Generalmente, los adolescentes y jóvenes adultos poco o nada quieren saber de reglas de los adultos. Sin embargo, cuando se trata de Dios y de la Iglesia, son los mejores adoradores del Santísimo Sacramento.
Posteriormente a la dedicación de la Catedral de Cristo, ellos tuvieron su día especial con el Rev. Timothy Freyer, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Orange, el 19 de julio.
Caminaron por todos lados de la plaza principal. Jugaron voleibol. Y lanzaron pequeñas bolsas de arena -como si fueran pelotas- para incrustarlas en los orificios de maderas oblicuas colocadas en el piso. Pocos tuvieron buena puntería. Comieron diminutas quesadillas y bebieron limonada. Escucharon música católica y se entretuvieron con sus celulares.
Sin embargo, llegada la hora de entrar a la Catedral de Cristo lo hicieron en orden y en silencio. Buscaron el mejor asiento y escucharon atentos y admirados la explicación de cada parte que identifica la Catedral de Cristo. Escucharon testimonios y participaron de una solemne noche de adoración al Santísimo Sacramento.
“Ustedes están llamados a conocer y amar a Jesucristo. Ya que están enamorados de Él, pueden hablar de Jesús a sus amigos, compañeros, etc.”, les dijo el Obispo Timothy Freyer, durante la noche de adoración al Santísimo. “Es como cuando un muchacho se enamora de una muchacha…siempre quiere hablar con ella de lo bonita que es, de su personalidad y busca la oportunidad de presentarla a sus amigos”.
El Obispo mencionó a los jóvenes católicos de Orange que, aunque el camino pareciera “aburrido”, el Señor sabe lo que nos lleva a la alegría “y el camino de Jesús nos llena de paz y gozo; las personas que están en el camino con él están más contentas con sus vidas, tienen más esperanza y saben que el sufrimiento del mundo pasará”.
Dijo a OC Catholic que los jóvenes, en particular, lo inspiran en su ministerio porque aman a Cristo presente en la Eucaristía, buscan oportunidades para participar en la Santa Misa y adoración del Santísimo Sacramento, y saben el poder del sacramento de la confesión.
“Tienen energía y entusiasmo para la fe”, resumió.
reflexión de los jóvenes adultos
Uno de ellos es Gustavo Sánchez, feligrés de la parroquia Santa Cecilia, en Tustin, quien meditó sobre su participación en la dedicación de la Catedral de Cristo y la noche de adoración al Santísimo Sacramento.
“Estos eventos me hicieron recordar que somos un solo cuerpo, unidos por un mismo espíritu que nos lleva a Cristo, y que es el mismo Cristo quien sigue trabajando para que todos seamos uno, como El es uno con el Padre y el espíritu Santo”, expresó el joven adulto de 38 años. “La unidad de la iglesia la veo latente entre los jóvenes, porque somos de gran importancia para evangelización en el Sur de California”.
Por su parte, Colin Longmore, de 27 años, del ministerio de jóvenes en Mission Basilica de San Juan Capistrano, afirmó que ser católico no es aburrido.
“Quizás lo sea para algunos que escuchan lo que no quieren oír”, dijo. “Ante Dios hay que ser obediente y creer en su palabra para no dar pasos como ciego en la vida”.
Longmore dijo que Dios cambió su vida y siempre lo reta en las decisiones que quiere tomar.
“Siempre sucede que El cambia mis planes y mis decisiones”, añadió. “Me muestra que en el mundo hay mucho sufrimiento y me pide que ahí trabaje, que no tenga miedo”.
Cristal Flores, de 27 años, del ministerio S.A.L. (Salt & Light/Sal y Luz) en la iglesia de San Norberto, en Orange recordó que su acercamiento a Dios creció después de ver que todos sus amigos de la adolescencia se alejaron de la fe, pero ella no.
“Pensé, ¿Qué van a hacer con los regalos que Dios les dio en la vida?”, se preguntó al ingresar a la universidad. “Vi que había conflictos de identidad como latino, chicano, además de preguntas como ¿Qué es Dios? ¿Por qué Él me debe importar?”.
Dios tenía que ser “algo” mejor que ella misma. Y llegó a la conclusión de que, si despertó con vida, vive un nuevo día y puede respirar ha sido solamente por la gracia de Dios.
Sam Requilman, de la Iglesia St. Kilian en Mission Viejo, mencionó que fue importante para el haber participado en el encuentro de jóvenes en la Catedral de Cristo, pero más por haber tenido la oportunidad de vivir una hora santa frente al Santísimo expuesto por el Rev. Obispo, Timothy Freyer.
“Esta experiencia me ha hecho recordar que, aun en los días más difíciles, Dios cumple sus promesas”, dijo el muchacho de 18 años. “Es un poco extraño que con mi padre he tenido momentos difíciles para que me pueda escuchar y entenderme, pero con Dios no, El sí me escucha y con El tengo una mejor relación y me hace sentir feliz”.