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LOS CARISMAS SON DADOS POR DIOS PARA EDIFICACIÓN DE SU REINO

EN EL CONGRESO CATÓLICO “UNA LLAMA CON EL ESPÍRITU”, EL PADRE ISMAEL FLORES CONVOCA A CENTENARES DE CATÓLICOS A COMPARTIR LAS GRACIAS RECIBIDAS DE DIOS

By JORGE LUIS MACÍAS     11/1/2017

Con la misma humildad que aceptó los dones que el Espíritu Santo le ha regalado, de la misma forma los regala el padre Ismael Flores, a los fieles creyentes.

Presente en la edición 46 de la Convención Anual de la Renovación Carismática del Sur de California, el sacerdote Flores, de la Iglesia San Juan Bautista, en la ciudad de Baldwin Park, expresó ante casi un millar de católicos que los dones del Espíritu Santo son realmente la raíz de los carismas.

Nacido en Zacatecas, México, el padre Ismael contó a OC Catholic que su vocación sacerdotal comenzó desde que tenía alrededor de siete años.

“Cuando era joven fui a un retiro donde sentí el llamado para servir a Dios”, narró. “En primer lugar, no sabía si este servicio sería a través del sacerdocio, pero yo quería que los demás experimentaran lo que yo había experimentado, es decir, la realidad y el amor de Dios en sus vidas”.

A través del tiempo pudo discernir el llamado. Entró a una casa de formación, después al seminario y finalmente fue ordenado sacerdote por el Arzobispo José Horacio Gómez, de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
La clave para abrirnos a los carismas del Espíritu Santo.

“La clave es estar en oración con Jesús y ser dóciles al Espíritu Santo”, indicó el padre Flores. “Se logra a través de la oración, la Eucaristía y la Palabra de Dios, que es la Biblia”.

El sacerdote, dijo que los carismas son dados para la edificación de la Iglesia.

“Por eso, no podemos apropiarnos de los carismas; eso sería egoísta”.

El Espíritu Santo no solamente santifica y dirige al pueblo de Dios por los sacramentos y los ministerios y lo enriquece con las virtudes, sino que, distribuyéndolas a cada uno según quiere (1 Cor. 12:11), reparte entre los fieles gracias de todo género, aun especiales, con que los dispone y prepara para realizar variedad de obras y de oficios provechosos para una más amplia edificación de la Iglesia.

Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más sencillos y comunes, por el hecho de que son muy conformes y útiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con agradecimiento y consuelo. (Christi Fidelis Laici, Constitución Sobre la Iglesia, Capitulo 2 No.12)

San Pablo nos aconseja que aspiremos a los carismas y nos indica que ninguno de ellos sería importante sin caridad, que es por tanto a lo que debemos aspirar ante todo (1 Cor 12:27, 13 y 14:1); además nos enumera los carismas en su Primera Carta a los Corintios:

Fe: Estar atentos al Espíritu Santo para enseñar a los demás lo que Jesús nos enseñó. Necesitamos fe para creer en los dones del Espíritu y en que Jesús se manifiesta a través de ellos.

Palabra de Sabiduría: Es una revelación al espíritu del creyente. Éste entiende algo especial de Dios, o bien cuál es su voluntad en determinada situación. Si va dirigida a nosotros mismos la aplicamos a nuestra vida o la damos a conocer a los demás.
Palabra de Conocimiento: Es estar tan unidos a Jesús y conocerlo bien que cuando enfrentamos determinada situación sabemos si viene de él.

Discernimiento de Espíritus: Nos hace saber si una cosa viene de Dios, del espíritu humano o del enemigo. Debe ser un carisma muy puro y estar despojado de toda idea personal premeditada.

Profecía: Hablar la misma palabra de Dios para los demás: Es un impulso muy fuerte del Señor para dar a otros un mensaje como si estuviese hablando Cristo mismo. Para estar seguros de que una profecía es real debe haber obediencia, aceptación; pureza de motivo y humildad.

Hablar en lenguas: Es el impulso para proclamar un mensaje del Señor por medio de lenguas. Es un don de oración que sirve para edificación o para reforzar nuestras peticiones a Dios.

Interpretación de lenguas: Es un don del Señor mediante el cual se puede interpretar lo que otro hermano ora en lenguas. Su fin es la edificación comunitaria.

Sanación: Dios usa a una persona como instrumento suyo para curar alguna enfermedad o trastorno de otra persona. El poder de Dios se manifiesta con sanación física, espiritual o liberación.

Milagros: Consiste en sentir a tal grado el poder de Jesús y tener la seguridad de que él quiere actuar en un momento preciso, que puede pedir algo que está contra las leyes naturales.