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CON ENFOQUE EN LA UNIVERSIDAD

LOS GRUPOS NEWMAN POSIBILITAN QUE LOS ESTUDIANTES CONTINÚEN LA VIDA CATÓLICA EN LA UNIVERSIDAD

By GREG MELLEN     2/8/2019

Amedia que el incendio Woolsey asechaba la casa de sus padres en Camarillo y las tareas escolares y los compromisos se acumulaban, Bryleigh Blaise, estudiante de la Universidad Chapman de tercer año, explicó que dos cosas lograron una gran diferencia..

Y en el momento justo apareció un a“Creo que la única razón por la que sobreviví esa semana fue por la fe y el grupo Newman”, señaló.

El grupo al que se refirió está formado de amigos, compañeros y el capellán de la Fraternidad Católica Newman de la universidad.

Durante 20 años, la organización ha ofrecido ministerio, misa y comunidad a los estudiantes católicos de Chapman.

“Es el lugar de base de los estudiantes donde comparten su vida, valores y aspiraciones”, dijo el padre Rafael Luevano, profesor y capellán católico romano de la escuela, quien supervisa la confraternidad.

Él considera al grupo como parte integral de la “formación de los estudiantes como futuros líderes católicos”.

Fundada a finales del siglo XIX en Inglaterra como ministerio para estudiantes católicos en universidades no católicas, los grupos Newman florecieron y ahora se pueden encontrar en más de 2,000 universidades en todo Estados Unidos. Llevan el nombre y se inspiran en los escritos del cardenal John Henry Newman.

En Chapman, los Newmans participan en una serie de actividades y eventos. Se reúnen semanalmente los martes para orar y conversar. Hay misas semanales los miércoles y celebraciones festivas. El grupo también alimenta y sirve a los pobres en la Iglesia de la Sagrada Comunión y prepara comida para los necesitados en África.

Blaise dijo que a menudo organiza grupos de estudiantes para asistir a misas dominicales y a la Sagrada Comunión. También son populares las reuniones periódicas para comer en grupo.

“Nos encantan las cenas o los desayunos”, dijo. “Tenemos una mayor asistencia los días que el padre Luevano se une a nosotros”.

Otro elemento importante es el diálogo ecuménico e interreligioso, que según Luevano es fundamental para la vida católica. Por medio del centro Fish Interfaith Center, los estudiantes de Newman interactúan con una amplia gama de religiones.

Una de las interacciones más importantes ha sido con la Asociación de estudiantes musulmanes. Los dos grupos organizaron recientemente una Noche entre estudiantes católicos y musulmanes, y se reunieron de manera formal e informal para comidas y actividades.

“Esta es una manera para que los católicos brinden apoyo a sus compañeros y aprendan de ellos”, dijo Luevano, señalando que el grupo musulmán recién este semestre nombró a un director de Vida musulmana.

Luevano dice que la interacción ha resultado en una visión y comprensión más amplia.

“Es una bendición para ambos grupos”, dijo. “No se reúnen para tratar de convertir al otro, sino para compartir y aprender. Todo el mundo crece y ofrece apoyo en tiempos difíciles. Es una experiencia hermosa”.

El primer Centro Newman se estableció en la Universidad de Oxford en Inglaterra en 1888; el primer grupo en los Estados Unidos se fundó en 1893 en la Universidad de Pennsylvania. Las organizaciones reciben diversos nombres como centros, casas, comunidades, club o fraternidad Newman.

En Chapman, el grupo Newman está afiliado al Fish Interfaith Center, que alberga a unos 20 grupos religiosos y espirituales de estudiantes, así como la Capilla Wallace All Faiths. La universidad afirma tener alrededor de 800 estudiantes católicos entre sus más de 7,000 estudiantes universitarios, aunque Luevano sospecha que son más.

La asistencia a los eventos de Newman varía de 10 a 15 en las reuniones semanales, y hasta 200 en las misas de celebraciones.

Para Blaise, nunca dudó en ser miembro de Newman, aunque ella no imaginó que para su tercer año sería la presidenta en dos términos.

Desde el momento que exploró Chapman, Blaise sabía que continuaría con su fe y su servicio. Como resultado, Newman encajaba perfectamente.

“Sentí un llamado muy profundo”, dijo.

Igual de importante era contar con una comunidad.

“El club me dio una alternativa a simplemente ir a misa”, expresó Blaise. “Pertenecer a un club y contar con amigos católicos era algo que no creía que necesitaría, pero resultó que sí era algo que necesitaba”.

Blaise dice que el grupo es ahora más activo, como lo demuestra la reciente “Noche de escolares”.

Aunque Blaise dijo que coordinar el evento fue agotador, pero la presencia de un grupo sólido y entusiasta fue uno de los beneficios.

“El próximo semestre me tiene emocionada”, indicó. “Es uno de mis favoritos”.

Luevano cree que cada universidad debería contar con un capellán católico romano en sus instalaciones, pero en Chapman es especialmente importante, señaló.

La vida real no se detiene en las puertas de University Drive. Luevano dice que los estudiantes luchan con la identidad, la separación de sus familias y los compromisos con Dios y su carrera profesional.

“Este es una institución académica de muy alto calibre, con un nivel de estés muy alto”, explicó Luevano. “El catolicismo es un oasis de paz y fortaleza, comunidad y oración2.

Para alguien como Blaise, especialmente después de semanas como aquellas en las que el incendio Woolsey ardía fuera de control, la importancia de un lugar y una comunidad para compartir misa y oración no puede ser exagerada.

“Es algo increíble”, dijo Blaise. “Tomar tiempo simplemente para compartir con Dios”.