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AL PIE DE LA LETRA

SE DEBEN SEGUIR ALGUNAS REGLAS CON LAS TRADICIONES DE LA CUARESMA, COMO EL AYUNO

By MALIE HUDSON     3/7/2018

En sus mensajes para la Cuaresma, el papa Francisco llama a los católicos a estar alertas de los “falsos profetas” y los “corazones fríos”.

“[…] la Iglesia, nuestra Madre y Maestra, junto con la amarga verdad, nos ofrece en el tiempo de la Cuaresma el remedio tranquilizador de la oración, la limosna y el ayuno”, escribió.

Los tres remedios que recomienda son tradiciones antiguas pero prósperas, que ayudan a los cristianos a crecer en su camino hacia la Cuaresma. Sin embargo, para algunos, el ayuno puede ser el más desafiantes de los tres.

“El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma y constituye una importante ocasión para crecer. Por un lado, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre. Por otro lado, expresa nuestra propia hambre espiritual y sed de vida en Dios. El ayuno nos despierta. Nos hace más atentos a Dios y a nuestro prójimo. Reaviva nuestro deseo de obedecer a Dios, quien es el único capaz de satisfacer nuestra hambre”, escribe el papa.

Para los católicos, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días obligatorios de ayuno y abstinencia. Los viernes durante la Cuaresma también son días obligatorios de abstinencia. La Iglesia también alienta, de ser posible, que el ayuno del Viernes Santo continúe hasta la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo. Conocido como “ayuno pascual”, el ayuno honra el sufrimiento y la muerte de Cristo y prepara a los católicos para compartir más plenamente y unirse en su Resurrección.

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) nos da estas pautas para las prácticas penitenciales:

“Para los miembros de la Iglesia Católica Latina, las normas sobre el ayuno son obligatorias desde los 18 hasta los 59 años. Durante el ayuno, se le permite a una persona comer una comida completa, así como dos comidas más pequeñas que juntas no son iguales a una comida completa. Las normas en cuanto a la abstinencia de la carne son vinculantes para los miembros de la Iglesia Católica Latina desde los 14 años en adelante”.

Además, los católicos que padecen enfermedades físicas o mentales, que padecen enfermedades crónicas como la diabetes o mujeres embarazadas, o que están amamantando, están exonerados de ayunar.

La USCCB también explica qué se considera un producto cárnico: los pollos, las vacas, ovejas, cerdos y las aves se consideran carne. La abstinencia no incluye jugos de carne y alimentos líquidos hechos de carne. Además, las especies de agua salada y dulce de peces, anfibios, reptiles, animales de sangre fría y mariscos tampoco son prohibidos.

El ayuno y la abstinencia también pueden implicar renunciar a ciertas cosas o hacer cosas que una persona normalmente no haría. Estos sacrificios pueden recomendarse a los niños que no han alcanzado la edad de la obligación de ayuno, para que también puedan experimentar la riqueza de la Cuaresma. Algunos ejemplos incluyen renunciar a la televisión, dispositivos digitales o simplemente, los dulces. Aunque no está regulado por la Iglesia, se recomienda que estos sacrificios sean efectivos si se hacen continuamente durante toda la Cuaresma y no solo los viernes.

El diácono Steve Greco, quien sirve en la Parroquia Santa Elizabeth Ann Seton en Irvine y también fundador y presidente de Spirit-Filled Ministry, reconoce que la oración y el ayuno van de la mano.

“Una gran parte de la Cuaresma es una oración más profunda y, por lo tanto, antes de iniciar el ayuno debemos entablar una comunicación con Dios por medio de la oración y preguntar: ‘¿qué es lo que me ayudará más espiritualmente?’ Por lo tanto, renunciar a algo sin la confirmación del Señor no será tan útil”, dijo.
La oración brinda la oportunidad de reflexionar sobre el pecado, reconocer nuestros defectos y experimentar el deseo de cambiar y perdonar. El ayuno que una persona elige también debe ser entra la persona y Dios, se debe hacer sin quejas y con poco espectáculo.

Más allá de las reglas y las pautas del ayuno, existe un significado más profundo, más rico y satisfactorio para los católicos.

“Los católicos ayunan durante la Cuaresma para acercarse a Dios y uno de los aspectos más importantes de la Cuaresma es hacer un inventario espiritual de lo que nos impide tener una relación más cercana con Cristo”, explicó el diácono Steve Greco. “Cuando ayunamos, nos liberamos del desorden. Nos sintonizamos más espiritualmente para escuchar a Dios”.

En un artículo escrito por el reverendo Daniel Merz, “Una reflexión sobre el ayuno durante la Cuaresma”, ofrece al menos siete razones sobre cómo los cristianos se benefician de esta práctica penitencial:

1. Desde el principio, Dios ordenó un poco de ayuno, y el pecado entró en el mundo porque Adán y Eva rompieron el ayuno.
2. Para el cristiano, el ayuno es, en definitiva, ayunar el pecado.
3. El ayuno revela nuestra dependencia de Dios y no a los recursos de este mundo.
4. El ayuno es una manera antigua de prepararse para la Eucaristía: el alimento más verdadero.
5. El ayuno es preparación para el bautismo (y todos los sacramentos), para la recepción de la Gracia.
6. El ayuno es un medio de ahorrar recursos para dar a los pobres.
7. El ayuno es un medio de autodisciplina, castidad y restricción de los apetitos.