Jesús habló con frecuencia sobre la importancia de la amistad, ya sea de su querido compañero Juan o su buen amigo Lázaro. Por lo tanto, no es de extrañar que desde la niñez consideremos a nuestros amigos como una parte importante de nuestras vidas.
El inicio de un nuevo año es un buen momento para los propósitos sobre la amistad –hacer nuevos amigos y fortalecer las amistades existentes– y asegurar que nuestros niños cuenten con buenos amigos y sepan cómo fomentar nuevas amistades.
“Durante la infancia, todas las interacciones sociales giran alrededor de la familia, hasta que inicia la escuela”, señala Kristina Bielkevicius, directora de apoyo de aprendizaje y psicóloga escolar en St. Junipero Serra School. “Entonces se tiene la opción de elegir a los amigos. Es importante que usted tenga la posibilidad de elegir su círculo de amigos con el fin de explorarse a sí mismo”.
La amistad es una etapa crítica de la infancia y una manera importante con la que los niños aprenden a compartir, comprometerse y resolver malentendidos, escribe Joanne Barker en un artículo de la revista WebMD. Aun así, a menudo es difícil para los padres ser testigos de los altibajos con las amistades. ¿Cuándo deben intervenir los padres? Y, ¿cuándo deben simplemente observar? Barker ofrece algunos consejos de los expertos en desarrollo infantil.
1. enseñar habilidades sociales. Los padres son modelos a seguir. La primera lección para sus hijos será el observar a sus propios padres comunicándose con sus amigos. Pídale a sus hijos que lo ayuden a llevarle comida a un vecino enfermo, o a escribir una tarjeta de cumpleaños para un abuelo. Las experiencias de los niños en el hogar deben modelar la empatía.
“La amistad debe y nos ayuda a crecer como personas, y ayudará a conocerse a sí mismo por las personas con las que elige asociarse”, dice Bielkevicius. “Aprendemos mucho de nuestras interacciones con los amigos, lo que hacemos y no deseamos. Con los amigos, a veces se gana y a veces se pierde, pero se aprende de todas las relaciones”.
2. entienda el estilo de socializar de sus hijos. Animar y obligar son dos cosas diferentes. Deje que sus hijos le muestren qué tipo de interacciones sociales funcionan mejor para ellos. “Algunos niños no quieren socializar todo el tiempo. Todos necesitamos a alguien, pero los niños son buenos en comunicar lo que quieren y necesitan”, explica Bielkevicius. “La cultura en la que vivimos hace hincapié en ser extrovertidos, pero para muchas personas resulta agotador estar rodeados de otras personas todo el tiempo”.
3. abra las puertas a los amigos de sus hijos. Incluso cuando sus hijos tengan la edad suficiente para planificar sus propias actividades, anímelos a que inviten a sus amigos a su casa. Haga de su hogar un lugar acogedor.
4. ayude a sus hijos a superar los altibajos con los amigos. Los padres no deben intervenir en todas las situaciones. Pero, pueden señalar que toda historia tiene dos lados, y pida paciencia.
5. permítale a sus hijos elegir amistades apropiadas. Es una buena idea el dar espacio para que los niños fomenten sus propias amistades. “Yo era más como una mariposa y tenía una gran cantidad de amigos de distintos grupos. No me acerqué a una persona en particular”, recuerda Bielkevicius. “A veces, esto podría hacerlo sentir solo, pero a largo plazo, era algo bueno –ayuda a adaptarse a cualquier situación social. Una gran cantidad de niños se sienten fuera de lugar si no están con un grupo determinado, pero la variedad en las amistades es buena”.
6. manténgase vigilante de las burlas y el acoso. Las burlas son a menudo parte del juego infantil, pero a medida que los niños avanzan desde el preescolar hasta la secundaria, las burlas pueden ser más perjudiciales. Ayude a sus hijos a comprender que sus palabras y acciones podrían herir los sentimientos de otros niños.
7. ofrecer alternativas a la popularidad. El no ser parte del grupo más popular puede sentirse como un gran rechazo. Aunque usted no puede cambiar el rango de popularidad de sus hijos, puede escuchar sus preocupaciones y compartir sus propias desventuras de la infancia. Y un buen grupo de amigos pueden ayudar a que los problemas como las burlas y no ser el más popular sean menos dolorosos.
Por último, comprenda que los niños pueden aprender habilidades para fomentar amistades, aconseja Bielkevicius. “Los niños deben ser capaces de comunicarse con los demás. Más allá de eso, incluso para los niños con dificultades para socializar, se les puede enseñar a reciprocar, cuidar y hacer cosas buenas para otras personas”.