Desde afuera, la vida parecía perfecta. La evangelista escocesa, Sheila Walsh, estaba en el pináculo de su carrera, con apariciones diarias en la televisión como co anfitriona del “The 700 Club”. Entonces, se despedazó durante una transmisión en vivo, y más tarde ese mismo día, ingresó a un hospital psiquiátrico para una estancia de un mes.
Hoy, Walsh es una escritora exitosa con un ministerio internacional. El 8 de octubre, compartió sus experiencias con la depresión severa como una de las oradoras en la sesión plenaria: “La hora de enfocarse”, presentada durante la Segunda reunión anual de la salud mental y la iglesia que tuvo lugar en la Iglesia Saddleback en Lake Forest.
“El Señor está cerca de los que tienen el corazón destrozado”, aseguró Walsh a la audiencia en el santuario, llenó a totalidad. “Yo sé que mi crisis es un puente para los demás. El Señor pidió decir la verdad, por lo que he hablado con más de 5 millones de mujeres en los últimos ocho años sobre mi estancia en un hospital psiquiátrico y mi camino hacia la recuperación”. El último libro de Walsh, “Enamorada de regresar a la vida” [Loved Back to Life], lleva a los lectores en su travesía desde la desesperanza a la alegría. Agregó que, durante ese periodo, Dios le señaló que lo siguiera y confiara en Él, y Él no la abandonó.
Debido a que el Centro para el Control de Enfermedades predice que más del 50 por ciento de los adultos desarrollarán depresión, ansiedad, trastornos de alimentación, trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático, trastorno de personalidad, esquizofrenia u otra enfermedad mental durante su vida, el pastor Rick Warren y su esposa Kay crearon el Encuentro sobre salud mental y la iglesia.
Los Warren han luchado con el problema de primera mano. Su hijo, Mateo, se quitó la vida el 3 de abril del 2013, después de una larga batalla con una enfermedad mental. Desde entonces, los Warren, los fundadores de la Iglesia Saddleback, han unido sus fuerzas con los líderes religiosos como el obispo Kevin Vann en un esfuerzo para ayudar a eliminar el estigma sobre las enfermedades mentales.
“Dios nos permite discapacidades para que nos necesitemos los unos a los otros”, dijo el pastor Warren. “Mi hijo me enseñó muchas lecciones. El enfermo metal a menudo tiene puntos de vista que no tenemos el resto de nosotros”.
Entre las muchas luminarias que participaron en la conferencia se encontraban el vicealmirante Vivek Murthy, el Cirujano General de Estados Unidos; Michael Botticelli, director de política nacional para el control de drogas; el congresista Patrick J. Kennedy, fundador de The Kennedy Forum y cofundador de One Mind; Thomas R. Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental; y el senador Darrell Steinberg, fundador del Instituto Steinberg para el progreso de la política en la salud mental.
El obispo Van indicó que comenzó a trabajar con los Warren en abordar las enfermedades mentales poco después de la muerte del hijo de ellos. “Me sentí obligado a tratar este tema porque muchos católicos están luchando con alguna enfermedad mental. Podemos ser un sistema de apoyo importante como comunidad de fe”.
Se unió a Walsh, los Warren y el psiquiatra Daniel Morehead en la sesión plenaria en el marco del tema de las enfermedades mentales para los que sufren estas enfermedades y sus familiares, los líderes religiosos, funcionarios gubernamentales y proveedores de servicios sociales que se unieron para buscar la comprensión y soluciones sobre el tema.
El obispo Van utilizó la Liturgia de las Horas de la Iglesia Católica como marco de su presentación de la correlación con cada oración y la hora del día a períodos específicos en la vida de un individuo. La primera parte relacionada con la oración de la mañana y el inicio de su carrera en el sacerdocio, cuando se encontró predicando ante un hombre esquizofrénico de nombre Bernie y quien se calmó al caminar y rezar el rosario con el joven sacerdote.
En las oraciones del mediodía, dijo el obispo Vann, recordó a los que ha conocido que sufren en la oscuridad de la depresión. “Reconocemos que Cristo llegó a este plano terrenal para demostrarnos que todas las cosas funcionan para el bien de los que aman a Dios”, señaló.
En las oraciones de Vísperas, el obispo Vann dijo que da gracias por el día que acaba de terminar y recuerda a su madre y abuela, quienes sufrieron de demencia. “Es importante contar con una comunidad solidaria que comprenda y ayude a los enfermos mentales, porque el aislamiento y el miedo hacen que nuestros desafíos parezcan demasiado difíciles de superar”, dijo.
Las enfermedades mentales es un tema complejo, y no existen respuestas fáciles, el pastor Warren estuvo de acuerdo. “No estamos aquí para resolver el tema de las enfermedades mentales, sino para aprender a entender y servir a los enfermos mentales”.
Morehead, psiquiatra por 21 años y con sede en Texas, dirigió la sesión, señalando que nadie tiene la culpa de las enfermedades mentales debido a que las exploraciones del cerebro confirman que la mente de las personas que sufren de depresión grave operan de manera diferente a los demás. Si bien no es curable, Morehead señaló que la terapia con conversaciones, medicamentos psiquiátricos e incluso el ejercicio pueden ayudar a los pacientes a vivir una vida plena. Y agregó, las enfermedades mentales no son un problema espiritual.
Al resumir una serie de estadísticas alarmantes, reconoció que “las consecuencias de las enfermedades mentales son devastadoras. El buscar un tratamiento médico no es ser desleal a Dios. De hecho, en la resurrección, nadie sufrirá de enfermedades mentales, y en el cielo no existirán los psiquiatras”.