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UN HOGAR SIN MARÍA ES UN HOGAR VACÍO

EL PADRE EUGENIO HOYOS ES UN EJEMPLO DEL AMOR SANADOR DE LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS

By JORGE LUIS MACÍAS     10/18/2019

María fue escogida por Dios para ser la madre de Jesucristo y quienes ignoran la fe y acusan a los católicos de ser idolatras, que adoran a una imagen hecha por hombres, que se hincan ante una estatua de yeso o que ella no participa en la salvación ni tiene poder ni saben lo que dicen. 

“Cuando tenemos fe en nuestra madre, que es la puerta del cielo, Dios se regocija y se alegra. Yo soy testigo de su amor y su poder, porque estuve al borde de la muerte, desahuciado y ella intercedió por mí”, dijo el padre Eugenio Hoyos, director de la Renovación Carismática en la Diócesis de Arlington, Virginia, durante una conferencia en el XXII Encuentro anual de Jóvenes para Cristo, en el Centro de Convenciones de Ontario. “Estuve 40 días en estado de coma. 

Hacía mucho frío en el cuarto de hospital. Le llevaron una colcha y la imagen de Virgen de Guadalupe y el sacerdote comenzó a sentir un intenso calor. 

“Ella intercedió para que yo reviviera y estoy aquí, para ¡Gloria de Dios!”, exclamó el sacerdote nacido en Guadalajara de Buga, Colombia. “No me vengan a decir que es un invento; está en las Sagradas Escrituras y ella no apareció de la nada, sino traída de las manos de Dios, nuestro Señor como regalo del cielo para nosotros y nos critican porque tenemos una madre, ya que desafortunadamente ellos están huérfanos y nosotros sí tenemos quien nos cuide ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”. 

Dijo que la Virgen María le ha dado vida al Evangelio siguiendo de modo perfecto a su hijo Jesús y nosotros podemos alcanzar la meta de la santidad siguiendo los caminos que ella nos enseña en la práctica de la palabra. 

“Si la devoción no despierta el deseo de santidad, entonces la fe no es auténtica, porque María es plenamente santa en la santidad de la iglesia; no es únicamente un deseo, es algo ya realizado porque ella, además de ser la madre de Jesús es la primera creyente y la primera discípula de Cristo”. 

Sin María, un cristiano está a mitad del camino para llegar al cielo y por eso, al llevarla en el corazón solamente hace falta un escalón para que se abran las puertas del paraíso, explicó el sacerdote y citó la carta a los Efesios 1:3-5: “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad”. 

“Un hogar sin María es un hogar vacío; es vivir en un mundo en crisis, pero con Jesús y María somos la familia escogida y amada de Dios”, aseguro el autor de libros como Sanados Setenta Veces Siete y ¡Bendecidos, Sanados y en Victoria! “En María, llena de gracia la iglesia la reconoce toda santa, enriquecida desde el primer instante de su concepción, de su singularidad de estrella y todos estamos llamados a ser hijos de María, a renacer en santidad en la tarea de su hijo Jesús quien es quien la hace santa y en el momento de la concepción la santifica”. 

Por eso los católicos rezan las palabras del ángel Gabriel (Lucas 1: 28-31): “Dios te salve María. Llena eres de 

el Señor está contigo, bendito es el fruto de tu vientre, Jesús…” María recibe un especial favor divino y por ella la Iglesia es santa. 

“Los cielos y la tierra pasarán y María, la joven de Nazareth a quien le fue anunciada de forma intima la maternidad del Hijo de Dios, perdurará con la gracia divina y, por lo tanto, es santificada”, expresó el padre Hoyos. “Hoy, el ángel te saluda y bienaventurado tú que todavía tienes fe y le pides a María y encomiendas tus hijos a María; por eso, benditos esos hogares que tienen a Jesús y a María en el centro de sus vidas”. 

Añadió que mucha gente le ha pedido que bendiga sus casas “porque oyen ruidos, o piensan que hay un ser especial o espíritu ahí”, dijo, “pero aquí falta lo más importante y eso es que ustedes consagren el hogar a la reina de todos los hogares: María Santísima, quien nos atrae a Jesús y en quien debemos poner nuestra mirada. Por eso, Dios no se equivocó cuando pensó en María como la madre de Jesús”.