CON LA PARTICIPACIÓN de centenares de feligreses y la Santa Misa oficiada por el Rev. Obispo Kevin Vann, la comunidad de la parroquia Inmaculado Corazón de María celebró el 65 aniversario de fundación de la parroquia.
En dicha ocasión especial, el padre Greg Márquez, párroco de la iglesia dio la bienvenida al Obispo Vann.
“Su presencia entre nosotros no solo honra este momento de su vida, sino de la vida de todos nosotros, y fortalece nuestra fe y nuestro compromiso de seguir caminando juntos como iglesia,” dijo el padre Márquez.
La parroquia y la escuela del Inmaculado Corazón de María comenzaron en 1958 y se les conocía como el Anexo de Anne, un lugar de consuelo y de esperanza para innumerables familias y personas.
“Renovamos nuestro agradecimiento por las bendiciones recibidas y miramos con confianza hacia el futuro inspirados por su liderazgo pastoral,” dijo el padre Greg al Obispo Vann. “Y le pedimos que, como nuestro pastor, nos anime a continuar nuestra misión como testigos vivos del Evangelio.”
La historia de la iglesia del Inmaculado Corazón de María se remonta a la llegada de las primeras Hermanas de la Misericordia, primero a San Ambrosio, procedentes de Worcester, Massachusetts, en agosto 18 de 1958, y después a Santa Ana. Ellas eran: Sr. Mary Imelda, Sr. Mary Carmel, Sr. Mary Leonard, Sr. Mary Paracleta, Sr. Mary Dolorosa y Sr. Mary Martin. Un año más tarde fue colocada la primera piedra para la iglesia.
La primera sociedad del altar del rosario (1959-1960) la integraban: Doris Eckler, presidenta; Eithne Donnelan, vicepresidenta; Jennie Watwood, secretaria; Connie Lozano, tesorera y Carol Askins, historiadora.
La dedicación de la iglesia y la escuela ocurrió el 17 de enero de 1960 por el Cardenal James Francis McIntyre. En mayo de 1960, el reverendo Martin C. Hiss fue nominado como el primer párroco. Dos hermanas más se unieron a las Hermanas de la Misericordia: Sr. María Innocentia, y Sr. Mary Celene. La hermana Germaine fue nombrada directora. La primera palada de tierra para la nueva iglesia se dio en enero de 2001 y la dedicación, el 8 de junio de 2002.
“Dios los ha bendecido con una hermosa parroquia,” dijo el Obispo Kevin Vann. “Cada vez que vengo a esta iglesia me hace sentir más vivo, junto con todos ustedes.”
La iglesia, llena de fieles ha cogido a los hijos de Dios que han renovado su fe en Cristo, y que han encontrado el amor maternal de la Santísima Virgen María, que, en sus apariciones en Fátima, dijo a los tres pastorcitos que, al final su Inmaculado Corazón triunfará.
“Hace tres años yo vine a esta iglesia, por la necesidad y el hambre de Dios,” comentó Ubaldina Triana, miembro del grupo parroquial de Prevención y Rescate.
Ella contó que durante algunos años de su vida tuvo muchas adicciones, pero en el grupo se encontró con la unidad y la hermandad que le ayudaron a vivir la alegría del Evangelio de Jesús.
Las diversas comunidades y ministerios parroquiales hispanos: Semilla Nueva, Legión de María, Pescador de Hombres, Discípulos Misioneros, Caminando con Cristo, Adolescentes de la Esperanza y el Señor de la Divina Misericordia colmaron la iglesia en los tres días de fiesta, del 17 al 19 de enero.
“Estamos al servicio del Señor,” dijo Leonel del Pilar, quien tiene 20 años como servidor en la parroquia, también en el ministerio de Prevención y Rescate.
“Cualquier persona que venga a nuestra iglesia puede recibir infinidad de bendiciones,” añadió el hombre originario de Guerrero, México.
La directora de administración y ministerios pastorales, Yaret Macedo, además de participar en el 65 aniversario en Inmaculado Corazón de María, celebró su cumpleaños.
“Ha sido una gran emoción ser parte de la fiesta, porque estoy celebrando con mis hermanos, quienes son parte de esta gran familia parroquial y de nuestra comunidad,” dijo.
Padres Márquez, Armando Virrey, Carlos León y Joseph Nguyen–conelebraron la Santa Misa con el Señor Obispo Vann. Presente en el santuario también fueron los diáconos Biviano Cordero y Roberto Maldonado.
“Hay que estar agradecidos con Dios, con todos los sacerdotes y religiosas que han pasado por esta iglesia,” dijo el Rev. Carlos León.
Por su parte, el padre Greg Márquez recordó la enorme contribución del difunto Rev. Enrique Sera,
quien fue pastor de Inmaculado Corazón de María en Santa Ana, de 1987 a 2004, donde supervisó un proyecto de construcción de $4 millones para la iglesia.
Además, recordó que, cuando era niño en esta parroquia fue monaguillo y participó de una misa de Navidad y de Pascua, en latín. Cuatro décadas más tarde regresó, pero ya como sacerdote para servir a la comunidad.
El padre Armando Virrey, quien cantó para el pueblo católico, acompañado de un mariachi, valoro que, en los seis años que lleva en Inmaculado Corazón de María, las experiencias de fe más hermosas que ha vivido, además de celebrar la Santa Misa, fueron haber paseado al Santísimo Sacramento por las calles durante la pandemia de Covid-19, cuando todo fue cerrado y la gente no podía ir a la iglesia, y haber ofrecido las misas en el estacionamiento de la parroquia.
“Ver la devoción de la gente y el hambre que tenían de comulgar fue hermoso,” afirmó.