“Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios! (Levítico 19: 33-34)
A lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor para sí mismo y su familia.
En la actualidad, en el mundo entero existen más de 200 millones de emigrantes cuya contribución a la economía y al desarrollo de los países, a menudo es ignorada.
Esa es la realidad que se repite desde el año 2000, después que la iniciativa de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante.
“Los migrantes del mundo son nuestros hermanos que, ante todo, buscan una mejor oportunidad de vida”, dijo el Padre Marco Antonio Hernández, OFM de la parroquia Inmaculado Corazón de María en Santa Ana. “Nuestro deber es abrirles la puerta y el corazón, porque al hacerlo le abrimos la puerta y el corazón a Dios”.
En el contexto del Día Internacional del Migrante, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USSCB) también hizo un llamado a tener un Día de Oración y Solidaridad con las familias de inmigrantes.
La USSCB solicitó que el pasado 12 de diciembre de 2016, durante la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, fuese un día de oración y solidaridad con las familias de inmigrantes. Fue un tiempo para poner ante un Dios misericordioso las esperanzas, los miedos y las necesidades de todas aquellas familias que han venido a los Estados Unidos.
“Muchas familias se están preguntando cómo los cambios en la política sobre inmigración podrían impactarlos”, dijo el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, Vicepresidente de la USCCB. “Queremos que sepan que la Iglesia está con ellos, que ofrece oraciones en su nombre y que está monitoreando activamente los acontecimientos en los niveles diocesano, estatal y nacional para ser un defensor eficaz en su nombre”.
Por su parte, el Obispo de la Diócesis de Orange, Mons. Kevin Vann, declaró que la Iglesia no abandonará a los migrantes.
“No tengan miedo”, dijo. “Nuestra fe es nuestra fortaleza. La Iglesia está con ustedes”.
la situación ha empeorado: greg walgenbach
En su discurso de septiembre del 2015 ante el Congreso de Estados Unidos, el Papa Francisco se presentó como hijo de inmigrantes y dijo: “En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes”.
A juicio de Greg Walgenbach, director de la Oficina de Vida, Justicia y Paz de la Diócesis de Orange, aquellas palabras del Santo Padre tenían poder por su simbolismo.
“Pero realmente la situación ha empeorado [para los inmigrantes]”, dijo. “La elección [del presidente electo Donald Trump] ha señalado que hay poderes fuertes en favor de construir un muro en vez de puentes y en favor de ciertas categorías de personas en lugar de la dignidad y vida de todo ser humano”.
Expresó que, por otro lado la crisis del momento “está animando para que la Iglesia recuerde su misión de misericordia, encuentro, solidaridad y justicia para los inmigrantes”.
También, en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado de 2014, el Papa Francisco indicó que el mundo necesita un cambio de actitud hacia los migrantes y refugiados: pasar de la cultura del rechazo a la cultura del encuentro.
“Obviamente, la crisis sigue y hay mucho debate y mucha evasión de la responsabilidad”, añadió. “Pero, a la misma vez, hay personas y organizaciones alrededor del mundo que ofrecen ayuda, luchan por la dignidad de los migrantes y refugiados y abogan por la justicia”.
Organismos como Catholic Relief Services y Caritas trabajan de día y de noche alrededor del mundo; Caridades Católicas y Catholic Legal Inmigración Network sirviendo aquí, en Estados Unidos.
misión de misericordia en la diócesis de orange
En la Diócesis de Orange, los inmigrantes indocumentados temerosos y preocupados por amenazas de deportación y separación de familias tienen un nuevo recurso: “Misión de Misericordia”, un folleto sobre cómo pueden prepararse las familias y de qué manera los líderes parroquiales pueden acompañarlos.
“Vamos a entrenar a líderes parroquiales para que estén listos para responder a las necesidades de los migrantes. Hacemos esto como Iglesia, como el pueblo de Dios. Estamos comprometidos a proteger la dignidad y la vida, caminar con las familias, acompañarles en toda situación”, declaró Walgenbach. “Trabajamos con otras organizaciones para asegurar que ningún inmigrante enfrente su situación solo”.