laborables y los fines de semana $ 25, con descuentos para personas mayores, niños y miembros. Residentes de Santa Ana que presenten una prueba de residencia tienen entrada gratuita los domingos. El Museo Bowers se encuentra en 2002 North Main Street, Santa Ana.